Renegociar sus deudas también será clave para los gobiernos provinciales
CÓRDOBA.– Los gobernadores -igual que las empresas- están entre los más expectantes a los movimientos de Alberto Fernández, presidente electo, por el reperfilamiento de deuda. Es que la mayoría de las provincias analizan renegociar sus vencimientos de 2020 en un escenario desafiante, presionadas por la devaluación y por la caída de ingresos propios y de la coparticipación federal de impuestos. Para poder avanzar en sus propias negociaciones, los mandatarios requieren del paraguas nacional.
Quantum Finanzas, la consultora que dirige Daniel Marx, indica que la deuda pública provincial con el sector privado representa, en promedio, el 27% de sus ingresos totales, e implica un pago promedio anual de intereses del orden de 5% de los recursos totales que les entran. "Buenos Aires y Chubut tienen niveles de endeudamiento relativo superior al promedio, mientras que Santa Fe es el caso extremo de muy bajo endeudamiento. Lo mismo se observa en términos de pago de intereses anuales", agrega.
"Si se dilata el tema y no se resuelve pronto a nivel nacional, empezará a ser un problema para los gobernadores –explica a LA NACION Virginia Fernández, una de las autoras del trabajo–. Ya diciembre, con el pago del aguinaldo, aparece complicado; hay que ver qué distritos lo pueden atender con recursos propios y si hay algunos que deben negociar con Fernández para un adelanto de coparticipación o de un aporte transitorio del Tesoro. El objetivo será cerrar el año tranquilos".
La mayor necesidad de fondos en 2020 es de Buenos Aires, con US$2000 millones; CABA, US$700 millones; Córdoba y Neuquén, US$250 millones cada una. Para Buenos Aires la mayor presión recaería en enero (US$280 millones) y junio (US$600 millones).
Las provincias suman deudas por US$20.466 millones, de las que Buenos Aires concentra el 53,7%, con US$9822 millones. Le siguen Córdoba, US$2594 millones; CABA, US$1663 millones. Más atrás están Chubut, US$878 millones; Mendoza, US$ 736 millones; Entre Ríos, US$739 millones; Santa Fe, US$645 millones, y Salta, US$479 millones. San Luis es la única que no tiene deuda en dólares. Debajo de los US$400 millones están Chaco, San Juan y Río Negro, y con menos de US$50 millones, Formosa, Misiones, Corrientes, Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca, La Pampa y Santa Cruz.
Ariel Barraud, economista del Iaraf, enfatiza que una renegociación nacional les permitiría a las provincias "volver al ruedo", pero advierte que no habrá un riesgo país bajo: "Más allá del reperfilamiento nos seguirán poniendo como incumplidores; lo importante va a ser qué muestre el gobierno sobre el déficit fiscal, y eso mismo corre para las provincias".
Repasa que hasta 2018 las provincias "venían bien", porque habían aprovechado el volver al mercado de capitales con tasas no tan altas. Proyecta que es probable que en el actual período "se coman" el superávit que venían registrando "o más", y que en 2020 tendrán que afrontar un ajuste en el gasto. "Subir impuestos es muy complicado porque ya están al límite; si a nivel nacional se replican las últimas políticas de Cristina Kirchner, no habrá ajuste sino más emisión para cubrir el gasto, o se recurrirá a un prestamista no tradicional. Obviamente, el mercado no lo tomaría bien y no bajaría el riesgo país".
Desde 2016 las finanzas provinciales mejoraron en casi todos los casos, en particular por el fallo de la Corte Suprema de Justicia de fines de 2015 sobre el 15% coparticipado al sistema de seguridad social hasta ese momento, y lo logrado en términos de compensaciones entre Nación y provincias en el marco del pacto fiscal. Con la excepción de Jujuy y La Rioja todas registraron superávit primario en 2018. Quantum puntualiza que al considerar el pago de intereses de la deuda se agregan al déficit Buenos Aires, Mendoza, Entre Ríos, Chaco, Río Negro y Tierra del Fuego.
Por el lado de los ingresos, el grado de independencia respecto de la Nación fue mayor en Neuquén y Chubut (regalías por explotación petrolera) y CABA (concentración geográfica de empresas y servicios), mientras que las provincias del norte dependen fuertemente de esas transferencias. Por el lado de los gastos, la posibilidad de reducirlos es compleja porque en promedio 60% del gasto primario va a salarios y beneficios de la seguridad social. Córdoba, CABA y Mendoza cuentan con mayor grado de libertad para adaptar su gasto a un contexto financiero adverso, porque parte importante del gasto primario fue de capital.
"El escenario que se abre es desafiante -sostiene Fernando Baer de Quantum-. Por eso la premura de que la Nación encare la negociación y de que sea lo más rápida posible".
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