Rechazadas por bancos, empresas de EE.UU. recurren a créditos alternativos
Cuando Khien Nguyen necesitaba US$180.000 para abrir su decimotercer salón de manicura cerca de Filadelfia en noviembre, no se dirigió a un banco. La calificación de crédito de Nguyen había caído durante la recesión, así que pensó que un banco lo haría sufrir durante semanas para luego rechazar su solicitud.
Acudió, en cambio, a uno de los prestamistas a corto plazo no bancarios que han cobrado impulso en Estados Unidos desde la crisis financiera. Las entidades apuntan a las pequeñas empresas y a menudo cobran un alto precio por sus servicios.
Swift Capital revisó sus documentos financieros y sitios de redes sociales como Yelp y Facebooken busca de opiniones, y luego envió a alguien a uno de sus salones para que se hiciera pasar por un cliente. Swift le envió el dinero unos días después.
Nguyen paga un interés de 14,9% por un préstamo a seis meses, equivalente a cerca de 30% anual. Los pagos se deducen automáticamente de la cuenta bancaria de la empresa. "No es barato, pero atendieron mis necesidades con rapidez", dice el empresario.
Alrededor de una decena de estas entidades no bancarias —como OnDeck Capital Inc., Kabbage Inc. y CAN Capital Inc.— prestaron un total de alrededor de US$3.000 millones el año pasado, el doble que en 2012, estima Marc Glazer, presidente ejecutivo de Business Financial Services Inc., una entidad con una cartera de unos US$100 millones en préstamos concedidos.
Estos prestamistas a corto plazo quieren convertirse en el destino obligado de las pequeñas empresas que necesitan efectivo rápido, a menudo US$50.000 o menos. "Es un segmento sustancialmente mal atendido en la economía", afirma el ex presidente de American Express James Robinson III, inversionista de OnDeck junto a Google Ventures, SAP Ventures y el cofundador del servicio digital de pagos PayPal, Peter Thiel.
Los bancos en general exigen una sólida calificación de crédito y pasan semanas revisando información financiera, declaraciones de impuestos y planes de negocios. Biz2Credit, una intermediara de préstamos en línea para pequeñas empresas, afirma que un análisis realizado en diciembre en su sitio mostró que los grandes bancos aprobaron 18% de las solicitudes de crédito en ese mes, mientras que en el caso de los bancos pequeños la cifra subió a 49%.
Varios prestamistas no tradicionales han llenado el vacío. Las plataformas de préstamos en línea entre pares canalizan fondos de inversionistas corrientes hacia los deudores. Las sociedades de inversión privada, como fondos de cobertura, realizan préstamos directos a empresas con problemas, a menudo con condiciones onerosas.
Prestamistas a corto plazo como Swift u OnDeck suelen estructurar sus créditos para que sean devueltos en cuestión de meses, no años. Para reducir el riesgo, los pagos se reciben de forma diaria o semanal, lo que les permite observar el desempeño de los préstamos "en tiempo real", dice Daniel DeMeo, presidente ejecutivo de CAN Capital, con sede en Nueva York.
Las tasas de interés sobre este tipo de préstamos pueden superar 50% al año, mucho más que las que cobran los bancos tradicionales.
Las leyes contra la usura que en EE.UU. limitan las tasas de interés en general no cubren los prestamistas a corto plazo. Algunos de los créditos se originan en estados que no ponen límite a las tasas de interés sobre préstamos comerciales. Otros se estructuran como contratos privados entre dos empresas. Muchos préstamos se concretan a través de corredores que trabajan a comisión.
Durante una conferencia reciente, el secretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew, indicó que el gobierno quiere "hacer más para derribar las barreras al financiamiento", y expresó su apoyo a las nuevas estrategias para otorgar préstamos.
"Estas compañías están usando medidas alternativas para evaluar la capacidad de una empresa de devolver un préstamo", aseveró. "Utilizan datos como cronogramas de envíos en tiempo real, el historial registrado en el software contable de una compañía, e incluso tráfico en las redes sociales, para determinar si merecen recibir crédito". El gobierno, afirmó, quiere brindar acceso, con el permiso de un prestatario, a cierta información reportada a las autoridades.
Desde su formación en 2007, OnDeck ha otorgado más de 20.000 créditos por un total de más de US$825 millones. De sus 225 empleados, 56 estudiaron matemáticas, estadísticas, informática o ingeniería y trabajan en análisis de datos, modelos de crédito e infraestructura tecnológica.
Los clientes típicos son restaurantes, talleres de automóviles, salones de belleza, minoristas o consultorios médicos que buscan unos US$35.000: negocios que a menudo tienen dificultades para obtener créditos de los bancos tradicionales, dice Noah Breslow, presidente ejecutivo de OnDeck.
OnDeck dice que aprueba 25% de las solicitantes de crédito que recibe y 75% de las que cumplen con sus filtros iniciales de ventas y crédito, que incluyen estar operando durante al menos un año y tener ingresos anuales de más de US$100.000.
A diferencia de los bancos, los prestamistas a corto plazo no reciben depósitos, por lo que necesitan otras fuentes de capital para financiar sus créditos.
OnDeck cuenta con un crédito de US$80 millones de un grupo que incluye el banco de inversión Goldman Sachs Group Inc. "Tienen un modelo de negocios exitoso y nos gusta", dijo un vocero de Goldman.
El trimestre pasado, OnDeck obtuvo otros US$130 millones de KeyCorp, entre otros. Adam Warner, presidente de Key Equipment Finance, dice que los créditos a OnDeck y CAN Capital son "una forma de diversificar nuestros préstamos a las pequeñas empresas".
Ianthe Jeanne Dugan y Ruth Simon
The Wall Street Journal