Renta inesperada, un proyecto que genera críticas y dudas entre empresarios y analistas
Opinan que en el país ya están gravadas las ganancias con una alícuota más alta que en otros países, y que de este modo lo que pasará es que se verán afectados el empleo y las inversiones
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Apenas el presidente Alberto Fernández anunció el proyecto para gravar “la renta inesperada”, y el ministro de Economía, Martín Guzmán, dio las argumentaciones del caso, economistas, empresarios y tributaristas criticaron la iniciativa. Entre otras razones, porque opinan que ya están gravadas las ganancias en el país, que algo de esta naturaleza va a contramano de lo que hace el mundo y porque plantea dudas en su instrumentación.
Daniel Artana, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), afirmó que la Argentina ya tiene un impuesto que grava las ganancias esperadas y no esperadas. “Ya tenés un impuesto que grava en 35% a las empresas, por lo que las empresas ya pagan con eso por las ganancias de todo tipo. Acá está claro que lo que quieren es subir la tasa, que acá ya es más alta que en la de los países desarrollados [que las han bajado para atraer inversiones]”, remarcó el especialista.
Artana señaló que, en su opinión, este proyecto lo que busca es una forma indirecta de gravar al campo y a los productores de energía. “Porque si no fuera así, se habría analizado a empresas de otros sectores que también ganan mucho. Pero ni siquiera hacen bien esto”, dijo. Y Agregó: “¿Es inesperado respecto de qué? De lo que se le ocurre al Ejecutivo, que es algo totalmente caprichoso”.
César Litvin, CEO de Lisicki, Litvin y Asociados, comentó que desde lo macro es un atentado a la creación de empleo y la generación de inversiones. “La Argentina ya tiene una exorbitante carga fiscal sobre las empresas. Todos los que tienen este tipo de ganancias que el Gobierno llama inesperadas, ya pagan un impuesto del 39,55% de tasa efectiva. Esto va a contramano del mundo, que bajó las alícuotas corporativas”, enfatizó.
Por otra parte, Litvin se refirió a la posible confiscatoriedad del nuevo gravamen que se quiere imponer. “Con este 15% más de impuesto ya estamos en la frontera de la confiscatoriedad. Habrá que ver qué interpreta la Corte Suprema al respecto, pero creo que un 55% de impuesto a las ganancias puede generar una confiscatoriedad”, señaló.
Más allá de esas cuestiones, Litvin tiene dudas sobre su instrumentación. “Se establece que lo pagarán quienes tengan una ganancia superior a 1000 millones de pesos y cumplan alguna de estas dos condiciones: márgenes de ganancias en 2022 superior al 10% o aumento del margen de ganancia de 20%. Pero, ¿cómo juega la inflación? Porque si no se actualiza por inflación, en el margen de ganancia de 2021, con la dinámica inflacionaria loca, entran todos”, analizó el tributarista.
Otro tema instrumental que señalan los especialistas es cómo van a jugar los quebrantos de años anteriores porque, como dicen, puede que en 2021 haya habido un quebranto que la empresa esperaba compensar en 2022 con la ganancia extra.
Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina, catalogó el proyecto anunciado hoy como más de lo mismo. “Hay más impuestos pero no hay señales de un Estado que achique sus gastos. No nos deja tranquilos este tipo de medidas; yo creo que va a terminar afectando al sector porque los grandes proveedores de insumos después nos trasladan los costos a los productores”, destacó el directivo.
En la Bolsa de Comercio de Córdoba se sumaron a las críticas. “Cumplir con las metas acordadas con el FMI es una condición necesaria, aunque no suficiente, para reducir los desequilibrios de la macroeconomía argentina. Sin embargo, el cumplimiento de dicho objetivo no puede basarse en la implementación de un nuevo impuesto temporal como el presentado hoy [por ayer] por el gobierno nacional en el proyecto de Renta Inesperada. Este error implica una nueva carga al sector productivo y atenta fuertemente contra la inversión, el empleo y la confianza”, expresó la entidad, en un comunicado.
Según Litvin, el proyecto esconde, además, una picardía. “Pareciera que la ley va a habilitar a la AFIP para establecer anticipos y retenciones, que son muy difíciles de judicializar. Un impuesto se puede judicializar, pero un anticipo no”, concluyó
Para el economista Ariel Coremberg, hay renta inesperada, porque en otros momentos hubo pérdidas inesperadas. “Una empresa para invertir tiene que promediar toda la trayectoria anual de ingresos y costos que produzca la inversión, incluyendo las pérdidas. Por lo tanto este impuesto afecta directamente a la rentabilidad de las inversiones”, subrayó.
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