Libertad de precios: fuerte reclamo al Gobierno de las bodegas argentinas
La cámara vitivinícola Bodegas de Argentina reclamó al Gobierno liberar los precios de los vinos ante las pérdidas en el sector, que atribuye al control de precios. Durante el año, la industria del vino solo pudo aumentar sus precios en góndola en dos ocasiones, un 4% la primera vez y otro 6% la segunda, según la resolución de Precios Máximos dispuesta para no perjudicar el poder de compra de los consumidores finales durante la pandemia de coronavirus. La limitación, argumenta, impide preservar la sustentabilidad del negocio.
"Desde que está vigente dicha resolución nuestras bodegas han sufrido un incremento de costos sideral que ya resulta imposible no trasladar gradual y prudentemente a precio en góndola", consigna el documento de la cámara.
"Los insumos secos (envases, cajas, cartón, corchos, cápsulas, etiquetas) han aumentado hasta 40% desde marzo de 2020 y el vino como insumo para embotellar, más de 250%. Asimismo, los costos logísticos han aumentado hasta 30%, mientras que se han cumplido con los incrementos salariales acordados por paritaria", continúa.
"En términos reales de facturación, la industria cayó 15% en los últimos cinco años. En cuanto a mercado interno, en 2017, 2018 y 2019 con suerte pudimos aumentar los precios la mitad del Índice de Precios al Consumidor. Hemos perdido mucho frente a la inflación en los últimos años", señaló Francisco do Pico, vicepresidente de la cámara.
La situación es preocupante. Nos hemos quedado atrasadísimos con los precios. Todos los vinos han perdido rentabilidad, algunos hasta tienen rentabilidad negativa.
Si bien la lista de productos sujetos a la política de Precios Máximos ha ido achicándose, el sector tiene sus dudas de que efectivamente los vinos la abandonen. "Por las conversaciones que hemos tenido con el Gobierno y la Secretaría de Comercio, no tenemos ninguna seguridad de que el 31 de enero termine esta política para nosotros. Nos preocupa el hecho de que se hayan deslistado otras categorías de bebidas (como son cervezas, licores y gaseosas) y seamos los únicos que quedamos sujetos al congelamiento de precios", indicó Do Pico.
"Solamente se deslistaron de noviembre en adelante unos 80 vinos, pero estos no son representativos de lo que consumen los argentinos. Al contrario, representan apenas un 2% del consumo o menos. Estamos hablando de vinos de más de $600 y espumantes de más de $1000", continuó.
Muchas de las empresas de bebidas que han abandonado las listas de Precios Máximos han incorporado sus productos más representativos al programa de Precios Cuidados. En el sector vitivinícola, sin embargo, Do Pico señala que, a diferencia de lo que puede suceder con marcas de gaseosa o cerveza, no existen vinos que tengan tanto volumen de mercado como para que sus precios sirvan de referencia al consumidor.
Fuentes del Ministerio de Desarrollo Productivo reiteraron que la lógica es robustecer el programa de Precios Cuidados y continuar disminuyendo la lista de productos alcanzados por la resolución de Precios Máximos. Si bien esta política vence el 31 de enero, será renovada por un período de tiempo aún no especificado. La cartera atribuye la prolongación a que la pandemia aún continúa.
"La situación es preocupante. Nos hemos quedado atrasadísimos con los precios. Todos los vinos han perdido rentabilidad, algunos hasta tienen rentabilidad negativa. Nuestras líneas más baratas están en rojo. Uno consigue un buen vino por $90, mientras un pedazo de queso lo consigue a más de $200", comentó Leonardo Spadone, presidente de la bodega riojana San Huberto.
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