Quién es Emilio Ocampo, el economista elegido por Javier Milei para ser presidente del Banco Central si gana las elecciones
Es autor del plan de dolarización elegido por el candidato de La Libertad Avanza, pero sostiene que no se puede dolarizar el 11 de diciembre; dice que deberá realizarse al tipo de cambio del mercado
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El economista Emilio Ocampo, padre del plan de dolarización de La Libertad Avanza, es el elegido por Javier Milei para ser presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), en el caso de que el candidato de La Libertad Avanza gane las elecciones. Y según afirmó, lo seleccionó para, entre otras cuestiones, “cerrar” la entidad monetaria, una de las ideas centrales de la campaña del actual diputado.
Ocampo es la figura esencial en el proyecto de dolarización de La Libertad Avanza. De hecho, Milei contó que había pensado una propuesta que implicaría un proceso de dos años, pero que luego, tomando como base la idea de su elegido para presidir el BCRA, entendió que se podía hacer antes: “Voy a buscar la que sea más irrompible con el menor tiempo posible”, comentó en una conferencia con referentes de energía.
En esa disertación, Milei mencionó que la dolarización en Ecuador tardó nueve meses y en El Salvador, dos años. “Una cosa brillante que hizo Emilio Ocampo es proponer una suerte de referéndum sobre la moneda. Entonces, que se vaya dando la sustitución, como se hizo en El Salvador, y cuando dos tercios se convirtió [al dólar], se termina de dolarizar de hecho”, agregó.
Ocampo, por su parte, dice que el país tiene una dolarización de facto. “Lo que falta es que la gente gane su sueldo en dólares. Que lo haga el repartidor de Rappi, el obrero de la construcción y que también se pueda ahorrar en esa moneda. Todos los que tienen altos ingresos en la Argentina ya se han dolarizado. Los que no pueden hacerlo son los más pobres, porque no llegan a fin de mes”, sostuvo en una entrevista.
El economista también cree que las empresas “se tienen que endeudar en dólares para invertir”, dado que “no hay deuda a largo plazo en pesos” y dice, además, que el Gobierno tiene la mitad de su deuda en moneda estadounidense. “La dolarización es el reconocimiento de algo que ya está ocurriendo y que refleja la incapacidad del sistema político”, dijo.
El analista recordó que la Constitución establece en el inciso 19 del artículo 75 que el Congreso “debe hacer todo lo conducente a preservar el valor de la moneda”. Y añadió: “En realidad ha sido cómplice de políticas inflacionarias que han llevado a la devaluación”.
A su vez, Ocampo sostuvo que gran parte de los países de Sudamérica atravesaron procesos de hiperinflación en los años 70 y 80. “Tuvieron las mismas experiencias traumáticas que padecimos nosotros, pero aprendieron. Nosotros, no. Y la gente está harta. Hablamos del dólar porque han destruido la moneda”, dijo.
Cuánto debería valer el dólar a la hora de dolarizar
Ocampo rechazó el análisis de que deba dividirse la base monetaria por el nivel de reservar para determinar el nuevo tipo de cambio en una economía dolarizada. “Todos los pesos que hay en circulación solamente tienen las reservas para pagarse. Si ese cálculo fuera correcto, el dólar blue tendría que estar a $2000″, explicó.
Y amplió: “Está mal planteado porque la dolarización no tiene sentido a menos que sea un dólar de mercado. Es el tipo de cambio el que equilibra toda la oferta de dólares de la economía con toda la demanda. Esa oferta está segmentada en múltiples tipos de cambio”.
Así, Ocampo recalcó que “se debe dolarizar al tipo de cambio de mercado”, que, según lo expresado por Milei a principios de este mes, ronda un valor de $730. En esa línea, sostuvo que el dólar blue no llegó a $2000 porque la sociedad entiende que “la economía argentina tiene capacidad de tener reservas”, y consignó que el promedio de reservas netas que tuvo la Argentina en los últimos diez años fue de US$20.000 millones”.
“En diciembre de 2015, cuando asumió Mauricio Macri, casi no teníamos reservas. Doce meses después, teníamos US$15.000 millones de más”, indicó. El problema, dijo, es que la economía viene “con una estructura de precios relativos que hace imposible que crezca de manera sostenida”.
En ese sentido, señaló que la masa de pesos circulante representa más o menos US$10.000 millones. “No es una cifra importante para la economía argentina”, opinó. No obstante, aclaró que no se debe desembolsar de un día para otro para pagar todos los pesos. “Le tenés que dar tiempo a la gente para que los canjee, si es que se opta por eliminar por completo el peso. O como El Salvador, que reconoció al dólar como moneda de curso legal a la par de sus pesos”, señaló.
Sin embargo, habló de pasos previos. “No se puede dolarizar el 11 de diciembre, porque no se puede encorsetar a la economía en una estructura de precios relativos que no lleva a que el funcionamiento sea de manera óptima. Ese problema es mucho más serio que los US$10.000 millones”.
El economista recalcó que la primera parte del plan implica que el país tenga “una estructura de precios lógica” que incluye eliminar controles cambiarios, de precios y también resolver el atraso en las tarifas energéticas. “Paremos el verso de que la dolarización nos va a empobrecer. En todo caso nos va a enriquecer”, agregó.
En una nota que publicó Ocampo en LA NACION en mayo último, afirmó que la dolarización es la alternativa que ofrece “mejores chances de éxito” para el país, pese a que ninguna otra nación del mundo de su tamaño o PBI per cápita decidió este proceso.
“Nuestra larga adicción al populismo nos lega un menú de alternativas subóptimas para estabilizar los precios y crecer de manera duradera. El riesgo de fracaso es alto para cualquier alternativa, pero la dolarización es la que ofrece mejores chances de éxito. Ningún obstáculo insalvable impide su implementación, cuyos detalles habrá que adaptar a las circunstancias en las que se encuentre la economía argentina”, indicó en ese artículo, a la vez que aseguró que esta decisión beneficiaría a los argentinos de menores ingresos que no pueden protegerse de las “devaluaciones competitivas”.
Convencido de que con el dólar podrían ahorrar, Ocampo entiende que lograr una “estabilidad duradera” a través de este programa promovería un fuerte aumento de la inversión y de la productividad, lo que derivaría en una suba de los salarios.
“Impracticable y opaca”
A pesar de los dichos de Ocampo en defensa de la dolarización, las críticas se escuchan en varios sectores. Horacio Rosatti, presidente de la Corte Suprema, se posicionó en contra de esta propuesta si implica eliminar el peso. “¿Cuál es la moneda de un país? La que emite: puede ser peso o patacón o lo que sea. Si una dolarización elimina la moneda argentina, es inconstitucional. Si abandono una moneda y me voy enteramente a la otra, es un camino que, para mí, es inconstitucional”, dijo en una entrevista el medio español El País.
En este sentido, el titular del máximo tribunal de Justicia del país opinó que todos los candidatos presidenciales deberían leer la Constitución. “Yo no puedo regular el valor de la moneda de otro país. Esa fantasía hay que terminarla. Se ha planteado un debate así, maniqueo, al estilo argentino, el todo o nada. Dolarización sí, dolarización, no. [...] Yo por dolarización puedo entender, por lo que estoy percibiendo, dos cosas. Una es en sentido estricto la dolarización. Me paso de una moneda a la otra. Yo no puedo defender la moneda de Estados Unidos, está claro eso, porque no tengo los resortes, porque no puedo emitir, porque no puedo regular la base monetaria. Hay cosas que sí se pueden y ya se han hecho. Ligar el valor de una moneda, la propia, a una moneda extranjera, o a un conjunto de monedas”, explicó.
También unos 200 economistas y profesores de universidades locales y del extranjero cuestionaron el plan, a través de un documento, y alertaron por el aumento “absurdo” de la deuda y un posible “estallido” de una hiperinflación. La carta advierte, tomando los ejemplos ya nombrados de Ecuador y El Salvador por la dificultad de revertir la dolarización en el futuro. “La dolarización de la economía es un espejismo que hay que evitar”, estimaron los especialistas.
Al poner el énfasis en la irreversibilidad de la medida, aseguraron que los costos para entrar en estas condiciones serían enormes: “También los de salida, porque no tiene cláusula de escape, es una decisión de política que no se puede tomar con la miopía con la que se está tomando y en medio de la desesperación”, expresó uno de los organizadores de la carta.
Eduardo Levy Yeyati y Marina Dal Poggetto, se refirieron a la medida en un artículo para el Financial Times. El referente económico de la UCR en Juntos por el Cambio explicó que la dolarización requiere crear un “colchón de liquidez” con el fin de contrarrestar una posible corrida en el sistema bancario. “Esto sustituye el papel de un banco central como prestamista de último resultado, que, bajo la dolarización, queda prácticamente eliminado”, sostiene en relación con la también polémica propuesta de terminar con la intermediación del BCRA. A su vez, agregó que al tener reservas netas negativas en el Central, dolarizar implicaría caer en un préstamo nuevamente, con todos los problemas que eso acarrea: “Sin dudas, esto sería una tarea difícil para el país, dada su mala posición en los mercados internacionales, ilustrada por el diferencial de los rendimientos de su deuda soberana sobre los bonos del Tesoro estadounidense de más de 20 puntos porcentuales”.
Su opinión es tajante: la dolarización es “impracticable y opaca”: “Esperemos que la desesperación de la Argentina ante su propia historia no genere un fiasco nuevo y más permanente”, concluyó el especialista.
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