El cepo endurecido y la brecha cambiaria por encima del 90% abren la puerta a distorsiones de precios y oportunidades en algunos nichos que ven en esta diferencia un espacio para los negocios. Es el caso de la venta de autos 0km, que vive un curioso boom de cuarentena impulsado por quienes ya tenían dólares ahorrados.
La operación no es nueva, y renace en la Argentina cada vez que las cotizaciones paralelas se alejan del tipo de cambio oficial, como entre 2013 y 2015. Con el precio de los autos fijados en pesos, hay personas que deciden vender sus dólares en el mercado paralelo. Así, aprovechan la brecha y consiguen más pesos de los que obtendrían en el oficial, para abaratar la compra de su 0km, que tanto en el caso de los modelos fabricados en el exterior como para los insumos para la fabricación nacional sí se importan al tipo de cambio oficial.
"Ya está pasando, es una gran oportunidad tanto para el comprador y para nosotros, que nos da una posibilidad en esta situación de pandemia en la cual las ventas bajaron considerablemente. Esto abre una gran puerta", se entusiasma Sebastián Rivero, gerente de Ventas de la concesionaria Dietrich.
Hoy, el dólar blue llegó a $136 para la venta y casi duplicó el valor del minorista ($69,75 en el Banco Nación). De todas formas, este segmento es un mercado ilegal que deja pesos "en negro" y abre un potencial riesgo ante la AFIP, que monitorea los volúmenes de consumo y las operaciones de grandes montos, como la compra de un automóvil, y podría sancionar a aquellos que realizan las operaciones con dinero sin declarar. En ese escenario, muchos de los clientes se vuelcan a la operatoria del MEP, que permite vender dólares y hacerse de pesos de forma legal a través de la compra y venta de bonos en sus diferentes denominaciones. En la jornada subió a $125.
En estas condiciones, el atractivo se da particularmente entre quienes ya tienen los dólares y están dispuesto a gastarlos. La propia dinámica cambiaria explica la oportunidad: tanto para la importación de los vehículos fabricados en el exterior como la compra de insumos y autopartes para la producción local se toma en cuenta el tipo de cambio oficial. Para la venta al público, sin embargo, los modelos tienen su precio de lista y se pagan en pesos. En otras palabras, el propio esquema económico configura un virtual subsidio a la importación de autos (o insumos) que beneficia a los segmentos de mayores ingresos, con ahorros dolarizados.
"La diferencia cambiaria que vemos hoy nos hace acordar un poco a 2013, cuando la diferencia llegó al 80%. En este contexto, es histórico lo barato que están los vehículos en dólares", ilustra Luciano Bartomeo, CEO Collins Automotores. "Nunca desde que trabajamos en el rubro valió US$5000 el auto más económico. Llegó a costar US$10.000, en 2018 llegó a bajar hasta US$7800", recuerda el ejecutivo.
Si bien el abaratamiento del precio alcanza a todos los modelos, la demanda más activa se da en los segmentos de gama media y alta, que concentra también muchos modelos importados. Se trata de un universo de clientes de mayor poder adquisitivo y capacidad de ahorro, que ahora con los billetes en el colchón ven una oportunidad de hacer una diferencia para cambiar el auto.
Para los concesionarios, son semanas de mucha actividad. Si bien hoy abrieron sus puertas por primera vez desde que se decretó la cuarentena el 20 de marzo, Rivero reconoce que las consultas para esta operación crecieron con fuerza en las últimas semanas, siempre con la atención a sus clientes a través de canales digitales.
Por su parte, Bartomeo dice que se venden cuatro autos de alta gama por cada uno de los de precio más bajo. El ejecutivo recordó que debió suspender temporalmente las ventas de los modelos más caros (Camaro, TrailBlazer, S10, Equinox), ante la incertidumbre de si la terminal podría reponer su stock. Esta mañana, retomó su actividad.
"Esto demuestra que la plata está y que la gente tiene ganas de comprar, pero hay mucha especulación. Si antes de arrancar la cuarentena un modelo de alta gama valía US$37.000 y hoy está en US$19.000. Mientras la terminal pueda reponer, voy a seguir vendiendo", dice. Las expectativas de un salto en la brecha, inversamente, podrían llevar a muchos a esperar unos días para decidir la compra.
Además, al efecto descuento que genera la brecha cambiaria se le suman las bonificaciones y descuentos que ya estaban ofreciendo las terminales y las concesionarias antes de la cuarentena. Las rebajas al precio de lista oscilan entre el 15% y el 35% en algunos segmentos. A su vez, algunas compañías ofrecen financiación a tasa cero y otros estímulos para intentar reactivar las ventas.
"El comprador se beneficia por el precio y el concesionario también aprovecha porque crece en las ventas, pero no en cuanto a rentabilidad, porque los descuentos finales que se están ofreciendo son muy altos", dice Rivero.
Los datos oficiales reflejan la crisis que atraviesa el sector. En 2019, según Acara, los patentamientos se desplomaron 42,7% y en el primer cuatrimestre de 2020 acumula otra baja del 46,7%.
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