Ricardo Arriazu: “El problema de la Argentina es la pelea interna, la desconfianza y que no hay incentivos de largo plazo”
El economista planteó que el Gobierno mantendrá hasta fin de año la estrategia que ya comenzó a aplicar de cara a las elecciones.
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CORDOBA.- “El Gobierno sabe que viene mal en las encuestas y su estrategia es menor devaluación, retraso de tarifas, que no se escape el dólar, ponerle plata a la gente en el bolsillo y vacunar. Harán eso hasta después de las elecciones, hasta diciembre ¿Es sostenible? Sí”. La definición es del economista Ricardo Arriazu, quien enfatizó que el problema de la Argentina es “la pelea interna, la desconfianza y que no hay incentivos de largo plazo”.
Disertó sobre “escenarios económicos post elecciones” invitado por S&C Inversiones. Sobre la recuperación de los precios de los papeles argentinos, lo adjudicó a que los “mercados le dan credibilidad al rumor de que (Sergio) Massa comienza a tener más influencia” y que Martín Redrado “iría a Economía”.
Arriazu se refirió a los trascendidos acerca de que Cristina Kirchner “no quiere” el default, aunque le gustaría que el Fondo Monetario Internacional (FMI) dijera “nos equivocamos, les damos 20 años”. Para él - representó a la Argentina y a otros países latinoamericanos en el directorio del organismo- eso “no va a pasar”, pero advirtió que el FMI “puede repetir los errores de 2018, cuando el programa fue pésimo”.
La Argentina, describió, está dominada en el corto plazo por las elecciones y por los vencimientos del año 2022 en dólares, que suman US$18.000 millones. “Es imposible de pagar, el problema argentino es que nadie nos renueva. O nos renueva el FMI con un paquete o vamos a default; si no hay acuerdo con el Fondo somos parias internacionales”, dijo.
En el escenario de un acuerdo con el FMI de facilidades ampliadas, en el corto plazo el organismo pedirá ajuste fiscal y en el largo, reforma tributaria y laboral. Para Arriazu, el ajuste que se exigirá será “pequeño” porque “no estamos tan lejos, todo el aumento de gasto preelectoral se puede retrotraer, no es permanente”.
La clave, a su criterio, es que -de tomarse las medidas- se genera confianza. “Es lo único que va a generar expansión económica”; para 2022 su estimación de crecimiento sustentable es de 2,5%. En el corto plazo lo que puede afectar el crecimiento es la evolución de la pandemia, del mundo y los principales socios comerciales, de los precios internacionales, las expectativas electorales, y los impulsos fiscal y monetario.
Actividad y reservas
El economista analizó esos puntos. Calculó que datos positivos de la actividad económica se plancharán después de agosto; sobre los precios internacionales insistió en que no hay “grandes” expectativas de inflación (para 2022 el impacto en la Argentina de este ítem será “neutro”) y no espera que Brasil crezca fuerte el año próximo, con lo que también incidirá poco a nivel local.
De cara a los próximos meses, sostuvo que se perderán reservas y, de ser necesario, volverán a la misma situación de 2020, de reservas negativas. Con control de cambios, la salida de capitales se da por el comercio exterior. “Hasta fin de año se emitirá más de lo que la gente quiere y habrá pérdida de divisas”, graficó. El déficit fiscal cerrará entre 3% y 3,5%.
Inflación
Arriazu le dedico un segmento de su exposición al análisis de la inflación y fue tajante respecto de que para controlarla se deben controlar tres variables a la vez: estabilizar el tipo de cambio nominal, desindexar la economía para “romper la calesita de los precios relativos” y dejar de emitir para lo cual “no hay que tener” déficit fiscal.
“Todo el resto no la baja”, definió y añadió que hay que entender cómo aplicar el trabajo en los tres factores porque se requiere de acuerdos para avanzar. “Todos creen que sus precios están atrasados, pero no se pueden cambiar todos los precios relativos al mismo tiempo”, ratificó. Estimó una inflación del 47% para este año.
El mundo
Al comenzar, el economista repasó el contexto económico mundial y aseguró que entre la mejora de este año y el crecimiento estimado para el 2022, será “como si nunca hubiera habido una crisis; es impresionante el rebote” y enfatizó que no se recuperará más porque “no hay capacidad productiva” por lo que entiende que algunos cálculos “pecan de optimistas”.
Respecto de los peligros inflacionarios en el mundo, dijo que “no se irá de cauce” aunque será más alta de la proyectada. Para los Estados Unidos, Arriazu pronosticó una época de “años locos” porque todos los sectores están gastando más que antes de la pandemia.
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