Restricciones a las importaciones: dos empresas dejan de producir de manera temporaria por falta de insumos
Se trata de las compañías YKK y Avery Dennison, que indicaron que se quedaron sin materias primas para seguir produciendo
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Las mayores restricciones a las importaciones que impuso el Ministerio de Economía para cuidar las escasas reservas del Banco Central (BCRA) comenzaron a impactar en las cadenas de producción. Al menos dos empresas enviaron comunicados a sus clientes esta semana informando que, debido a la falta de insumos, iban a tener que frenar sus plantas productivas.
La primera fue YKK, una compañía multinacional, radicada en la Argentina desde 1981, que se dedica a la fabricación de cierres a cremallera. “Lamentamos informarles que a partir del día de la fecha no recibiremos más pedidos. La falta de ingreso de materia prima nos obliga a tomar esta decisión. Las órdenes pendientes las cumpliremos dentro de nuestras posibilidades“, comienza la carta enviada el pasado miércoles.
“Hemos hecho todo lo que está a nuestro alcance para poder cumplir con el sector textil, conocemos las consecuencias de la medida dado que el 40% de mercado se verá afectado, pero lamentablemente no hay otra alternativa. Esperamos sepan entender la situación”, finaliza la misiva, firmada por el vicepresidente de la empresa, Aldo Iezzi.
La segunda empresa afectada es Avery Dennison, una compañía global con sede en California, que fabrica materiales autoadhesivos para etiquetas y aplicaciones gráficas. “Estimados Clientes. Desde nuestro último comunicado enviado el 8 de noviembre, no ha habido cambios significativos acerca de la situación de Importación de materias primas, productos terminados y pagos a proveedores del exterior”, dice la carta enviada también el 16 pasado.
“Como ya hemos comentado, la gran mayoría de los componentes que utilizamos en la fabricación de productos autoadhesivos en Argentina es importado. Es por ello que la situación actual nos pone en una posición muy compleja para seguir operando. Por este motivo, anunciamos que estaremos suspendiendo nuestra producción en la Argentina entre los días 3 de diciembre de 2022 y 5 de enero de 2023, pudiendo retornar antes en caso de que las condiciones cambien en los próximos días o semanas. Desafortunadamente, ya estamos llegando a nuestro límite para aceptar más órdenes de ventas, para incluso, los meses de noviembre y diciembre”, finaliza el comunicado.
Si bien el Ministerio de Economía presentó al nuevo Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) hace poco más de un mes como un mecanismo que genera más previsibilidad, en la práctica, las empresas están teniendo más problemas para conseguir las autorizaciones necesarias, lo que genera incertidumbre y pone en alerta las cadenas de producción.
“Es un favor que te pedimos”, le rogó el secretario de la Unión Industrial Argentina (UIA) Miguel Ángel Rodríguez, director de Operaciones de Sinteplast, al ministro de Economía, Sergio Massa, en la conferencia industrial de la semana pasada, cuando le explicó que hay empresas que están llegando a una situación crítica de los stocks.
El titular de la UIA, Daniel Funes de Rioja, indicó que el Gobierno “está dando respuestas” a los reclamos. “Hay mayor agilidad en términos de la SIRA, pero el tema de los plazos y la eventual financiación hasta que se cumplan los 180 días o lo que fuere requiere armar con el Banco Nación y otras entidades alguna alternativa ‘puente’”, dijo a LA NACION.
“Estamos analizando el tema y esperando la reacción de las cámaras y empresas. También hay algunas cuestiones con importaciones temporarias que estamos conversando. Hay diálogo y esperamos que se vayan concretando los resultados. La situación es compleja, pero entendemos que podemos ir destrabándola, confiamos en que se le dé el ritmo necesario”, agregó el presidente también de la cámara de alimentos, Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal).
Mientras tanto, el drenaje reservas del Banco Central no cesa y, en lo que va del mes, la entidad ya vendió US$902 millones, la misma cantidad que en todo noviembre de 2021. El BCRA tiene, al momento, reservas netas para hacer frente a la demanda restringida de divisas, gracias a los US$5000 millones que compró a un tipo de cambio de $200 en septiembre, pero la sequía y la brecha cambiaria aceleraron las ventas, y a un tipo de cambio más barato, de $162.
Los reclamos del sector privado son dos. Por un lado, el Ministerio de Economía anunció más previsibilidad acerca de las fechas de pago del Banco Central. Esto quiere decir que, cuando una compañía recibe la autorización de la SIRA, automáticamente le figura qué día la entidad monetaria le venderá los dólares para cancelar los pagos en el exterior. Sin embargo, no hay un plazo previsible acerca de cuánto tarda el Gobierno en aprobar la SIRA, de acuerdo con diversos ejecutivos. Según indicaron fuentes oficiales, casi el 51% de las operaciones ya fueron aprobadas.
El segundo reclamo se centra en los plazos de venta de dólares del Banco Central. Según la reglamentación, a las grandes empresas se les dan las divisas a los 180 días de haber realizado el pedido de autorización, mientras que para las pequeñas compañías, el plazo es más corto, pero no menor a 60 días. En este tiempo, los importadores deben pedir un crédito, usar dólares propios o pedir al proveedor que los espere para efectuar el pago, con la incertidumbre de no saber si realmente el Banco Central les dará los dólares cuando se cumpla ese período.
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