¿Qué pasará con el socialismo chavista?
Millones de venezolanos lloraron la muerte de Hugo Chávez, pero su fallecimiento también augura la desaparición de una clase más extrema de socialismo latinoamericano que cultivó y ayudó a financiar.
Cuba, el aliado más cercano de Venezuela, tiene problemas económicos, Argentina está asediada por la inflación, los aliados Ecuador y Bolivia están más absorbidos por la política interna que por enfrentamientos ideológicos y países con lazos más estrechos a Estados Unidos, como México, están saliendo adelante.
La muerte de Chávez y los problemas de sus aliados crean una oportunidad para la izquierda moderada y despeja el camino para que Washington reconstruya los lazos con sus vecinos del sur.
Durante sus 14 años en el poder, el ardiente populista surgió como el representante de la política izquierdista antiestadounidense en la región. Con el debilitamiento de Fidel Castro tras el fin de la guerra fría, Chávez asumió el papel de figura revolucionaria que luchaba contra el imperialismo estadounidense.
Por años, el venezolano ganó admiradores y cultivó influencias alrededor de la región al entregar prácticamente de forma gratuita miles de millones de dólares en petróleo a Cuba, Nicaragua y otros. Ayudó a gobiernos populistas afines a sus ideas en Argentina, Bolivia, Ecuador e impulsó la independencia regional con la creación de un bloque comercial y un organismo multilateral que excluye a EE.UU.
El vicepresidente Nicolás Maduro, que asumió como presidente interino, debe convocar a nuevas elecciones en el lapso de un mes, y se espera que le gane a su probable rival, Henrique Capriles, quien perdió ante Chávez en los comicios de noviembre.
Pero muchos dicen que Maduro, un ex conductor de autobús, carece de la actitud de caudillo necesaria para movilizar legiones de seguidores y mantener la influencia de Chávez en la región. Y debido a los problemas económicos del país, Maduro tampoco tendría la capacidad de recurrir a la diplomacia del petróleo.
Incluso antes de morir, el modelo de Chávez había perdido buena parte de su atractivo, principalmente porque fracasó en Venezuela. El estilo derrochador del mandatario redujo la pobreza, pero también concentró el poder, dividió a la población y dejó una economía contaminada de corrupción, ineficiente y casi completamente dependiente de los altos precios del crudo.
"Ya se ve un alejamiento del ‘socialismo del siglo 21’ de Chávez", dijo Shannon O’Neil, miembro del Council of Foreign Relations, un centro de estudios sin afiliación política, citando gobiernos de izquierda moderada en Brasil, Perú y Uruguay. "Ahora, ese punto de vista ha perdido su voz más fuerte".
En otros países de América Latina, ya hay señales de que el estilo de socialismo más extremo de Chávez está siendo desplazado por una versión más tenue y abierta a los mercados, dijo Daniel Hoyos, director del departamento de economía de la Universidad Nacional del Centro en Buenos Aires.
Keith Johnson y Sara Schaefer Muñoz
The Wall Street Journal