Romper moldes, venta online y cuotas: la estrategia para ampliar el mercado de arte argentino
Los consumidores de arte contemporáneo están acostumbrados a encontrar, cuando visitan una galería, exotismos de todo tipo, excepto uno: ver los precios de las obras. El dinero y las artes creativas no suelen mezclarse en el discurso más que en aquellas pocas ocasiones en las que una subasta deja la noticia de un Da Vinci, por ejemplo, vendido en muchos millones.
Por eso al ingresar a Diderot.Art.Tech, la muestra de arte dispuesta en la Colección Fortabat el 26 y 27 de junio pasado, era tan novedoso ver a los artistas junto a sus obras contando los procesos heterodoxos con que las realizaron -Mercedes Moréteau junto a su retrato de Gilda hecho de emojis, Alfio Demestre custodiando el brazo robótico que trazaba las líneas sobre una hoja en blanco- o los carteles al lado de cada una que indicaban su valor en pesos, un código QR para desembarcar en la página de compra y las opciones de financiación: tres cuotas sin interés.
"Es algo simple, pero no es normal en el mercado del arte eso de tener los precios a la vista. Nosotras consideramos que eso educa, le da transparencia y hace que las personas derriben una barrera: creer que comprar arte no para ellos", dice Lucrecia Cornejo, creadora junto a Angie Braun de Diderot.Art, la primera plataforma de e-commerce de arte de la Argentina.
La exposición fue organizada por las emprendedoras para que el público pudiera conocer el trabajo de algunos artistas que están dentro de su catálogo y trabajan con nuevas tecnologías, pero el negocio de ellas se desarrolla en la incorporeidad de internet: su plataforma es una galería virtual con cientos de obras de arte de distintas disciplinas, todas de artistas nacionales, que pueden comprarse con un clic.
Si bien eso existe en otros países del mundo, Cornejo y Braun lo adaptaron a las necesidades del mercado arte argentino: la obra se puede probar y devolver si no se está conforme, se recibe asesoría gratis para encontrar la que mejor se adapte al gusto y al presupuesto del comprador y, sobre todo, hay opciones de pago.
Cornejo, que viene de trabajar en el sector financiero, sabía que la Argentina es uno de los mercados con mayor incidencia de las cuotas y no dudó en instalarlas como herramienta, aliándose con American Express. "Funciona bárbaro, la gente lo valora mucho", dice. Además, al propiciar que las transacciones se realicen online, contribuye a formalizar un mercado que a veces se vuelve un tanto propenso a la evasión. A esto se suma que la plataforma le exige a los artistas que estén registrados como monotributistas y facturen sus obras.
"El principal objetivo es acercar el arte a una nueva audiencia y que pueda comprar su primera obra; y eso pudimos lograrlo", dice Cornejo acerca de la plataforma, que cumplió dos años en junio. "La venta de arte online está teniendo un rol significativo en la generación de nuevos compradores y nuevos coleccionistas", agrega.
El público de Diderot.Art se ubica entre los 35 años, "porque antes de comprar arte hay que tener algunas otras cosas resueltas", y se extiende hasta los 60. "Es gente que ya está habituada a hacer ciertas transacciones por medios electrónicos y que le da algún valor al buen comer, a tomar un rico vino o poner linda la casa, no importa el presupuesto. Porque eso queremos decir: siempre va a haber una obra para vos", apunta Cornejo.
Dentro del catálogo de Diderot.Ar,t hay artistas en distintos estadios: algunos ya consagrados y otros emergentes. Ese es uno de los factores que explica el amplio rango de precios, que va de los $2500 a los $400.000.
Según una encuesta realizada por la firma sobre las más de 400 personas suscriptas a su newsletter, el 43% elige comprar arte online por la variedad de nuevos artistas y obras unificadas en un mismo lugar, 26% por la facilidad y comodidad, el 17% lo hace por rango de precios y el 14% restante elige Diderot.Art porque les resulta una experiencia menos intimidante.
Cornejo asegura que en el arte hay una serie de "creencias y barreras autoimpuestas" para el ingreso de nuevas audiencias. "La gente piensa ‘yo no puedo comprar arte porque no sé, porque tal vez me equivoco, porque no es para mí’. A la gente la intimida entrar a las galerías y preguntar las precio". Ante esto, la plataforma de las emprendedoras ofrece dos soluciones: por un lado, todas las obras que están a la venta tuvieron previamente un trabajo de curaduría a cargo de Estefanía Jaugust, lo que garantiza que hay un ojo experto validando la calidad de esa producción más allá de su valor. Por otro lado, expone todos los precios en la página y, "al verlos, la gente empieza a tomar noción de que tal vez sí puede comprarlo".
Las emprendedoras consideran que la etapa de consolidación en el país está avanzada y planean expandirse a la región a partir del próximo año. "En otros países de América Latina existen los mismos problemas y barreras que acá y creemos que Diderot.Art podría seguir aportando soluciones para acercar el arte a la gente. Porque como dijo una vez un artista, no es que toda esa gente que está fuera del circuito sea ignorante, sino que es ignorada", cerró Cornejo.
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