Nuevas proyecciones: a cuánto llegarán el dólar y la inflación en 2021
¿Puede la inflación estar por debajo del 30% este año? Para el Gobierno, que la estima en un 29%, sí; pero para el mercado, no. Así queda demostrado una vez más en las proyecciones económicas: según un grupo de casi 40 consultoras, el aumento generalizado en el nivel de precios será este año del 47,7%.
Es decir, si se cumplen los pronósticos de las consultoras en el último LatinFocus Consensus Forecast, la inflación de 2021 estaría más de 11 puntos porcentuales por encima de la de 2020 (36,1%), y no siete por debajo, como proyecta el ministro de Economía, Martín Guzmán.
LatinFocus Consensus Forecast recoge mensualmente las proyecciones económicas de alrededor de 40 consultoras y bancos. En febrero, las estimaciones para la economía en 2021 son las siguientes: un crecimiento del PBI del 5,2%, un dólar oficial mayorista que a fin de año llegará a $126,48 (y, de ese modo, avanzará un 42%) y un déficit fiscal del 5,7%.
"La economía recuperará algunas de sus pérdidas del año pasado en 2021 gracias a un rebote en la demanda doméstica y una economía global que comienza a revivir a medida que se van removiendo gradualmente las restricciones de circulación", señala el informe de LatinFocus.
"Sin embargo, la inflación creciente, los desbalances macroeconómicos y los controles de capital tendrán su efecto en la actividad; las negociaciones por la deuda prolongada y la lenta llegada de las vacunas empañan el escenario", añade.
El dato en el que el Gobierno y el mercado están alineados es en el crecimiento del 5,2%. Luego de una caída del Producto Interno Bruto (PBI) de dos dígitos, entre el 10% y el 12% según quién la estime, el efecto de un "arrastre estadístico" deja el cálculo relativamente fácil.
Así explica el efecto del "arrastre estadístico" Juan Ignacio Paolicchi, analista de la consultora Empiria: "Si en 2021 hubiese cero crecimiento, se calcula cuánto avanzaría así la economía en relación con el año pasado, y siempre se toma en cuenta el dato del último trimestre, que si deja un nivel alto, dará crecimiento en relación con 2020".
Con respecto a la brecha de casi 20 puntos porcentuales entre las estimaciones de inflación del Gobierno y las del mercado, Paolicchi señala que las proyecciones privadas son "consistentes con el déficit" y que, cuanto mayor sea este último dato -es decir, cuánto más grandes sean los gastos del Estado que sus ingresos-, mayores serán la inflación "producto de la emisión" y las presiones cambiarias.
"El excedente de pesos no es gratis: presionará sobre la brecha cambiaria [la diferencia entre el dólar oficial y el mayorista] entre abril y septiembre, lo que a su vez puede generar presión sobre el ritmo de la inflación por el traslado a precios", explica el analista de Empiria.
En el mismo sentido, Julia Segoviano, analista de LCG, explica que el desacople en las expectativas de inflación está relacionado con las anclas que se utilizaron el año pasado para contener los precios. El Gobierno reguló precios de alimentos, prepagas y otros servicios, "y se espera que este año se empiecen a levantar", dice la economista.
"Puede pasar que el Gobierno, en vista de las elecciones, finalmente decida no levantar algunas anclas; pero le queda el ancla cambiaria", detalla. En otras palabras, el Gobierno podría eventualmente "pisar" el dólar y recurrir al atraso cambiario para contener el nivel de precios. De todas maneras, si ese "ancla cambiaria" funciona muy bien, Segoviano estima que la inflación estará en torno al 40%.
Si esa estrategia se pone en marcha, seguirá la estimación de Guzmán, quien proyecta una depreciación del tipo de cambio en el orden del 25%, bastante por debajo de lo que proyecta el mercado.
"El Gobierno confía sobremanera en controlar el tipo de cambio y en el acuerdo de precios y salarios, pero yo no soy tan optimista", reconoce Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina. "La inflación será más alta porque ya arrancamos con un arrastre muy alto; las proyecciones del Presupuesto son más una expresión de deseo y no están definiéndole el ritmo a las paritarias", apunta.
En definitiva, si hay más inflación, el dólar va a tener que seguir avanzando para no quedar atrasado. "El Gobierno va a poder atrasar el tipo de cambio, pero no tanto como dice", proyecta Rajnerman. Y, en ese marco, la recuperación de los salarios reales será menor que lo que proyecta el Ejecutivo. Con menos plata en el bolsillo, entonces, se empantana el crecimiento de la economía. "Por eso el crecimiento del PBI va a ser menor", sentencia el economista.
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