Respaldo de Weretilneck y Schiaretti al rumbo de Macri
Los gobernadores coincidieron en que le darán el aval más allá de los resultados en las elecciones; Vidal admitió haber tenido un primer semestre de 2016 "muy difícil"
Para los inversores la foto fue más que clara. El mensaje oficial, también. Un gobierno de minoría que va a elecciones, con poco margen de maniobra en el Congreso, pero con gobernadores de signo contrario que no sólo respaldan el rumbo económico más allá del resultado en los comicios, sino que prometen lo que Mauricio Macri en soledad no puede ofrecer: una reforma tributaria.
"El resultado de las elecciones de octubre no cambiará nada. Vamos a garantizar la gobernabilidad siempre. Este rumbo es el de todas las fuerzas políticas", recalcó Juan Schiaretti, gobernador peronista de Córdoba e importante aliado del Gobierno, frente a empresarios como Eduardo Elsztain (IRSA), Gastón Remy (Dow) o Enrique Pescarmona (Impsa), entre muchos otros del exterior, que lo escuchaban ayer en el World Economic Forum en el Hotel Hilton. "Las elecciones no van a detener el cambio", compartió Alberto Weretilneck, mandatario rionegrino, que viene del justicialismo pero que hoy en su provincia anuda buenas relaciones con la UCR. Agregó que actualmente existen "distorsiones o sobrecargan la economía" y que es necesario que vaya "hacia un nuevo régimen tributario que alivie a las empresas".
En el mismo panel, llamado "Argentina cambia", y ante esas palabras, María Eugenia Vidal, Rogelio Frigerio y Federico Pinedo no podían hacer otra cosa sino sonreír. "Éste es el rumbo correcto y lo apoyamos. Volver al mundo, ser sujetos de crédito y dar seguridad jurídica para que se invierta", agregó Schiaretti. "Macri tiene una virtud. Hay una agenda consensuada y por eso no hay tensiones en torno a los objetivos centrales de la Nación", completó Weretilneck.
En el oficialismo no pudieron estar más de acuerdo con la visión de los gobernadores aliados. "Si la provincia de Buenos Aires no cambia, no cambia la Argentina", dijo Vidal, que reconoció que el país y su territorio había vivido un primer semestre de 2016 "muy difícil".
La gobernadora bonaerense estimó que había recibido una provincia con 600.000 estatales que no cobraban sus salarios y con proveedores que tenían deudas de dos años. "Empezamos a sanear la provincia", sostuvo Vidal, que sólo hizo una referencia menor a su batalla con los gremios docentes: "Ustedes saben que estamos haciendo un profundo debate sobre el sistema educativo en la provincia de Buenos Aires". Entre los funcionarios que la acompañaban apostaban a un desgaste del frente gremial. "No vamos a ganar por knock-out seguro, pero es posible que sea por puntos", señalaron. Una operación desgaste.
"El objetivo es que no haya saltos bruscos en la economía, que haya un crecimiento sostenible, honesto y gradual", explicó la gobernadora ante los empresarios. "Vamos hacia un acuerdo fiscal que incluya una reforma tributaria. En esta elección, se gane o se pierda, vamos a seguir en un contexto de minoría y diálogo. Teniendo que consensuar, que es más complejo pero más sólido", agregó.
En ese sentido, Frigerio insistió en la intención oficial de modificar el pacto de responsabilidad fiscal -por lo que ya hubo reuniones en Mendoza hace semanas- para "llegar gradualmente al equilibrio fiscal, generar reglas y mayor estabilidad. Lo importante es que recuperamos la confianza".
Fue el ministro del Interior el que enumeró los sectores en los que el Gobierno espera grandes inversiones: agroindustria, industrias extractivas, energía renovable, infraestructura, telecomunicaciones, mercado aerocomercial. No estuvo en la enumeración la industria manufacturera, apuntada oportunamente por Schiaretti. Claro que Córdoba depende en gran parte del sector automotor.
Frigerio explicó que los nombrados habían sido los sectores que "recibieron estímulos y se han adaptado" al nuevo modelo económico.