Rescate de Chipre pone nerviosos a pequeños países con bancas grandes
BRUSELAS—Los riesgos de ostentar una gran industria financiera se convirtieron en un punto de preocupación el miércoles cuando el rescate de Chipre echó luz sobre pequeños países europeos que dependen de la banca para su empleo y desarrollo económico.
El tema ha incomodado sobre todo a Luxemburgo y Malta luego de que el debate sobre Chipre provocara que ministros y políticos europeos cuestionaran la viabilidad de albergar un gran centro financiero en un país pequeño. El rescate de Chipre tiene como condición que el país reduzca su industria de servicios financieros al promedio de la zona euro, lo que crea un precedente molesto para los países cuyos modelos económicos se apoyan en ese sector.
La decisión de obligar a los depositantes en los bancos chipriotas a asumir pérdidas como parte del rescate también ha generado temores en algunos países de que la zona euro está perdiendo atractivo en el mundo financiero global.
Luxemburgo, que es uno de los centros financieros más importantes del bloque a pesar de su diminuto tamaño, salió al frente el miércoles con un comunicado en el que dice estar preocupado por recientes "comparaciones de modelos de negocios de sectores financieros internacionales dentro de la zona euro".
El ministro de Finanzas de Luxemburgo, Luc Frieden, dijo que no había nada de malo en tener una industria financiera más grande que el promedio. "Queremos que siga creciendo, no que se contraiga", dijo el miércoles en una entrevista con The Wall Street Journal.
Frieden también refutó insinuaciones de que el rescate de Chipre, que impone profundas pérdidas a muchos depósitos bancarios no garantizados, dictamine la forma en la que la zona euro debe lidiar con bancos en quiebra en el futuro. Todos los depósitos, sin importar su tamaño, deberían ser protegidos en las reestructuraciones bancarias de la zona euro, acotó.
"Los riesgos son muy altos con el modelo de Chipre", señaló, añadiendo que los clientes deberían poder confiar plenamente en sus bancos.
Luxemburgo, un país de apenas 525.000 habitantes en medio de Alemania, Francia y Bélgica, es un centro financiero global repleto de bancos, fondos de inversión y firmas de gestión de patrimonio que apela a los millonarios. Los activos de su sistema financiero son 22 veces su Producto Interno Bruto, de lejos la mayor proporción en Europa y muy superior al caso de Chipre, donde los activos de los bancos son siete veces su PIB.
Uno de los fundadores de la zona euro, se convirtió en un centro financiero gracias a bajos impuestos y una regulación comparativamente ligera. Hasta ahora, Luxemburgo ha capeado la crisis financiera relativamente bien, pero las autoridades temen que el país salga perdiendo si los inversionistas empiezan a ver a la zona euro como un lugar riesgoso para mantener su dinero. "Los ahorradores e inversionistas se irán a Asia u otro lado", dijo Frieden.
En una entrevista el miércoles, el gobernador del banco central de Malta, un país pequeño con grandes ambiciones de construir un sector financiero, también refutó las comparaciones con Chipre. Los activos de los principales bancos de Malta representan "poco menos de 300% del PIB, que según estándares internacionales está ‘dentro de los límites normales’", dijo Josef Bonnici al diario Times of Malta.
Aun así, algunos expertos dicen que los gobiernos necesitan prestar cuidado al tamaño de sus sectores financieros, porque podrían ser arrastrados por la incapacidad de apoyar a bancos insolventes.
"La lección de Chipre es que la soberanía es sumamente frágil cuando el sistema bancario es muy grande", dijo Nicolas Veron, del centro de investigación Bruegel, en Bruselas.
El rescate de Chipre ha desatado advertencias de autoridades acerca de la excesiva dependencia de los ingresos del sector financiero. En un discurso en Moscú la semana pasada, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dijo que la crisis de Chipre era "el resultado de un sistema financiero insostenible" que superaba de lejos el PIB del país y que "tendría que adaptarse".
Para Christian Schulz, economista de Berenberg Bank en Londres, las señales políticas del rescate de Chipre son una clara amenaza a los intereses de Luxemburgo.
"Luxemburgo tendrá que explicar por qué su sistema financiero es tan grande", dijo.