Punto por punto: la herencia económica según Javier Milei
Entre otras cosas, mencionó a los déficits gemelos, las Leliqs y la inflación plantada
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En su discurso de asunción, el presidente Javier Milei se refirió en detalle a la herencia económica que recibe del gobierno saliente de Alberto Fernández y “de 100 años en los que los políticos han insistido en defender un modelo que genera pobreza y miseria”. Entre otras variables, mencionó a los déficits gemelos, las Leliq y la inflación “plantada” que podría llegar al 15.000% anual.
Según Milei, mientras que el kirchnerismo en sus inicios se jactaba de tener superávit gemelos (balances positivos en las cuentas fiscales y en las de comercio exterior), hoy el Gobierno deja “déficits gemelos por 17 puntos del PBI”, de los cuales 15 corresponden al Tesoro y al Banco Central (BCRA), con lo cual “no existe solución sin atacar el déficit fiscal”.
“Vamos a un ajuste de 5 puntos del PBI que caerá sobre el Estado y no sobre el sector privado”, anunció el Presidente.
Por otro lado, dijo que hay que limpiar los pasivos remunerados del BCRA (Leliq y pases) y que así se pondría fin a la emisión de dinero, “la única causa de la inflación empíricamente cierta y válida en términos teóricos”. Sin embargo, apuntó que, como la política monetaria actúa con un rezago de entre 18 y 20 meses, aun cuando se deje de emitir hoy, va a haber inflación, porque “haber emitido por 20 puntos del PBI no es gratis”.
Otra herencia del gobierno saliente mencionada por Milei es el cepo cambiario que, según él, no solo constituye una “pesadilla social y productiva” que genera altas tasas, baja actividad y salarios miserables, sino que además el sobrante de dinero en la economía es el doble de la previa del Rodrigazo, que multiplicó por seis la inflación.
“Un evento similar significaría multiplicar la tasa de inflación por 12 veces y dado que la misma viene viajando a un ritmo del 300% podríamos pasar a una tasa anual del 3600%. A su vez, dada la situación de los pasivos remunerados, la cual es peor que la que había en la previa de la híper de Alfonsín, en muy poco tiempo se podría cuadruplicar la cantidad de dinero y con eso llevar a la inflación a niveles del 15.000% anual. Esta es la herencia que dejan: una inflación plantada del 15.000% anual”, señaló, y dijo que, por más que este número parece un disparate, implica una inflación del 52% mensual, mientras que hoy viajamos a una inflación de entre el 20% y 40% mensual entre diciembre y febrero.
“El gobierno saliente nos dejó plantada una híper y es nuestra máxima prioridad hacer todos los esfuerzos posibles para evitar semejante catastrófe que llevaría la pobreza al 90% y la indigencia al 50%. No hay solución alternativa al ajuste”, continuó.
Sin embargo, apuntó que la herencia no termina ahí, sino que los desequilibrios en tarifas son comparables a los que dejaron en 2015, en el plano cambiario hay una brecha de entre 150% y 200%, la deuda con importadores asciende a US$30.000 millones, las utilidades retenidas a empresas a US$10.000 millones, la deuda del Banco Central en YPF suma US$25.000 millones y la deuda del Tesoro pendiente suma unos US$35.000 millones adicionales. “Hablamos de una bomba de US$100.000 millones que se suma a la deuda de US$420.000 millones ya existente y a estos problemas hay que sumarles los vencimientos de deuda en pesos de este año por US$90.000 millones y a los US$25.000 millones en moneda extranjera con organismos multilaterales de crédito. Con mercados cerrados y un acuerdo con el FMI caído, el rollover es aún más desafiante”, agregó.
En tanto, dijo que la economía no crece desde 2011 y el empleo privado está estancado en 6 millones de puestos, con lo cual no debería sorprender que “los sueldos estén destruidos en el orden de los US$300 mensuales”, un número que sería seis veces inferior al de la Convertibilidad, indicó.
“Si se hubiera mantenido la tendencia, estaríamos entre US$3000 y US$3500. Nos han arruinado la vida: 10 veces cayó el salario. No debería sorprender el 45% de pobres y el 10% de indigentes. No hay alternativa posible al ajuste y tampoco lugar a la discusión si shock o gradualismo. Si un país carece de reputación como la Argentina, nadie invertirá sin ajuste. Para hacer gradualismo, se necesita financiamiento y, lamentablemente, como dije, no hay plata. Por ende, no hay alternativa al ajuste y al shock”, insistió.
En este punto, dijo que el ajuste y el shock repercutirán en el nivel de actividad, de empleo, en los salarios y en el número de pobreza e indigencia, y que se irá a un escenario de estanflación que, sin embargo, no será distinto a lo que ha pasado en los últimos 12 años, cuando el PBI per cápita cayó un 15% y hubo una inflación del 5000%.
“Hace más de una década que vivimos en estanflación. Pero este es el último mal trago para iniciar la reconstrucción de la Argentina. A su vez, luego del reacomodamiento macro, la situación comenzará a mejorar: habrá luz al final del camino. En el caso alternativo, la propuesta sensiblera y progresista implicaría una emisión que llevaría a una hiperinflación y a la peor crisis de la historia argentina que nos haría descender en la espiral decadente de oscuridad de Venezuela con Chávez y Maduro. Por lo tanto, luego de la descripción de este cuadro, la única opción es un ajuste ordenado y que caiga sobre el Estado y no sobre el sector privado”, concluyó, y cerró con una frase de Julio Argentino Roca que dice que “nada grande, estable y duradero se construye si no es a costa de supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios”.
El cálculo del 15.000% de inflación
Consultado por LA NACION, Lautaro Moschet, economista de la fundación Libertad y Progreso, dijo que el número que dio Milei sale de hacer una extrapolación de la situación que dejó el Rodrigazo en 1976, teniendo en cuenta las variables como están ahora. “El punto es que, si se logra cambiar el rumbo lo antes posible, claramente se podría evitar eso y no sé si estoy tan convencido de hacer esa extrapolación porque también juega el rol de las expectativas. Hay un montón de cosas que podrían hacer que ese número varíe y aparte estimar el número final de una híper es realmente imposible. De vuelta, es una extrapolación de crisis pasadas, pero el número es bastante relativo”, consideró.
En tanto, el director de EcoGo, Sebastián Menescaldi, también apuntó que el número surge de comparar lo que pasó en el Rodrigazo con lo que podría llegar a pasar hoy, eventualmente, en el medio del ajuste, aunque señaló que la situación no sería igual. “Aquella vez tuviste un tipo que antes te congeló todo y Celestino Rodrigo fue el que destapó la olla. Pero el error de Rodrigo fue el tema de la parte salarial. Él permitió una recomposición salarial muy rápida y por encima de lo que habían corrido la inflación y las tarifas, y por eso se rompió todo y no funcionó el esquema. Habrá que ver qué pasa hoy”.
Por último, Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma, opinó que Milei dio un discurso político y, por ende, no tiene sentido ponerse a discutir las cifras: “Los números claramente tienen un fin político para justificar las medidas que se van a tomar”, cerró.
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