Cuántas reservas tiene el Banco Central y qué medidas se podrían tomar para frenar la pérdida de divisas
Las tenencias brutas informadas por la entidad son US$37.565 millones, pero el monto neto cae si se descuentan los encajes de los depósitos, el swap con China y otros componentes; las alternativas para contener el drenaje, según los analistas
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El pago de los vencimientos al Fondo Monetario Internacional (FMI) anunciado hace diez días por el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía Martín Guzmán mermó todavía más las reservas disponibles del Banco Central (BCRA). Lo que ya era una situación delicada para la autoridad monetaria pasó a ser crítica que llevó, por caso, a cerrar más el acceso que tienen las empresas a los dólares, tal como publicó hoy LA NACION.
En este contexto, los economistas consultados por LA NACION coinciden en que el volumen neto es escaso como para afrontar los próximos vencimientos de deuda (US$200 millones con el Club de París este mes y US$2800 millones con el FMI en marzo) y para seguir interviniendo en el mercado de cambios y frenar una escalada del dólar.
El BCRA convalidó ayer el mayor ajuste del tipo de cambio oficial en casi un año: dejó trepar al dólar mayorista vendedor de $105,41 a $105,68 (0,256% o 27 centavos), lo que supone la mayor alza porcentual para una rueda de inicio de semana desde comienzos de marzo de 2021. El organismo conducido por Miguel Pesce terminó el día recomprando unos US$50 millones, cifra que le permitió equilibrar el saldo resultante de sus intervenciones sobre el mercado del mes.
Hoy, en tanto, el BCRA convalidó otra suba de 14 centavos en el dólar oficial (llegó a $105,82), y según fuentes del mercado terminó la rueda con un saldo positivo de US$2 millones. Sin embargo, el verdadero interrogante es cuántas reservas tiene disponibles el organismo.
Las reservas brutas informadas por la entidad son de US$37.565 millones correspondientes al 3 de febrero, el dato más actual que presenta la autoridad monetaria. Sin embargo, la cifra de reservas brutas incluye activos que no son de uso líquido, es decir, que no se pueden usar para intervenir en el mercado de cambios diario.
Al total bruto informado por el BCRA hay que restarle, por ejemplo, el monto correspondiente a los encajes de depósitos en dólares (US$12.100 millones) o el swap con China (US$20.000 millones).
Por esa razón, los economistas hacen sus propios cálculos sobre cuántas tenencias tiene disponibles el Banco Central, bajo el nombre de reservas netas o libres. Al no haber un criterio definido, las estimaciones de las consultoras varían, pero la conclusión es la misma: las reservas son escasas.
Para la consultora EcoGo, la última estimación de reservas netas es de -US$178 millones. En tanto, LCG las estimó en unos -US$1000 millones, mientras que C&T Asesores Económicos calculó unas reservas netas de -US$500 millones.
En cambio, para las consultoras Econviews y Empiria, las reservas netas llegaron a cero tras el pago con el FMI, y hasta que ingresen dólares vía exportaciones gracias a la cosecha de la soja, que comienza a fines de marzo, no tendrá afluencia positiva de divisas. Algo similar estimó la consultora GMA Capital, que estimó unos US$100 millones de reservas netas.
Cómo evitar el drenaje y qué alternativas tiene el BCRA para acumular reservas
Los economistas consultados por LA NACION coinciden en que las herramientas que le quedan al Banco Central para acumular reservas son pocas, y ninguna de las opciones está exenta de consecuencias para la economía. Caber recordar que uno de los compromisos pactados con el FMI es acumular US$5000 millones este año, incluyendo lo desembolsos que haría ese organismo.
La primera alternativa es endurecer el cepo cambiario y limitar todavía más el acceso a los dólares. Podría hacerlo, por ejemplo, reduciendo o eliminando la posibilidad de comprar US$200 mensuales al tipo de cambio oficial. En diciembre, según datos oficiales, 907.000 argentinos compraron divisas, y representaron una salida de US$174 millones (el monto mensual más alto de 2021).
“Cualquier señal de endurecimiento de los controles cambiarios va a dar la señal de que la crisis se profundiza en lugar de empezar a salir. En términos de expectativas es peor, genera más demanda de divisas en cualquiera de los otros canales, como los dólares financieros. Dentro de las posibilidades de políticas razonables no debería estar el endurecimiento de ninguna de las medidas de control de cambios”, señaló Martín Kalos, director de EPyCA Consultores.
“Cualquier receta que se salga de lo que ya ocurre generaría un problema de expectativas contraproducentes, demanda de dólares por otros canales y una cobertura contra el riesgo de una crisis que termina siendo una profecía autocumplida”, agregó el economista.
Otro aspecto del endurecimiento del cepo implicaría ajustar las importaciones, que son las que operan con el tipo de cambio oficial y que representan la mayor fuente de absorción de las reservas internacionales.
“Endurecer el cepo podría ser contraproducente, ya que aumentaría la demanda de dólares y podría haber un recalentamiento de la brecha. Pero tampoco se puede recortar mucho las importaciones, porque podría afectar al crecimiento de 4% que se necesita para cumplir las metas del FMI”, analizó Lucio Garay Méndez, de EcoGo.
“Si el Gobierno quiere seguir manejando el tipo de cambio tiene que restringir la compra de dólares, y el grueso hoy en día tiene que ver con las importaciones. Ya lo hicieron en octubre después de las PASO, cuando trabaron mucho el pago de importaciones al exterior, pero el costo fue que la actividad económica cayó ese mes”, explicó Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos. “El dilema del gobierno es ese: si restringen las importaciones, el nivel de actividad va a sufrir”, advirtió el economista.
En la misma línea opinó Juan Ignacio Paolicchi, de Empiria Consultores: “El Gobierno podría endurecer más el cepo, pero con el riesgo de que impacte en el nivel de actividad, ya que esa restricción adicional podría impedir importar bienes necesarios para que se siga produciendo”.
Otra opción que tiene el BCRA es acelerar el ritmo devaluatorio y buscar achicar la brecha cambiaria. “Si no logran reducir las importaciones, la única alternativa que queda es devaluar. Y devaluar sin un plan es complejo”, aseguró Andrés Borenstein, de Econviews.
“Si se endurecen las restricciones cambiarias, se obliga a la gente a recurrir al mercado paralelo. Entonces sube la cotización del blue, por lo que aumenta la brecha cambiaria, y hay incentivos a adelantar importaciones, porque son más baratas al dólar oficial. Al mismo tiempo, incentiva a liquidar exportaciones por canales no oficiales para recibir un pago más alto. Nuevamente se entra en la dinámica de falta de dólares. Se genera un ciclo que se retroalimenta”, sostuvo Matías De Luca, de la consultora LCG.
Por otra parte, Tiscornia dijo que, si quiere seguir manejando el tipo de cambio, el Gobierno tiene que endurecer el cepo y restringir la compra de dólares. “No entran muchos dólares, el BCRA no tiene mucho margen de maniobra, y liberar más el tipo de cambio provocaría más inflación. Creo que van a tratar de no tocar el tipo de cambio, a la espera de pasar estos meses y que llegue la cosecha de la soja”, pronosticó el economista.
Una herramienta más por la que podría optar la entidad financiera es limitar los dólares que se pierden a través del turismo. Hace pocos meses, el Banco Central eliminó la posibilidad de pagar en cuotas los pasajes al exterior, y prohibir los pagos en dólares a través de las tarjetas de crédito podría reducir la pérdida de reservas.
Para Borenstein, una medida en ese sentido podría ayudar, pero sería fuertemente impopular. Según Nery Persichini, de GMA , “son cartas que están en el mazo” y que podrían verse antes de que la decisión sea subir el precio del dólar. “El inconveniente es que ahora el margen de maniobra es mucho más reducido”, advirtió.
Paolicchi, en tanto, opinó que los consumos en el exterior son difíciles de limitar, y el efecto de controlarlos es cada vez menor. Algo similar sostuvo De Luca, quien aseguró que “no mueve la aguja para la magnitud del problema” a gran escala. “Se puede hacer que todos los consumos con tarjeta tengan que pagarse con dólar billete, pero son monedas. Sería una medida para la tribuna”, añadió.
Todas las opciones presentan dificultades y el corto plazo tensa la soga de la economía real. La cosecha de marzo podría traer alivio, pero el vencimiento con el FMI en el horizonte (US$2800 millones en marzo) y un pago pendiente al Club de París (US$200 a fines de febrero, con el pendiente de renegociar una deuda de US$2000 millones) presenta un escenario desafiante para las próximas semanas.
“El Gobierno está esperando las liquidaciones del agro, cuyos precios exportables todavía continúan altos, mientras acelera un poco el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial. El problema es que eso no resuelve el problema en el cortísimo plazo, que es lo que actualmente preocupa”, sostuvo De Luca.
Para Kalos, la mejor alternativa para despejar los problemas del corto plazo es cerrar el acuerdo con el FMI y conseguir fuentes de financiamiento alternativas de organismos multilaterales como el BID o el Banco Mundial.
Según Persichini, el Banco Central podría ganar algo de tiempo elevando la tasa de interés por encima de la inflación, esperada para ofrecer un premio positivo en términos reales para los tenedores de pesos. “El inconveniente es que ahora el margen de maniobra es mucho más reducido”, advirtió.
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