Riesgo país: supera los 1500 puntos y es récord desde el canje de la deuda
Desde que la Argentina logró acordar con los acreedores y el riesgo país se desplomó a la mitad de su valor de un día para el otro, el índice elaborado por JP Morgan no deja de dibujar una trayectoria ascendente. Eso quiere decir, en otras palabras, que los bonos poscanje no paran de perder valor.
Esta tarde, el riesgo país creció 1,7%, alcanzó los 1509 puntos básicos y llegó a un récord desde el 9 de septiembre, última fecha en la que, para su cálculo, se utilizaron los títulos soberanos "viejos". El 30 de octubre de 2020, el índice tocó un pico de 1500 puntos básicos, aunque luego cerró en 1482.
El riesgo país es un índice creado por el banco JP Morgan calculado con base en el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes o EMBI, por sus siglas en inglés. Refleja la performance de los bonos de la Argentina, que en febrero tocaron mínimos a los que no llegaban desde octubre pasado.
En este momento, convergen factores políticos, económicos e internacionales para complicarle el escenario nuevamente a la Argentina. Estos son los cuatro motivos principales por los que el riesgo país volvió a los titulares y se acerca a un récord "poscanje".
Los cambios en la tasa de Estados Unidos
Está subiendo la tasa libre de riesgo, uno de los componentes con los que se calcula el riesgo país. "Como sube la tasa de los bonos de Estados Unidos a 10 años, las condiciones crediticias para los países emergentes comienzan a endurecerse: no solo sufren los bonos locales", señala Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma.
El problema, añade, es que la Argentina tiene la particularidad de que, cuando a todos les va bien, al país le va mal por sus propias razones, y cuando a todos les va al, al país le va peor. "Todos los países emergentes empiezan a sentir un poco la presión por la tasa de los bonos de Estados Unidos, pero además los bonos argentinos ya venían golpeadísimos por razones propias", sentencia.
La negociación extendida con el FMI
Idas y vueltas, mensajes cruzados entre el entorno de Cristina Fernández de Kirchner y el de Martín Guzmán, viajes que no se terminan de definir... El final de la novela de la negociación con el Fondo Monetario Internacional por un nuevo acuerdo todavía se ve muy alejado.
"En la negociación con el FMI hoy no está pasando nada, y eso es tiempo que se pierde para armar un plan económico", señala Matías Rajnerman, economista jefe de la consultora Ecolatina. "También denota una discrepancia entre el Fondo y el equipo económico respecto de cuánto ajustar el año que viene y los que siguen, y obviamente eso a los mercados no les gusta", describe.
Es decir, todavía hay ciertas tensiones respecto de cuán magra o expansiva será la política fiscal de la Argentina de los períodos que vienen y especialmente en un año electoral y pandémico en el que hay poco margen para ajustar. Este un punto clave para el organismo multilateral que dirige Kristalina Georgieva.
El escándalo de las vacunas
El escándalo del vacunatorio VIP influye en esta nueva suba, dice Rajnerman. "Los problemas políticos, sobre todo cuando involucran corrupción e inestabilidad, suelen ser un problema para los mercados financieros", describe.
La falta de un plan
"El principal motivo es que el Gobierno jamás se preocupó por brindar información sobre un plan económico -dice Juan Ignacio Paolicchi, analista de Empiria-. Nadie está esperando que haya déficit cero después de la pandemia, pero sí que haya un sendero fiscal que asegure cierta sostenibilidad para pagar la deuda".
En ese sentido, dice, hoy se ve un escenario de falta de confianza, reservas del Banco Central complicadas, dudosa sostenibilidad fiscal y complicaciones para los pagos de deuda en dólares. "Postergar el acuerdo con el Fondo, atrasar tarifas y una política monetaria que no es consistente con la inflación termina con los bonos con precios por debajo de los US$35", sentencia, y añade que todo sucede en un contexto que, en realidad, debería ser favorable para la Argentina: "Es un mundo de tasa cero, liquidez global y flujo a emergentes".
"Después de los canjes exitosos, como los de Ucrania y Uruguay, los países prometían superávit de tres puntos, y la Argentina promete un déficit de 4,5 primario", señala Fernando Marull, de la consultora FMyA. "El Banco Central no está comprando superávit comercial, sino comprando reservas gracias a que puso un cepo, y eso no es sostenible en el largo plazo", concluye.
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