Rousseff baja, y Petrobras sube en la bolsa
Las acciones de la petrolera han ganado 30% en los seis meses de caída en las encuestas que lleva la presidenta brasileña
Petróleo Brasileiro SA se ha convertido en la petrolera más endeudada del mundo, su producción se ha estancado y enfrenta varias investigaciones legales y en el Congreso.
Sin embargo, las acciones de Petrobras están en alza, gracias, en parte, a una serie de encuestas recientes que indican que ya no es tan segura la reelección de la presidenta Dilma Rousseff en octubre.
Los inversionistas no han visto con buenos ojos el trato que Rousseff le ha dado a Petrobras y acusan a su gobierno de imponer controles onerosos, como obligar a la petrolera estatal a cubrir los costosos subsidios a la gasolina para los consumidores.
Recientes cifras de una de las encuestadoras más respetadas de Brasil, Datafolha, muestran que Rousseff está perdiendo terreno ante su principal rival, Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia.
En la Bolsa de São Paulo, las acciones de la empresa han trepado más de 30% en los últimos seis meses, a cerca de 19 reales. El índice de referencia Ibovespa ha subido de acuerdo a los resultados de los sondeos, pero el alza de Petrobras sobresale del resto de los componentes.
Hace apenas unos meses, cuando la reelección de Rousseff parecía más segura, las acciones de la petrolera se negociaban a su nivel más bajo desde 2005.
"Todo gira alrededor de las encuestas", dice Will Landers, director gerente de BlackRock Inc., uno de los mayores accionistas de Petrobras. "Es un mercado muy frustrante para gente como nosotros, porque en muchos países latinoamericanos lo único que importa es la política. Lo que importa es el posible cambio en Brasília y el aumento de confianza que les daría a los consumidores, empresarios e inversionistas".
Los inversionistas apuestan a que, en caso de ganar la presidencia, Neves revertirá o reducirá algunas de las políticas que el gobierno ha impuesto en los últimos años sobre Petrobras.
Para mantener la inflación bajo control, el gobierno brasileño, que posee una participación mayoritaria en Petrobras, impidió a partir de 2011 que la empresa incrementara los precios de la gasolina y el diésel de acuerdo con las fluctuaciones de las cotizaciones internacionales. Ese programa de subsidios le ha costado miles de millones de dólares a la petrolera.
El Partido de los Trabajadores de Rousseff presionó a la compañía para que construyera una refinería y así crear empleos en el norte de Brasil, donde la industria petrolera históricamente no ha tenido una fuerte presencia. Los costos de la planta se han disparado a cerca de US$18.000 millones. El oficialismo también ha impuesto estrictas políticas que exigen a Petrobras obtener gran parte de sus equipos y servicios de empresas brasileñas, en lugar de realizar licitaciones internacionales, lo que ha desacelerado algunos proyectos.
Petrobras también afronta una investigación del Congreso sobre la compra de una refinería en Pasadena, en Texas, Estados Unidos, en 2006. La empresa pagó US$1.200 millones al operador de materias primas belga Transcor Astra Group SA, que la había adquirido por apenas US$42,5 millones un año antes, según fiscales brasileños. El miércoles, el fiscal general de Brasil absolvió a la junta directiva de Petrobras, pero la pesquisa sigue en curso.
Otra operación de Petrobras, por la refinería Abreu e Lima en el norte de Brasil, también está bajo la lupa de los legisladores. Y a principios de año, un ejecutivo de Petrobras fue arrestado en conexión con una investigación de lavado de dinero.
Petrobras y la oficina de Rousseff no respondieron a pedidos de comentarios.
En respuesta a la presión de los accionistas, la presidenta ejecutiva de Petrobras, Maria das Graças Foster, ha prometido que la petrolera estatal reducirá costos, mejorará la eficiencia y ajustará de forma gradual los precios de los combustibles en el mercado interno. No obstante, muchos inversionistas ahora están pendientes de las últimas cifras de las encuestas.
En un sondeo del 6 de junio de Datafolha, por ejemplo, el respaldo de los votantes a Rousseff cayó tres puntos porcentuales, a 34%. Ese día, las acciones de Petrobras en la bolsa brasileña avanzaron 8,3%. En Nueva York, sus ADR treparon 7,6%.
El 18 de julio, otra encuesta de la firma indicó que el apoyo a la presidenta cayó de 38% a 36%. Las acciones preferentes de Petrobras subieron 4,9% y los títulos en Nueva York ganaron 6,55%.
Frederico Mesnik, director de Humaitá Investimentos, una firma con sede de São Paulo que gestiona 85 millones de reales (unos US$38 millones) en activos en sus fondos, dice que invirtió en Petrobras únicamente por la caída de la popularidad de Rousseff en las encuestas. "Petrobras es una posición táctica para nosotros", afirma. "Estamos apostando a que la presidenta perderá (terreno en las encuestas). Si (Neves) gana la elección, las acciones subirán fácilmente hasta 25 reales".
El miércoles, después de que una encuesta de Ibope indicara que Rousseff probablemente ganaría una segunda vuelta electoral, las acciones de la petrolera cayeron 2,3% en Brasil, a 20,55 reales, al mediodía.
De todos modos, Tony Volpon, director de investigación de mercados emergentes de Nomura Securities, no se inmutó por la más reciente encuesta. En un informe enviado a los clientes el miércoles, Volpon señaló que Neves tiene 70% de probabilidades de ganar la elección de octubre.
El aumento del optimismo en torno a los candidatos opositores tiene lugar en momentos en que los principales indicadores económicos de Brasil continúan rezagados.
El martes, el gobierno elevó su previsión de la inflación para 2014 de 5,6% a 6,2%. La mayoría de los analistas proyectan que el Producto Interno Bruto de Brasil crecerá 1% este año. Y algunos economistas pronostican que Brasil entrará en recesión en 2014.
The Wall Street Journal