Represas de Santa Cruz: China espera que se acuerde con el FMI para avanzar con el financiamiento de las obras
China envió US$1350 millones de los US$4714 millones que cuesta la construcción de las centrales hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic
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En Santa Cruz, a 145 kilómetros de El Calafate, el hogar donde elige descansar la vicepresidenta Cristina Kirchner, avanzan lentamente las obras para construir las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, que el Gobierno volvió a renombrar luego de que la administración anterior las llamara por sus nombres originales, Cóndor Cliff y La Barrancosa, respectivamente. La suerte de estas dos megaobras, que permitirán aumentar 4,5% la oferta de energía eléctrica nacional, está atada al desenlace del acuerdo con el FMI, paradójicamente para el kirchnerismo duro, que presiona por dilatar las negociaciones.
Las centrales hidroeléctricas deberían haberse finalizado el año pasado, pero por cuestiones ambientales y financieras, sumada la pandemia, las represas tienen recién un avance de obra de 28% en la Jorge Cepernic y de 18% en la Néstor Kirchner. Se espera que estén en funcionamiento plenamente en octubre de 2023 y en marzo de 2027, respectivamente. Esta demora no menor hizo que el Gobierno deba renegociar el financiamiento que la entonces presidencia de Cristina Kirchner acordó, en 2014, con un grupo de bancos chinos, compuesto por China Development Bank Corporation, Industrial and Commercial Bank of China Limited y Bank of China Limited.
El costo total de la obra, de US$4714 millones, no cambió, aseguran fuentes al tanto del proyecto. Pero la negociación que comandó en aquel momento el actual gobernador bonaerense Axel Kicillof, cuando era ministro de Economía, implicaba que el repago comenzara a los cinco años y medio de iniciada la construcción. Desde entonces, China envió fondos por US$1350 millones hasta que este año cortó el financiamiento. Ahora espera que la Argentina evite el default con el FMI y arregle un nuevo programa económico para renegociar.
“No hay una ampliación del monto del préstamo, pero hay que recomponer los plazos de pago. China está a la espera de que la Argentina acuerde con el FMI para firmar una adenda que permita refinanciar el préstamo con los bancos”, explicó en reserva una fuente al tanto de las negociaciones.
En el Gobierno, sin embargo, señalan que la adenda financiera debería estar resuelta en las próximas semanas. “No quedan puntos abiertos, solo detalles administrativos”, dijo Agustín Gerez, presidente de Integración Energética Argentina (Ieasa, ex Enarsa). Gustavo Beliz, secretario de Asuntos Estratégicos, es quien lleva adelante las conversaciones con las autoridades chinas.
Mientras tanto, el Tesoro le asignó a las represas una partida adicional de $17.290 millones por DNU en julio pasado para continuar con las obras. “Como nuestro objetivo es continuar con el proyecto, vamos a requerirle al Tesoro todos los fondos necesarios para que esto suceda. Una vez reactivado el aporte de los bancos chinos, los fondos serán reembolsados al Tesoro. Los aportes son transitorios y, en términos de deuda, el acceso a divisas que genera este proyecto es el más bajo del mercado para el país”, explicó Gerez.
Electroingeniería recupera su participación
Además de recuperar el nombre con el cual el exministro de Planificación Federal, Julio De Vido, rebautizó las represas en 2012, las acciones de la unión transitoria de empresas (UTE) que está a cargo de la construcción de las centrales también volvió a su composición original. Está integrada en un 54% por la china Gezhouba, un 36% por Electroingeniería y el 10% restante le corresponde a la mendocina Hidrocuyo.
Durante el gobierno anterior, y en medio de la causa Cuadernos, hubo presión oficial para que Electroingeniería vendiera su participación en la UTE, ya que el exvicepresidente de la empresa, Gerardo Ferreyra, estaba implicado en la investigación. En un momento, se anunció que la compañía le había vendido un 16% de su participación a Gezhouba y que se estaba buscando otra empresa argentina para adquirir el 20% restante, ya que un 30% de la UTE debe estar siempre en manos de accionistas argentinos.
Finalmente, esa negociación nunca se terminó de concretar de manera legal y Electroingeniería recuperó su 36% de participación inicial, luego de unas negociaciones con la empresa china para financiar parte de los gastos de la obra.
La compañía con sede en Córdoba tiene actualmente a Juan Manuel Pereyra y a Carlos Bergoglio como presidente y vicepresidente, mientras que Ferreyra y Osvaldo Acosta, el extitular de Electroingeniería y principal socio, dieron un paso al costado del día a día de la toma de decisiones y sus acciones pasaron a sus hijos. Sin embargo, ambos siguen yendo diariamente a la sede de la compañía en el microcentro porteño y están vinculados en la “toma de decisiones estratégicas”, según trascendió.
Además de las represas de Santa Cruz, la compañía está a cargo de otras obras importantes de energía, como la instalación de líneas de alta tensión, el mantenimiento de algunas centrales térmicas y nucleares, y la construcción de gasoductos.
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