Resultado fiscal: los números juegan en contra del Gobierno
Los gastos caen, pero los ingresos lo hacen aún mas; el Gobierno se aleja de una meta con el Fondo Monetario Internacional
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La economía fue inundada de pesos sin justificación durante los años de gestión del Frente de Todos. Pese a que circulan sin que nadie los quiera, al Estado le faltan. En abril, hubo una caída interanual real negativa de 17,7% en los ingresos públicos, según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal. El gasto también cayó, pero menos: lo hizo en el orden de 9,7%. Esa diferencia arroja un alarmante resultado: el déficit primario creció 100,4% en términos reales (318,5% nominal) y el resultado fiscal, 33,3%, entre el mes pasado de este año y del anterior.
En el acumulado del año, los ingresos totales cayeron un 12,9%, mientras que el gasto primario bajó un 6,6% interanual real. Como resultado, el déficit acumulado en el primer cuatrimestre ascendió a 0,62% del PBI (0,29 puntos porcentuales más que el primer cuatrimestre de 2022). El Gobierno debe cumplir una meta con el FMI del 1,9% del PBI para fin de año, por lo que el Iaraf alerta que deberá hacer un gran ajuste. Lo mide en términos de “esfuerzo fiscal”, que continúa en crecimiento.
“Mes a mes, el esfuerzo fiscal que queda para el resto del año es mayor. Esto obedece a que, durante los primeros cuatro meses del año, el déficit fue siempre superior al de iguales meses de 2022. El desafío fiscal es enorme durante este 2023, año de elecciones presidenciales, signado por una de las sequías más importantes que haya tenido la Argentina”, remarcaron.
Al mirar al interior de los principales gastos nacionales, se ve que la caída real (descuenta el efecto de la inflación) estuvo motivada por una reducción del 45,9% en los subsidios al transporte, 43,1% menos de bienes y servicios, 38,4% de baja en las asignaciones familiares y por hijo y 37,3% en las transferencias corrientes a las provincias.
En sentido contrario, aumentaron las transferencias a las universidades (6,9%), las prestaciones al PAMI (8,4%), salarios (8,7%), transferencias de capital a provincias (23,3%), otros gastos corrientes (27,7%) y subsidios a otras funciones, que tuvo un incremento de 84,5%.
Desde la perspectiva del mayor ahorro de recursos, la disminución real más significativa se observa en el rubro de subsidios a la energía. Le siguieron las jubilaciones y pensiones contributivas (con una disminución de $232.000 millones), las asignaciones familiares (con una disminución de $174.000 millones) y los bienes y servicios (con una disminución de $117.000 millones). “En conjunto, estos cuatro rubros representaron una reducción total de gasto de casi $857.000 millones en términos de moneda de abril de 2023. Por otro lado, el gasto destinado a Programas sociales experimentó el mayor aumento, alcanzando un total de $265.000 millones”, destacaron desde Iaraf.
La merma en la recaudación, por otra parte, se intuía debido a la falta de lluvias en la zona productiva y la caída en las exportaciones, pero un informe revela que este no es el único motivo. En realidad, el 56% de la baja en los ingresos se debe a los impuestos al comercio exterior, mientras que el otro 44%, tiene otra causa.
Los ingresos estatales no se vinculan únicamente a los impuestos. También percibe por los llamados “no tributarios”, principalmente rentas a la propiedad. Se trata de los montos que se generan en concepto de inversiones reales o financieras que hace el Estado, como intereses, dividendos, arrendamientos de tierras y terrenos públicos o derechos sobre bienes propios. La variación interanual de lo ingresado en este campo se desplomó 34,5% en términos reales entre abril de 2022 y de este año.
La mayor parte de estas rentas se genera entre la diferencia de valores adjudicados a los títulos que el Gobierno emite. La consultora 1816 explicó cómo funciona este concepto en un informe del año pasado, realizado para explicar una curiosidad. La Argentina pudo cumplir con las metas del Fondo Monetario Internacional en términos de déficit en 2022, en gran parte por estas rentas. La cuestión abrió una polémica, debido a que estaba prohibido en el memorándum de entendimiento registrarlas como ingresos.
“Si, por ejemplo, la Argentina coloca $10.000 millones de Valor Efectivo de un instrumento CER [atado a la inflación] cuyo Valor Nominal (VN) es de solo $5000 millones (por tener precio de colocación de $200 en lugar de $100 de VN), la diferencia de $5000 millones se cuenta como ingreso para las cuentas públicas (vía el concepto rentas de la propiedad). Y hay una particularidad: cuando las diferencias entre Valor Efectivo y Valor Nominal son negativas, no se consideran en esta línea”, explicaron los economistas de la firma.
Lo cierto es que en 2022 estas rentas resultaron excluidas de la ejecución presupuestaria por alcanzar el límite establecido con el FMI del PBI y en 2023, fueron completamente eliminadas de la contabilidad. “El hecho de no contabilizarlas más deriva en una caída de las rentas netas de 0,25 puntos porcentuales del PBI. Casi que en un cuatrimestre se agotó la caída prevista de rentas para todo el año”, dijeron desde Iaraf en un informe.
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