Reclaman al Gobierno sincerar los precios, la pobreza, el dólar oficial y las tarifas

CÓRDOBA.- Un fuerte rechazo a la versión del Gobierno sobre la eliminación de la pobreza y reclamos por la desocupación, la inflación, el sinceramiento de "la economía reprimida", los subsidios y la paridad cambiaria fueron los planteos formulados en el debate en la celebración de los 37 años de la Fundación Mediterránea.

Distintos economistas coincidieron en la necesidad de frenar la emisión monetaria, reducir el gasto público, eliminar los subsidios, bajar los "impuestos distorsivos", salir del default y buscar financiamiento externo. Uno de los más vehementes, ante numerosos empresarios, fue el propio presidente de la Fundación Mediterránea, Martín Amengual, que advirtió que en el país "uno de los recursos más desaprovechados son los recursos humanos", y denunció que hay 9,3 millones de personas "fuera del sistema productivo".

De ellos, afirmó que hay 7,3 millones de personas en empleos formales, 1,4 millones de desocupados, 550.000 desalentados, que totalizan los 9,3 millones de personas "que están en la informalidad". Sostuvo que "si mañana ocurriera el milagro de que la Argentina tuviera una economía productiva, rentable, con condiciones e incorporara a esas personas a la formalidad, su producción sería de 88.000 millones de dólares al año, lo que implicaría tres cosechas de granos al año e incrementaría un 38 por ciento el PBI". Luego afirmó: "Lamentablemente, los milagros no existen, pero sí existen los proyectos. Puestos en valor, esta producción y estos recursos humanos, las cuentas fiscales van a dar que la Argentina, sin retenciones al agro, sin impuesto al cheque, sin ingresos brutos y sin emisión tendría superávit fiscal".

Agregó que si a eso se le sumaban "los 200.000 millones de pesos que este año destinamos a subsidios, que no serían necesarios, al menos en esta magnitud, y se destinaran a obras de infraestructura, estaríamos en condiciones de triplicar la inversión en obra pública".

También desafió al Gobierno sobre los índices de pobreza. Recordó que en 1978 el Indec registraba 3,68 por ciento de pobres que "no han parado de crecer sin pausa en estos últimos 40 y pico de años, hasta llegar al 27 o 28 por ciento", con lo cual "no se puede construir un país". El titular de la Fundación Mediterránea reclamó "volver a una inflación racional. Una inflación desordena la economía y en un desorden económico resulta difícil conseguir 9,3 millones de puestos más de trabajo. Con 7 millones de puestos de trabajo formales pretendemos sostener un Estado de 40 millones de personas, dándoles educación, justicia, salud y seguridad. Los números no cierran por ningún lado".

El empresario advirtió que para revertir esta situación "hace falta un proyecto de largo plazo y que la clase política tome conciencia de que eso es absolutamente imprescindible para cambiar la curva descendente de la Argentina en tantas décadas".

Les reclamó a los políticos "la grandeza y generosidad de poder consensuar un proyecto estratégico económico" y para eso propuso el programa de la Fundación por "Una Argentina competitiva, productiva y federal". Sobre la pobreza, el ex presidente del Banco Central y diputado del Frente Amplio-UNEN Alfonso Prat-Gay afirmó que "no hay ni siquiera un indicador trucho [por parte del Gobierno]" y que, según datos privados, oscila entre el 25 y el 30 por ciento. Atacó las afirmaciones del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, sobre la erradicación de la pobreza, al afirmar que "es un insulto para todos".

Habló del círculo vicioso de déficit fiscal, emisión, atraso cambiario e inflación, y expresó: "Hoy estamos en el ciclo de siempre, pero agravado porque en lugar de déficit tenemos derroche fiscal con los contratados de La Cámpora, los subsidios y la corrupción".

"Con el déficit fiscal de los últimos años, el desendeudamiento es imposible, salvo que tengamos un amigo como el Banco Central que nos financie. Desde 2006, los giros acumulados del Banco Central, en moneda constante, suman un billón de pesos, el equivalente al 23 por ciento del PBI", aseveró.

Señaló que esta situación generó el debilitamiento de las reservas y la escasez de dólares.

Esta situación se da incluso con cepo cambiario y restricciones a las importaciones.

Afirmó que "el patrimonio neto del BCRA no existe", y reclamó el saneamiento y transparencia de la entidad ("No voy a afanar, te voy a rendir cuentas", dijo). Advirtió además sobre el tipo de cambio que, "mientras pasa el tiempo, es cada vez más relevante el blue que el dólar oficial para determinar los precios relativos".

Prat-Gay consideró: "No hay razón para que el tipo de cambio sea de 14 pesos. El blue es mayor que el tipo de cambio competitivo que necesita la Argentina". Coincidió con el legislador, el investigador del Ieral, Gustavo Reyes, al demandar "la independencia del Banco Central". Reyes además planteó la necesidad de cambios económicos en lo que llamó "el sinceramiento de la economía reprimida".

A su vez, el ex secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, opinó que la nueva ley sobre el pago de la deuda "nos aleja de los mercados internacionales y hace más difícil y más cara la solución", al tiempo que significa "una inmunidad penal" para el Gobierno.

"El cambio de domicilio de pago es inaceptable para los tenedores de bonos y Nación Fideicomiso no tiene ni cómo empezar a hablar", señaló.

También expuso el ex ministro de Economía Martín Lousteau, que reiteró su cuestionamiento al Gobierno, al acusarlo de "crear la tormenta perfecta" en la industria automotriz.

Critican la ley de abastecimiento

En tanto, el presidente de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), Jaime Campos, dijo: "El proyecto de ley de abastecimiento es un ataque fundamentalmente al empresariado, es profundamente negativo y discrecional, y va a provocar que se retraigan las inversiones". El también integrante del Foro de Convergencia Empresaria enfatizó que "la demanda fuerte" del sector es "el fortalecimiento institucional", porque sin ello "no habrá desarrollo futuro, económico y social". Al respecto, dijo que se privilegia el tema institucional por encima del económico y que la expectativa es saber "cuán confiable va a ser la Argentina" a partir del cambio de gobierno.

Puntualizó además que "los empresarios reclaman políticas institucionales para que haya división de poderes, libertad de prensa y un verdadero federalismo".

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