¡Qué año el que termina! ¡Y no sabés el que viene!
Con debilidad política, muy poca credibilidad y funcionarios del área económica que no forman un equipo, preguntar cómo será 2022 es una bonita forma de desperdiciar energía
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El día en el que uno cumple años recibe saludos de parientes y amigos, y algunos regalos. Pero es claro que en la referida fecha nadie es un año más viejo que en la víspera. En la dimensión temporal la realidad es un continuo. “Resumir con veracidad”, la feliz definición de estadística que encontró Walter Sosa Escudero leyendo “Funes el memorioso”, de Jorge Luis Borges, es muy útil, pero si se la sabe interpretar. La interpretación que sirve no es mecanicista. Sobre todo esto conversé con el estadounidense Warren Milton Persons (1878-1937), para quien la estadística es mucho más que la recolección de hechos numéricos: es un método y una lógica. Fue pionero en el desarrollo de métodos para eliminar, de las series de tiempo, la estacionalidad y la tendencia, para poder aislar los componentes cíclico y residual.
–Todo lo cual puso en práctica creando el denominado “barómetro de Harvard”.
–Así es. Sobre la base de información estadística referida al período 1903-1914, junté las series resultantes en tres grupos; las curvas ABC de Harvard. Las curvas A se referían a los precios de los bonos y las acciones; las B, a la actividad económica; y las C, a las tasas de interés de corto plazo. Encontré que los ciclos económicos tenían duración variable y no exhibían periodicidad.
–El instrumento cayó en descrédito durante la Gran Crisis de la década de 1930.
–Lamentablemente. El barómetro predijo la terminación de dicha crisis hacia marzo de 1931, lo cual, como se sabe, no ocurrió. Como bien dijo Robert Stanley Herren al evaluar mi labor: “La década de 1930 fue un severo test para sus técnicas de pronóstico. Conjeturó que si la realidad repetía los ciclos anteriores, la recuperación comenzaría en 1931, y que se volvería a la normalidad durante el primer trimestre de 1932. No encontró ningún factor especial en la crisis de 1930 que hiciera demorar el comienzo de la recuperación”.
–No lo disculpo, pero usted no fue el único que pifió pronosticando en aquella época.
–El caso más emblemático fue el de Irving Fisher, quien había ganado mucho dinero publicando un libro sobre vida sana, luego de sobrevivir a una tuberculosis, e inventando un método para sistematizar la información de las empresas. Perdió el dinero porque lo había invertido en la bolsa de Nueva York, y no lo sacó porque, como se decía en 1931, “la recuperación está a la vuelta de la esquina”. Y, como recuerda Raúl Federico Prebisch, en 1932 en vez de la recuperación apareció la conferencia de Ottawa y las preferencias imperiales, obligando a la Argentina a firmar el pacto Roca-Runciman.
–Se dice que las estadísticas, como las bikinis, lo que muestran es importante, pero lo que ocultan es fundamental.
–La ocurrencia sirve para evitar un par de extremos. A los “estadisticomaníacos” hay que planteársela como usted acaba de hacerlo; mientras que a los “estadisticofóbicos” hay que decirles que lo que las estadísticas ocultan es fundamental, pero que lo que muestran es importante. En su país, en las variaciones interanuales, es una tontería prestarle atención a los decimales; como también lo es ignorar los números más básicos, “porque no reflejan la realidad”.
–Además de para analizar, ¿para qué más sirven las estadísticas globales?
–Para averiguar si lo que le ocurre a una persona, solo le ocurre a ella o es parte de un fenómeno general. Ejemplo: nadie consulta al Indec para saber si está ocupado o desocupado. Pero quien acaba de perder su empleo y busca trabajo, consulta la estadística de ocupación y desocupación para entender mejor lo que le ocurrió. Si perdió el empleo y la tasa de desocupación bajó, se sentirá mal en el plano personal pero tendrá claras expectativas de conseguir otro rápidamente; mientras que si le ocurrió cuando la tasa de desocupación aumentó mucho, explicará su desgracia con razones ajenas a él (o ella), pero no esperará fácilmente conseguir otro empleo.
–Está terminando un año y comenzando el siguiente. ¿Cómo hay que utilizar las estadísticas, desde el punto de vista temporal, para que nos sirvan para interpretar?
–En este vertiginoso mundo, y particularmente en su país, el año es una pésima unidad de tiempo. Decir que en 2021 el PBI real crecerá 10%, luego de una caída similar verificada en 2020, sirve para muy poco. Porque tanto el año pasado, como el que está por terminar, fueron períodos muy heterogéneos. La fortísima caída de 2020 ocurrió principalmente en el segundo trimestre, y la recuperación durante el año en curso se verificó básicamente durante el primer semestre. El PBI del tercer trimestre de 2021 fue exactamente el mismo que el del tercer trimestre de 2019. No hay que hacer una teoría del último número, pero en economía éste es mucho más importante que los anteriores.
–La heterogeneidad también fue muy fuerte en el plano sectorial.
–Los sectores, como las regiones, son útiles ficciones, porque la información estadística sin agrupar resulta inmanejable. Pero la realidad son los seres humanos, que en distintos puntos de un país, fabricando y vendiendo diferentes productos, luchan por su supervivencia y su superación. Como usted dice, no les fue igual a todos los sectores (el de hotelería fue el más afectado por la pandemia/cuarentena); dentro de los sectores, a todos los productos (los fabricantes de alcohol en gel la pasaron mejor que los de abrelatas), y tampoco a los fabricantes de un mismo producto, porque la microeconomía también importa.
–Volvamos a las dificultades con la correcta interpretación de los datos.
–En economía distinguimos entre stocks y flujos. ¿Cómo saber si una variable es un stock o un flujo? Fechándola. Exportaciones, consumo, nacimientos, etcétera, son flujos, porque las magnitudes se expresan en períodos; mientras que depósitos, deudas, población, etcétera, son stocks, porque se expresan en instantes. Exportaciones durante un trimestre; población a fines de un año.
–¿A qué viene esto?
–A que me llaman la atención casos como el de la medición de la pobreza. ¿Qué proporción de la población vive por debajo de la línea de la pobreza? Tratándose de un stock, la respuesta correcta se refiere a un instante; pero tanto las estimaciones públicas como privadas hablan de la pobreza durante un trimestre o un semestre.
–2022 será otro año en el cual en la Argentina no habrá tiempo para aburrirnos.
–Acaba de decir una verdad, pero por favor no pregunte por el año. Con debilidad política, muy poca credibilidad y funcionarios del área económica que no forman un equipo, preguntar por el año es una bonita forma de desperdiciar energías. Se hará camino al andar, como dijo Antonio Machado, y en algún momento se compilarán los resultados de las millones de decisiones individuales, que ustedes adoptarán todos los días.
–Don Warren, muchas gracias.
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