Riesgos y oportunidades: opciones para invertir el dinero en un año electoral
Entre las acciones y bonos ya comienza a sentirse el trade electoral, ante la apuesta de un cambio en el color político; alternativas para dolarizarse y ganarle a la inflación en 2023, según la respuesta de los expertos del mercado
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No será un año fácil para los inversores. La incertidumbre y la volatilidad serán los protagonistas de 2023, en un contexto donde la Argentina se prepara para las elecciones presidenciales y a nivel global el temor a una recesión se vuelve cada día más presente. Hay peligros por todos los frentes. Sin embargo, para los analistas del mercado, también se presentan algunas “ventanas de oportunidad”.
El año pasado, la bolsa americana registró la peor caída desde la crisis de 2008. El índice S&P500 perdió un 19,9%, el tecnológico Nasdaq se derrumbó un 33,6% y el Dow Jones retrocedió 9,1%. A las acciones locales les fue un poco mejor, sobre todo a las energéticas, que registraron alzas de hasta un 265% en pesos. Pero la carrera contra la inflación y el riesgo a un salto en el tipo de cambio continúan siendo los dos mayores desafíos a la hora de invertir.
“El año pasado fue una muestra de lo que puede ser. Demostró que la Argentina ya no está sola en el mundo y hay que atender a lo que ocurre en otras latitudes. Este año estará signado por una mayor escasez relativa de dólares y por la tentación de un manejo irresponsable de la política económica con fines electoralistas. Además, la volatilidad derivada de los vaivenes de la política propiamente dicha estará a la orden del día. De esta forma, el inversor debería tener en consideración aquellos activos que ofrecen cobertura, ya sea contra el aumento de los precios o contra los movimientos del tipo de cambio financiero”, consideró Nery Persichini, economista de GMA Capital.
Para Fernando Camusso, director de Rafaela Capital, es “imposible” ver 2023 de forma completa. La forma más inteligente de invertir es hacerlo por trimestre, e ir siguiendo las noticias que marcarán el humor del mercado en los próximos meses. Caso contrario, se corre el riesgo de que en las carteras primen los números en rojo.
Trade electoral: la apuesta por los bonos y acciones
Para los inversores más agresivos, este año la estrategia está puesta en el resultado de las elecciones presidenciales, ya que se presenta como una riesgosa “ventana de oportunidad”. En las últimas semanas, el trade electoral por un cambio en el color político comenzó a hacerse presente en los principales activos locales. Según un análisis de Portfolio Personal de Inversiones (PPI), a cargo de Pedro Siaba Serrate, en las últimas cuatro de cinco elecciones consideradas “pro-mercado” resultó en un rally “importante” para bonos y acciones. La única excepción fue 2021.
“Las elecciones muestran tener influencia en la performance del mercado. Los bonos tiende arrancar antes el rally, entre seis a nueve meses previo a las elecciones, mientras que el mercado de acciones acentúa la suba cuatro meses antes. En los casos donde el candidato vencedor era el favorito del mercado, la tendencia alcista suele extenderse en los meses siguientes. No obstante, la reacción post electoral no suele ser feroz porque, hasta ahora, el mercado siempre logró anticiparse”, explicaron.
En cambio, esto no sucedió en los casos donde perdió un candidato “market-friendly”. Por ejemplo, en 2019 la sorpresa de las PASO repercutió de forma negativa: el índice accionario se desplomó un 48% y el riesgo país subió más de 1000 puntos en tres ruedas.
Para Persichini, si la mirada está puesta en la rentabilidad y las perspectivas para los próximos meses, el sector energético sigue siendo uno de los más atractivos. Habrá que seguir de cerca a las compañías que generan y distribuyen energía, sobre todo teniendo en cuenta la construcción del gasoducto y la producción de Vaca Muerta.
En cuanto al sector financiero, el que primero que da inicio al rally electoral, el economista se mostró escéptico. Según explicó, actualmente los bancos están “un escalón más abajo” en calidad patrimonial y de exposición al sector público, tanto por Leliq como títulos públicos en pesos, por lo que podría resentirse si el manejo de la deuda “no es demasiado amigable”.
Ganarle a la inflación: otro año de 100%
La contienda política estará en el centro de la escena, pero la inflación seguirá siendo el riesgo número uno para la billetera de los argentinos. El año pasado la suba generalizada de los precios fue la más alta desde la salida de la hiperinflación. Pero, para 2023, los economistas esperen que el país cierre con un alza del 98,4%, según el último Relevamiento de Expectativas del Mercado del Banco Central.
Si el objetivo es cubrirse de la escalada de los precios, los instrumentos CER (que ajustan por inflación) continuarán siendo atractivos. “El año se va a dividir en dos. Durante el primer semestre, habrá que considerar las inversiones con cobertura por inflación. Pero, quizás más cerca de las elecciones, habrá que pensar en carteras con mayor parte de activos dolarizados. Es un ciclo que se tendrá que ir siguiendo de cerca”, agregó Persichini.
Cedears: dolarizarse y huir del riesgo local
“Quienes puedan dolarizar, tienen que hacerlo”, advirtió Camusso. Actualmente, el contado con liquidación cotiza en torno a los $332, lo que representa un “buen punto de entrada” teniendo en cuenta la fuerte emisión secundaria que viene realizando el Central. Al observar la cantidad de pesos que circulan en la economía, dicha cotización debería rondar en los $400, según cálculos del economista.
En el mercado local, además del dólar billete, existen otras opciones para cubrirse de la escalada del tipo de cambio libre. Una de ellas son los Certificados de Depósitos Argentinos, más conocidos como cedears, son una de las inversiones más elegidas por los argentinos. Por un lado, porque permiten comprar “parte” de acciones de las grandes compañías del mundo, como Apple o Disney, y así esquivar el riesgo local. Por el otro, es una dolarización indirecta. Si bien se pueden comprar en pesos, las cotizaciones están atadas a los vaivenes del dólar contado con liquidación.
Además, a comienzos del año pasado también se sumó al mercado de capitales local la opción de comprar cedears de los llamados ETFs -exchange traded fund, en inglés, o fondo de inversión cotizado-. Estos instrumentos replican el rendimiento de otro activo, que puede ser un índice (S&P500, el más popular en Estados Unidos), un sector (como el tecnológico) o una commodity (oro).
“Incluso ante un desplome del 21,6% anual del S&P500, el Price Earning -que considera las ganancias esperadas en los próximos 12 meses- supera el promedio de los último cinco años en 7 de los 11 sectores. Se destacan el consumo discrecional (22,3 versus 22,2), tecnología (21,6 vs. 21,8) y consumo básico (21,4 vs. 19,1). Más allá del tímido upside que pueda existir en algunos sectores, a simple vista no hay mucho margen ante una recesión peor a la esperada que afecte las ganancias”, advirtió PPI.
En los próximos meses, el plano internacional también viene turbulento. El año 2022 se caracterizó por la suba de las tasas de interés de las principales economías del mundo, con el objetivo de contrarrestar la inflación más alta en cuatro décadas. Ahora, según remarcaron desde la sociedad de bolsa, al observar la pendiente de la curva de rendimientos de los bonos del Tesoro americano ya se descuenta una recesión con un 46,5% de ocurrencia, incluso superando los picos previos a las crisis de las Dotcom (2000), Subprime (2008) y Covid (2020).
“Pero si uno desde la Argentina quiere armar una cartera de Cedears, hay valor en el consumo masivo o discrecional, en energía e industriales. También hay oportunidades en empresa locales, como Vista Oil & Gas, Mercado Libre y Globant. Pero hay que ser selectivos, diversificar, hay un riesgo implícito alto. Así se está cuasi dolarizado″, opinó el director de Rafaela Capital.
Para quienes tienen una mayor cantidad de pesos para invertir, otra opción pueden ser las obligaciones negociables (ONs), los bonos que emiten las grandes compañías. Es un instrumento de renta fija, ya que se conoce de antemano cuánto pagará y cuándo. Es otra manera de posicionarse en moneda dura, ya que se entra en pesos, pero “devuelve dólares”.
“Las empresas de primera línea, que no querían tener problemas en un año electoral, plantearon los canjes en 2022. Recomendamos 2024 en adelante, hay buenas obligaciones negociables, con cupones más que aceptables. Nunca ha habido problemas con ONs, a lo sumo lo que se hace es plantear un canje, pero mejorando las posiciones nominales a los tenedores para que renueven. Con el precio actual del CCL, puede ser una oportunidad”, cerró Camusso.
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