Asumir algo de riesgo, incluso para las colocaciones por pocos días o semanas, se convirtió en una regla casi inevitable para no perder por goleada frente a la inflación; cómo evalúan los analistas las alternativas para ahorristas de diferentes perfiles: plazos fijos UVA, dólares, fondos comunes de inversión, bonos públicos, deuda de empresas, acciones y Cedear
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Remarla es poco. Hacer rendir los pesos que se ahorran e incluso los pesos que se van a gastar durante el mes en el que se cobran, pero que con el paso de los días van perdiendo valor, no está nada fácil.
Las opciones más tradicionales de las que se valía el inversor minorista ya no funcionan. Y, como si le faltara condimento a este escenario, el tipo de cambio, que estuvo un tiempo haciendo la plancha, se despertó en la última semana. Un combo que, sin dudas, eleva el nivel de estrés y de desconcierto de los ahorristas menos avezados.
Es hora de renovarse para no perder dinero y para generar rentas que hagan crecer el capital. Sea poco o mucho, con algo de estrategia bien aplicada el dinero debe generar más dinero en el tiempo. No solo hay que mirar la foto –lo que ocurre hoy–, sino la película, porque en materia de inversiones el largo plazo siempre da buenos resultados.
“Con la inflación aún en niveles elevados, resulta de vital importancia tener claro qué hacer con los pesos. Si bien resulta muy difícil, si no imposible, ganarle a la suba de precios sin asumir ciertos riesgos, el costo de no hacer nada es mucho mayor al riesgo implícito de quedarse parado en pesos”, arranca Ignacio Murua, asesor financiero de Grupo SBS.
Un primer paso
La primera decisión es despedirse del plazo fijo tradicional. Con rendimientos mensuales inferiores al 3% hoy pierde frente a una inflación que, aunque desacelera su ritmo, superará ese nivel por un tiempo largo. Según el informe del Relevamiento de Expectativas (REM) que publica el Banco Central, los economistas esperan que haya un descenso paulatino hacia el 5% mensual a fin de año. Pero hay analistas que empiezan a poner eso en duda.
¿Y el plazo fijo UVA? Es una alternativa que garantiza cubrirse de la inflación pasada. Se trata de una inversión que tiene una tasa variable atada a la evolución de la unidad de valor adquisitivo (UVA), que refleja el índice de inflación con un retraso estadístico en torno a los 40 días. Si la tendencia del aumento de precios es descendente, siempre estaríamos “llevándonos” como resultado un número algo mejor que el del mes en curso.
Desventajas importantes a tener en cuenta: el plazo mínimo para esta opción en UVA es de 180 días (demasiado para la Argentina); tener el capital inmovilizado solo tiene cierto atractivo en un clima de estabilidad de tipo de cambio, como el del primer semestre del año.
Un ejemplo: $100.000 el 1º de enero equivalían a casi US$100 y el valor del coeficiente UVA rondaba los 465. Al 6 de junio (cierre de esta nota) el UVA estaba en 996,8 (arrastró inflaciones altas de diciembre, enero, febrero, marzo…) y aquellos $100.000 quedan convertidos en $215.000 (115%) que, a una cotización de $1280 permiten comprar US$168. Caso ganado, pero con el diario del lunes.
Ahora, ¡atención! Con inflación bajando y, eventualmente, un dólar subiendo (aún está pendiente la salida del cepo y sus posibles consecuencias), la ecuación puede cambiar para el segundo semestre, por lo que se requiere un análisis cuidadoso que tenga en cuenta plazos y objetivos. Otro dato sobre los plazos fijos UVA: el monto máximo es de $5 millones. En resumen, es mejor alternativa que el plazo fijo tradicional, pero la iliquidez es una contra importante a considerar
Apalancarse en otras opciones en pesos es la estrategia para el corto plazo. ¿Qué pasa si se mira un horizonte más largo? Los analistas consultados coinciden en que las alternativas que impliquen dolarizar los ahorros es lo más acertado.
“Tratar de ganarle a la inflación es muy difícil en un momento de tasas reales tan negativas. Vemos como una alternativa atractiva, ante el aumento de la brecha entre el dólar oficial y el contado con liquidación (CCL), aumentar la exposición a instrumentos dólar linked, apuntando a activos con vencimiento en el primer semestre de 2025, para cuando creemos que la unificación cambiaria habrá ocurrido”, dice Santiago Abdala, director de PPI. Y deja como sugerencia las obligaciones negociables (ON) de Central Puerto, Compañía General de Combustibles y dos dólar linked de YPF.
Nicolás Sibecas, cofundador de Inversiones Andinas, analiza las Lecap, las letras de capitalización que emite el Tesoro y que se volvieron la opción al plazo fijo. “En estos niveles de tasa, no vemos atractivas las Lecap del tramo largo (octubre en adelante), que incorporan un sendero muy optimista de desinflación para los próximos meses. Si el objetivo del inversor es de corto plazo, sí son una alternativa los fondos comunes de inversión (FCI) que suman estas letras cortas”.
“Para quienes estén dispuestos a asumir algo más de riesgo –dice Sibecas– y estirar plazo en busca de mejores retornos, una opción podrían ser los bonos ajustables por CER (por inflación), como el TX26, que paga inflación + 0,75% anual”.
El primer escalón para un inversor con poca experiencia es valerse de los FCI para armar una estrategia de corto plazo diversificada. Pero claro, no cualquier fondo, porque los más conservadores (money market y billeteras virtuales) perdieron su atractivo junto con la baja de tasas de referencia. Son una herramienta útil solo muy corto plazo.
Con este dato sobre la mesa, la industria de los FCI empezó a reconvertir su oferta en las últimas semanas para lanzar fondos de rescate inmediato (T+0) y en 24 horas (T+1) que dejen mejor rendimiento en el bolsillo al inversor; suman, eso sí, algo más de volatilidad.
Nicolás Carreras, team leader wealth management de Balanz, es concreto: “Las opciones en pesos de corto plazo requieren de liquidez y baja volatilidad, para lo cual destacamos un fondo con Lecap, recientemente licitadas por el Tesoro, con un rendimiento superior al que normalmente encontramos en billeteras virtuales o en money market”.
“Recientemente –cuenta Abdala, de PPI– lanzamos un fondo que permite beneficiarse de la visión de nuestro comité de estrategias y el rebalanceo dentro del universo de deuda tanto ajustada por CER como dólar linked o tasa fija, según convenga en cada momento, y combinándolo con deuda en dólares”.
Desde Grupo SBS, Murua destaca que “los fondos de renta fija t+1 [con rescate en 24 horas] que asumen algo más de riesgo que el money market tradicional pero que siguen siendo de un perfil conservador, ganaron fuerte protagonismo; tenemos con una tasa nominal anual estimada en cerca de 42%, con una cartera muy conservadora”.
Como otra opción, Sibecas suma al mundo de los pesos “los bonos dólar linked corporativos, que se pagarán en pesos al tipo de cambio oficial y que hoy muestran rendimientos por sobre la devaluación del 2% mensual, a diferencia de lo que ocurría hasta diciembre 2023. Creemos que cuando pase la cosecha gruesa el mercado volverá en busca de cobertura de tipo de cambio oficial, por el aumento de las expectativas de apertura del cepo y de una unificación cambiaria”, remarca, haciendo doble clic en un tema que está siempre en el ojo del mercado: ¿cuándo y cómo se sale del cepo?
Para empezar a dolarizar la cartera y dormir con la tranquilidad de saber que se está preservando el capital, Ezequiel Ferrando, gerente de Inversiones de Mariva Fondos afirma que “es un excelente momento para que el inversor minorista se anime a explorar los fondos de renta fija corporativo en dólares”.
Menciona la conveniencia de un fondo con una estrategia de “diversificación en activos de renta fija corporativa de alta calidad crediticia en dólares, prioritariamente bajo la ley de Nueva York, y con un horizonte de inversión de mediano plazo”. Además, suma Ferrando, “se buscan oportunidades tanto en la curva [de deuda] corporativa argentina como en la de la región”. Y agrega que otorgar una buena liquidez “es un aspecto muy relevante en esta clase de activos”.
Mediano y largo plazo
Cuando el inversor piensa en capital que puede invertir a mediano y largo plazo, algunos activos aparecen en la hoja de ruta y hay que entenderlos antes de zambullirse en ellos.
En el universo llamado de renta fija están los bonos que emiten el Estado o una empresa para financiarse en el mercado de capitales, a cambio de pagar una renta periódica y devolver el capital al vencimiento. Los instrumentos son los títulos públicos y las obligaciones negociables (ON).
En mundo de la renta variable, en tanto, están las acciones. Comprar una partecita de una empresa y hacerse socio, tanto de las ganancias como de las perdidas. Las alternativas pasan por acciones de compañías argentinas y/o extranjeras a través de los Cedear que tienen el gran atractivo de poder comprarse con pesos que se “atan” a la evolución del tipo de cambio bursátil y que son un camino para dolarizarse y escapar a la vez del riesgo local.
Primera aclaración que, en tono educativo, hace Carreras, de Balanz: “Comprar Cedear si se busca cobertura por la inflación probablemente no sea la mejor idea para el corto plazo”. Explica que “cuando se invierte en renta variable, siempre se consideran plazos de permanencia mayores, para que madure el crecimiento esperado de los proyectos de inversión de las empresas”. ¿Qué acciones extranjeras recomienda? En el sector tecnológico, Microsoft, una firma líder en desarrollo de productos, servicios y licencias, que brinda soporte de software y el servicio de plataforma nube Azure. En los últimos 12 meses reportó ingresos por más de US$236.000 millones y pagó dividendos por más de 20 años consecutivos. De la misma actividad, menciona también a Qualcomm, y por fuera de este segmento, a Costco, una empresa líder de cadenas de almacenes e hipermercados con membresía.
“Vemos un mercado norteamericano caro en su conjunto, que tuvo subas por prácticamente 18 meses seguidos”, analiza Murua. “Nos mantenemos con cautela y recomendamos sobre ponderar empresas como Walmart, Costco, P&G y Coca Cola, que tengan una buena generación de caja. Entre las firmas tecnológicas, preferimos hacer foco en aquellas con valuaciones más razonables, como Google y TSM”.
Gastón Lentini, asesor financiero independiente, pone en blanco sobre negro la situación: “El mercado empieza a necesitar resultados, ya que sin la Ley de Bases que ayude a dar seguridad jurídica y a normalizar el país, por más viajes, encuentros y buenas relaciones que tengamos con las mayores empresas del mundo, el dinero no va a ser invertido acá”, sostiene, en referencia a las reuniones que mantuvo el presidente Javier Milei con varios ejecutivos influyentes a nivel global. “Los argentinos nos ponemos ansiosos y una vez mas hacemos lo de siempre, nos dolarizamos”, afirma.
Ante la incertidumbre
En este contexto, para los inversores más conservadores recomienda las ON de empresas como PAE –Pan American Energy–, “con rendimientos en torno al 7% anual en dólares sin que se asuman grandes riesgos, ya que la compañía genera dólares, es líder en el sector energético y tiene potencial para adquirir líneas de crédito nuevas si las necesitara”.
Los mas avezados, pero ávidos de renta fija, pueden en este escenario de baja de precios, optar por bonos como el Bopreal que vence en 2026, con rendimientos que rondan 20% en dólares y con vencimiento “pronto” (dentro de la actual presidencia).
Abdala mira el mercado local para sumar algo de renta variable a la estrategia: “Mantenemos una posición agresiva, con eje en empresas del sistema financiero. Creemos que las negociaciones por el proyecto de medidas fiscales y el de la Ley de Bases llegarán a buen puerto, y veremos un repunte liderado por este sector, que viene siendo el que mejor responde a noticias favorables”.
Lentini también pone proa a las empresas argentinas del sector energético y aclara que esas acciones son una opción para “un perfil de inversor más arriesgado”. “Ahora que estamos viendo una corrección de mercado, podría mirar acciones como las de YPF y, en el mismo sector, las de Pampa, que participa en el rubro de gas y electricidad sin tanta política de por medio, o incluso, si se considera que el país saldrá adelante en los próximos meses, se pueden considerar acciones de empresas ligadas a la construcción que están muy retrasadas en sus cotizaciones, como Loma Negra, Holcim o Ternium Siderar”.
Desde Balanz, Carreras, destaca también que es clave qué avances tenga el proyecto de Ley de Bases. Y apunta: “Si prospera, algunas alternativas son los bonos públicos AL30 y GD35, que pueden ser acompañados por acciones argentinas de los sectores energético y bancario, como YPF, Pampa Energía, Transportadora de Gas del Sur, Vista Energy, Banco Galicia y Banco Macro”.
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