Ricardo Arriazu: "Vaca Muerta tiene un impacto directo en el crecimiento del PBI"
El economista destacó que el sector energético representa 6% del producto nacional y tiene una fuerte influencia en el empleo, las cuentas externas y la recaudación
Si tomamos las reservas probadas por la Agencia de Información de Estados Unidos, Vaca Muerta equivale a 10 veces el PBI. Otra manera de verlo es que es tres veces el stock total de capital de la Argentina, cinco veces el valor total de la tierra o 150 años de cosecha". Estos son los motivos por los que el economista Ricardo Arriazu reconoce que Vaca Muerta es "una verdadera oportunidad". "Pero todo esto no sirve de nada si no se sacan los recursos", aclaró al iniciar la presentación de un informe especial que realizó junto a su equipo para dar cuenta del impacto económico que tendría el desarrollo integral de este recurso.
El estudio llevó un año de trabajo y fue realizado gracias al apoyo de Arcor, Delta, Sullair, Grupo ST, Eduardo Lomanto, Fernando Pesci y Gonzalo Piñero. Mientras en la primera fila los presidentes de las principales petroleras que operan en el recurso y el gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, escuchaban atentos y tomaban nota, Arriazu habló de las variables a tener en cuenta para que Vaca Muerta pase de ser una oportunidad a una realidad desde el punto de vista macroeconómico.
Comenzó con un breve repaso histórico. "A pesar de ser muy ricos en energía, nuestra historia es turbulenta. Desde el descubrimiento del petróleo, en 84 de 111 años fuimos importadores netos de energía. Hemos tenido apagones, racionamientos y limitaciones al uso de autos, todo tipo de cuestiones", analizó. Sobre este punto, agregó que la balanza energética mostró un saldo positivo neto entre el 82 y el 85 y entre 1990 y 2010. "Pero si sumamos todo lo que importamos y todo lo que exportamos, hemos sido exportadores netos en 100 millones de toneladas equivalentes de petróleo. Lo que vemos es una falta de consenso en políticas estratégicas: quién debe producir, cuál es el precio... A lo largo de nuestra historia hemos tenido cambios enormes", agregó.
Esto se ve directamente reflejado en la caída de las reservas probadas. "En los años 70 teníamos reservas probadas por 19 años. Después de Loma La Lata fuimos a 27 años y hoy en día tenemos menos de ocho años de reservas probadas, lo que implica que enfrentamos una emergencia energética", informó.
Aquí es donde Vaca Muerta toma real importancia. Para Arriazu, para entenderlo es necesario responder tres preguntas: si realmente existen esos recursos, si es económicamente viable extraerlos y, de serlo, con qué velocidad se va a desarrollar. "Las dos primeras corresponden a los técnicos, los economistas podemos ayudar en la tercera", estableció.
En este punto, el problema surge con la aplicación de altas tasas de descuento en la evaluación de los proyectos. "Poner una tasa del 25% de descuento en un proyecto a 25 años hace inviable cualquier tipo de actuación. Eso es macroeconomía e instituciones", definió. Arriazu continuó su análisis y aclaró que resulta fundamental entender que estamos ante un círculo virtuoso. "Si producimos, mejoran las cuentas externas, mejoran las cuentas fiscales, baja el riesgo país, baja la tasa de descuento, aumentamos la tasa de inversión y así producimos. Si no entendemos esto, Vaca Muerta va a ser una nueva gran oportunidad fallida en la Argentina", resumió.
Con respecto al desarrollo actual de la producción de petróleo y gas, el economista dijo que "está claro que hemos comenzado con el gas y ahora nos vamos a ir todo a petróleo" y que "volveremos con el gas seco cuando continuemos avanzando". Esto sucede porque los mercados son distintos. Mientras que el petróleo funciona como commodity, el gas presenta mayores dificultades: no es fácil de almacenar ni de transportar. Solo se puede vender a vecinos por gasoductos y para exportar necesita pasar por el proceso de licuefacción, lo que implica fuertes inversiones y tiempo. "Hoy, en petróleo y en todo lo que tenga black oil condensado somos claramente competitivos; en gas estamos ahí", agregó.
Al hablar del impacto de Vaca Muerta sobre el PBI, Arriazu confirmó que "la producción de petróleo y gas eleva el crecimiento del PBI argentino en forma directa e indirecta". "Todo lo que se relaciona con energía está en cuatro líneas del PBI y es más o menos el 6%. Por lo que, si los hidrocarburos subieran en un 6%, eso solo haría que la tasa de crecimiento aumentara un 0,4%", explicó.
Sin embargo, pidió no olvidarse de los efectos indirectos que Vaca Muerta derrama a otros sectores: desde la mano de obra, los servicios, la comida y la infraestructura. Específicamente, el desarrollo de Vaca Muerta tiene un impacto directo en el empleo, las cuentas externas y la recaudación nacional y provincial. El impacto es enorme, pero si no lo manejo bien puedo tener cuellos de botella", alertó.
A pesar de que el mundo aprendió a ser más eficiente en el uso de la energía, se puede ver un aumento de la demanda. "Nosotros estamos desperdiciando recursos a través de políticas de subsidio, pero eso incluye el hecho de que la industria no pudo tener el gas que necesitaba. Hay una caída de la demanda por eficiencia, pero hay un aumento por mayor crecimiento económico y mayor disponibilidad del gas", analizó.
"Tener recursos no significa ser exitosos económicamente". Es una premisa que Ricardo Arriazu repitió en el transcurso de su presentación para dejar en claro que el éxito no está en tener recursos per se, sino en su administración. "Hay países que tienen recursos y fracasaron económicamente. Eso se llama la maldición de los recursos naturales. Muchos de los grandes países exitosos no tienen recursos, porque el crecimiento está basado en el sacrificio, el esfuerzo y la prudencia", subrayó.
Al hablar del caso argentino, aclaró que en 1850 el PBI per cápita estaba un 50% por encima del promedio mundial. En 1913 pasó a estar dos veces y medio por encima y en 1970 dos veces. "Hoy en día es un 17%. Estamos peor que en 1850. El mundo aprendió a crecer y nosotros aprendimos a decrecer", diagnosticó.
Otro de los peligros que Arriazu mencionó en su presentación es el de "la enfermedad holandesa", que consiste en una baja en la competitividad y encarecimiento en dólares ante un ingreso fuerte y masivo de divisas. "Si manejo mal los recursos, el tipo de cambio puede llegar a ser tan bajo que ni siquiera el campo pueda ser rentable, mucho menos la industria. Por lo tanto, el manejo no es solo técnico, del sector energético, sino un manejo de equilibrio general de toda la economía", indicó.
Entre los modelos a tener en cuenta, Arriazu habló del caso de Dakota del Norte como lo más parecido a Neuquén. "La tasa de crecimiento de la población en Dakota fue mucho más grande que en Estados Unidos, lo mismo la tasa de crecimiento del empleo, la tasa de crecimiento del PBI y de los salarios fue más grande y eso generó problemas en salud, educación y salarios", señaló.
En esta línea mencionó dos casos que se desarrollan en su informe: el de Noruega, que manejó sus recursos excepcionalmente bien, y el de Angola, que lo hizo excepcionalmente mal. Quedará, entonces, para la Argentina ver en qué equipo de países quedará con el desarrollo de Vaca Muerta.
Efecto nacional
Cómo influye el sector energético en el PBI
6%
"Todo lo relacionado con energía es más o menos el 6% del PBI. Por lo que, si la producción de hidrocarburos subiera en un 6%, eso solo haría que la tasa de crecimiento aumentara un 0,4%"
Diagnóstico
"En 1850 el PBI percápita de la Argentina estaba un 50% porencima del promedio mundial. En 1913, pasó a estar 2,5 veces por encima y en 1970, 2 veces. Hoy es un 17%. Estamos peor que en 1850. El mundo aprendió a crecer y nosotros aprendimos a decrecer"
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