RIM cree que, en la lucha contra Apple, la unión hace la fuerza
Cuando Research in Motion Ltd. dio a conocer el prototipo de su próximo BlackBerry en mayo, dos características se robaron el show: un teclado virtual que predice lo que un usuario va a escribir y una cámara que toma una serie de imágenes casi instantáneas para lograr la foto perfecta.
Pero a diferencia de modelos anteriores, RIM no diseñó ninguna de las dos herramientas, sino que está licenciando la tecnología de dos desarrolladores europeos. De hecho, la mayoría de las funciones clave del aparato es una colcha de retazos de software y hardware obtenidos discretamente a través de una decena de adquisiciones y múltiples acuerdos de licencias firmados en los últimos dos años.
Las funciones incluyen la interfaz del teléfono, que permite que un usuario navegue a través de las características del teléfono y el propio sistema operativo.
Comprar o adquirir las licencias de las últimas tecnologías no es nada nuevo en la batalla que libran los fabricantes de teléfonos inteligentes. Apple Inc. compró la tecnología de Siri, el asistente personal que instaló en el último iPhone. Otros participantes de la industria, desde Google Inc. hasta Samsung Electronics Co., potencian con regularidad sus propios aparatos y sistemas operativos a través de la firma de acuerdos.
Pero RIM, la empresa que prácticamente inventó el teléfono inteligente, ha llevado la estrategia más allá. Ante la feroz competencia del iPhone, dejó de lado su táctica de usar ingeniería interna y empezó a mirar tecnologías externas.
Ahora, los ejecutivos de la compañía canadiense están ocupados tratando de unir las piezas a tiempo para el lanzamiento del aparato este año. La conversión a un sistema operativo nuevo es en sí una tarea enorme.
RIM también ha integrado las nuevas tecnologías y muchos empleados, de empresas más pequeñas esparcidas por todo el mundo, mientras reduce los cargos ligados a modelos de teléfonos más antiguos. La empresa debe reducir los costos asociados a esos modelos mientras mantiene el servicio para los usuarios existentes.
En medio de un desplome de su participación de mercado en Estados Unidos, un descenso de las ventas en todo el mundo y una caída de los precios de su acción, RIM está esencialmente apostando su futuro en el nuevo aparato.
La creciente dependencia de la empresa en las adquisiciones y los acuerdos de licencias significa que, además de todo, necesitará combinar todas las tecnologías en lo que tiene que ser un lanzamiento casi perfecto.
RIM ha revelado poco sobre la apariencia del teléfono. En mayo, distribuyó prototipos del aparato, cargados con versiones de su sistema operativo para que los desarrolladores empezaran a crear aplicaciones.
"Usamos varios ingredientes, incluyendo nuestra propias y únicas invenciones y diseños, para crear la mejor experiencia de usuario", dijo una portavoz de la empresa.
RIM dice que la clave de su nuevo teléfono es el nuevo sistema operativo, llamado BlackBerry 10. Es un sistema basado en una tecnología que obtuvo con la compra en 2010 de QNX Software Systems Ltd., de Ottawa, por unos US$200 millones.
El sistema ha sido usado en plantas de energía nuclear y en aparatos médicos, y RIM ya lo instaló en sus tabletas PlayBook. La empresa aspira utilizarlo en todos sus dispositivos.