Remuneraciones sujetas a la coyuntura política y económica
Los especialistas vislumbran para este año un clima de negocios menos positivo que en 2011
"Vamos todos", dijo una reconocida consultora de Recursos Humanos al referirse a la 5ª Conferencia de Salarios y Beneficios organizada por Foco. Se refería, entre otros, a Bernardo Hidalgo, de la consultora homónima; Florencia Deverill, de AON Hewitt; Marcela Angeli, directora de Gestión de Talentos y Compensaciones de Towers Watson; Zoltan Rosenfeld, director de Mercer; Luis Arispon, director de Servicios de Compensaciones de Hay Group; Silvia Rodil, de la consultora Ghidini-Rodil. Se trata de un grupo de referencia a la hora de hablar de salarios, a quienes se vuelcan las empresas que tienen que dar respuestas a sus casas matrices sobre los vaivenes de las compensaciones en la Argentina.
No resulta fácil para los llamados remunerólogos explicar que "en la Argentina lo único estable es la inflación", según palabras de Matías Huvelle, gerente de Selección de Ghidini-Rodil, también presente en el evento.
En los pasillos de la Mansión del Four Seasons y lejos del micrófono, varios consultores se preguntaban por qué se veían invitados, una y otra vez, a hablar sobre salarios. Pero existe una explicación: las empresas quieren tener un panorama de situación minuto a minuto. Quedaron atrás, por lo menos para este país, las planificaciones anuales en materia de presupuesto. Hoy hay que estar dispuestos a cambiar sobre la marcha y de ahí el auge de las encuestas y relevamientos: el mercado habla seguido, y hay que escucharlo para tomar decisiones o cambiar sobre la marcha.
Un clima de negocios menos positivo que en 2011 "con empresas de alta tecnología que no sabemos por qué exportan caviar, más otras restricciones como la de compra de dólares, con temores después de la expropiación de YPF, hace que algunas compañías ya sepan que no cumplirán con sus objetivos", dice Marcela Angeli, de Towers Watson.
Por su parte, entre el complicado panorama gremial que brindó el abogado Julián de Diego y las posibles consecuencias de un dólar que le quita competitividad al país, explicadas por el economista Guillermo Dumrauf, se da a entender que las cosas no son ni serán fáciles para nadie. Mientras que no se vislumbran, por lo menos en las encuestas, recortes de personal, el público presente dijo que "de eso no se habla", pero que ellos sí lo notaban en sus empresas y en otras conocidas.
La incertidumbre lleva a que este año haya cambios en materia de ajuste salarial que, por otro lado, rozará un promedio del 25%, según concuerdan los especialistas. Además, según una encuesta de Hidalgo, mientras que de 2001 a 2006 se daba un ajuste por año, hasta 2011 fueron dos, y este año muchas compañías optarán por tres, para que no se haga tan larga la espera de un aumento mientras que la inflación corroe los salarios mes a mes.
Otro cambio que se vislumbra, según el profesional, es la política de bonos. Cada vez más compañías dan bonos a la totalidad de empleados y no sólo a los jerarquizados. Según Florencia Deverill, de Aon Hewitt, el 92% de las empresas de su base de datos tiene definida una política de bono, que se hace efectivo entre marzo y abril. Pero, y aquí otra novedad, este año varias compañías adelantaron el pago de entre el 50 y el 75% a causa de las restricciones cambiarias y las corridas del tipo de cambio.
Otras compensaciones
Para 2012, más de 60% de las organizaciones no piensan asignar más fondos para los planes de pago variable. Además, no se ve una gran diferencia entre el bono de jefes y supervisores, de dos sueldos, con el de gerentes, 2,8 sueldos. La diferencia sí existe con el de directores, de 4,8 sueldos, y el gerente general, de 5,6 sueldos.
Las políticas de beneficios están en boga en este momento. Las empresas extienden las ofertas para contentar a su personal, sobre todo a la Generación Y, con acciones que incluyen canastas de fruta en la oficina, masajes, bonos para el gimnasio, licencias adicionales y muchos otros, como acceso a una PlayStation o clases de música durante el horario laboral.
Tanto Bernardo Hidalgo como Luis Arispon, de Hay Group, hablaron sobre las tendencias en beneficios y cuáles son los más valorados. Sin embargo, los consultores estuvieron de acuerdo en que nada se puede hacer si el salario base no está dentro de lo que se paga en el mercado. Para resumir, tener una mesa de ping-pong en la oficina no va a hacer ninguna diferencia si el sueldo del empleado es bajo. Más temprano que tarde terminará trabajando en otro lado.
Para Hidalgo, la aplicación de prácticas para favorecer el equilibro personal va en aumento. El teletrabajo crece a día a día. Arispon, por su parte, también habló del auge de programas de cuidado personal y de apoyo al empleado, como el asesoramiento psicológico, legal, financiero y contable, así como cursos para el manejo del estrés y de manejo defensivo, entre otros. Por último, trabajar con ropa informal es una práctica que ya no se discute en todos los niveles de la organización.
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