Qué tiene en mente Marcos Galperin
Es el representante de la nueva generación empresaria y gestó una compañía que compite entre las 100 principales tecnológicas del mundo
Su abuelo llegó de Rusia a la Argentina absolutamente pobre. Sin un dólar. Él logró gestar la empresa de mayor valuación del país -unos US$ 12.400 millones- y desde mañana una de las top 100 del mundo en el ranking de las firmas tecnológicas. Se trata del Nasdaq 100, una selecta liga en la que también compiten Apple, Facebook y Microsoft. Es la única argentina y la primera tecnológica de la historia en superar a YPF por su valor de mercado.
Su llegada al índice bursátil estadounidense será en reemplazo nada menos que de Yahoo, la compañía que fue sinónimo de Internet. "Yahoo era Google más Facebook juntas. Y por esa creación destructiva propia del capitalismo hoy se va y entra Mercado Libre, que antes no existía", explica sin ocultar su orgullo. No obstante, avanza en otra definición aun más certera: "Nadie quiere ser el próximo Yahoo. Es una adrenalina muy importante. Y por eso me encanta lo que hago. Si dejás de innovar te sacan del ring".
Su nombre es Marcos Galperin y es para todos sus pares la cara visible de la nueva generación empresaria. "Creo que a través del esfuerzo, del trabajo y la educación de varias generaciones se puede conseguir muchísimo. Yo me siento cómodo saliendo a tomar riesgos porque sé que la casa está en orden. Si sentís que estás bien en tus bases es más fácil tomar riesgos, porque cuando fracasás, que es inevitable, no te duele tanto y lo ponés en un lugar relativo más fácil", agrega abriendo su ADN.
Otro de sus rasgos diferenciales pasa por no evitar las preguntas incómodas. "En legislación laboral tenemos mucho por mejorar. La ley de emprendedores ayuda. Nosotros, por ejemplo, tenemos 700 empleados en un país vecino por una especie de extorsión sindical y no hubo consecuencias de eso, nadie pagó un costo por eso, es dramático. Están desconectados los intereses de muchos líderes sindicales con los de los trabajadores", resume. Y agrega: "Nuestras instituciones están hechas para el mundo anterior. A través de Internet todo se puede mejorar. Uber es infinitamente mejor y todos los conflictos que hay en Buenos Aires y otras ciudades del mundo es porque hay un choque entre instituciones del mundo anterior con lo que se puede hacer a partir de la conectividad".
Es justamente ese freno el que lo ocupa. "Vamos a democratizar el dinero y Mercado Libre va ser 100 veces más grande de lo que es. Logramos democratizar el comercio y lo vamos a seguir haciendo. Y ahora vamos a democratizar el dinero. El dinero está atrapado en un sistema muy caro y muy ineficiente. Vamos a liberarle el dinero a la gente que no está bancarizada, que es el 50%", anticipa. El creador de uno de los 50 sitios más visitados del mundo y cuyas transacciones equivalen al 0,6% del PBI de la Argentina sostiene que en tecnología, de las empresas más grandes hace 20 años hoy siguen pocas. "En otras industria, como bancos, son las mismas hace 20 años o más. No hay tanta innovación. A la larga o corta, todas las industrias van a tener que transformarse por Internet. La de medios ya lo sufrió y el comercio también. A la financiera le está llegando". Su futuro también está signado.
"Me gustaría vivir muchas vidas, porque hay tantas cosas que quiero hacer y no quiero que haber armado Mercado Libre sea lo único que hice en mi vida. Quiero dejar la empresa funcionando mejor que cuando yo estaba, cosa que no pasó con muchas compañías, incluida Apple, con Steve Jobs, quien tuvo que volver", dice. Para ello trabaja en un esquema horizontal, chato, en el que no tiene oficina. Su objetivo es no aislarse. Estar en contacto. "También me gusta pasar tiempo con emprendedores: es un bálsamo y me gusta absorber su energía y su sana rebeldía contra el statu quo", agrega.
Su apuesta pasa también por un círculo de ida y vuelta. "En Silicon Valley, cuando quieren devolverle a la sociedad, apoyan un emprendedor, y yo coincido. Esas empresas invierten y generan empleo y valor. Con 10 casos como el nuestro en la Argentina se generaría mucho valor", suma. Sin embargo, no le quita mérito a los unicornios made in Argentina. "No son pocos para lo que es América latina. Están basados en Buenos Aires y eso tiene un impacto importante, por el empleo y la riqueza que genera. Para la región estamos muy bien, somos líderes", resume el ex San Andrés que tiene cuatro hermanos y asegura que "emprender requiere perseverancia, pasión y resiliencia, una palabra poco común. "Emprender no era común en español y hoy lo es. Hay que hacerlo con resiliencia, que es no darte por vencido nunca jamás por más que estés knock out, siempre que estés convencido de que el camino es el correcto". Ni más ni menos.