Prorrogan una norma que establece un férreo control del mercado cambiario
Es la Comunicación “A” 7030 del Banco Central, que obligó a las empresas a afrontar pagos con tenencias externas y a refinanciar deudas; regirá hasta junio de 2022
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El Banco Central (BCRA ) prorrogó hoy y por otros seis meses la norma por la que hace un año y medio estableció un férreo control del mercado de cambios, al fijar una serie de requerimientos a las empresas que demanden divisas, a la vez que estableció restricciones para el pago de importaciones y otros giros al exterior.
Se trata de la emblemática circular 7030, aquella por la que la que -por caso- bloqueó el acceso al mercado a las empresas que posean activos externos líquidos declarados y disponibles en el exterior para que afronten con esa tenencia los pagos que tengan comprometidos o a solicitar una muy justificada conformidad previa para lograr el acceso a las divisas por el mercado local.
La norma, en vigencia desde el 1 de junio de 2020, regirá ahora hasta mitad de 2022, según lo dispuesto por el directorio del BCRA en su tradicional reunión ordinaria de los jueves.
El paquete incluye la refinanciación de los títulos de deuda que las compañías hayan emitido en moneda extranjera y aún no hayan sido objeto de una refinanciación hasta aquí.
La nueva prórroga aplicada a normas que vencían a fin de año confirma la delicada situación que enfrentan las reservas netas del BCRA, erosionadas por las sostenidas intervenciones que la entidad realizó en los últimos meses para mantener aquietado al dólar oficial.
A eso se sumaron las ventas de bonos a pérdida que sostuvo de manera inexplicable por meses antes de las elecciones, generando una brecha “oficial” -que permitió a algunos operadores realizar jugosas ganancias- y otra “paralela” y que le hizo dilapidar unos US$2700 millones en el año de su tenencia hasta el viernes previo a los comicios.
De acuerdo a los últimos datos oficiales, que datan de fin de noviembre, las reservas netas del Central apenas superaban los US$6000 millones (14,7% de la tenencia total bruta de US$ 41.160 millones declarada ayer tras un declive de US$89 millones respecto al cierre previo).
Esa cifra incluía un remanente de US$2020 millones en DEG (que será utilizado en una semanas para afrontar pagos al FMI) y una posición valuada en US$3500 millones de lingotes de oro, además de unos US$540 millones líquidos que habían quedado reducidos a menos de US$200 millones en la actualidad considerando las intervenciones vendedoras por unos US$380 millones que lleva realizadas en lo que va del mes en el mercado de contado.
Desde el Central se preocuparon por aclarar que lo dispuesto no implica “ninguna nueva restricción”.
Señalan que, por el contrario, “se realizaron pequeñas modificaciones” al texto que son “para flexibilizar la disponibilidad de divisas para el sector privado”.
Aluden a la extensión dispuesta en la vigencia del mecanismo de disponibilidad de divisas previsto para los exportadores que registren aumentos en sus exportaciones en 2022 respecto a 2021. Y a la ampliación del monto límite y los usos admitidos de la cancelación de deudas comerciales con nuevo endeudamiento financiero con el exterior, “a fin de facilitar al sector privado la renegociación de sus pasivos”, cuestiones ambas mencionadas en el comunicado oficial.
Los operadores y analistas no se sorprendieron con la nueva ampliación en la vigencia de estas restricciones por las que el BCRA busca tener un ajustado control de la demanda de divisas, aunque no le haya bastado para evitar que sus reservas recaigan en la compleja situación.
“En vista de la situación, estaba descontada la prórroga. No están dadas las condiciones para esperar otra cosa”, coincidieron en apuntar desde el mercado.
La comunicación “A” 7030 impacta en el pago de importaciones de bienes o servicios prestados por no residentes, así como de intereses de deuda relativos a dichas importaciones, al giro de utilidades y dividendos y a los pagos de capital e intereses de endeudamientos financieros tomados con el exterior, o incluso con residentes locales.
Es piedra angular del cepo a importadores que tuvo nuevos ajustes en los últimos meses aunque ya mostrando lo que se preveía: impactos en la tasa de actividad.
Así lo confirmó el Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPIM) que difundió ayer el Indec y mostró a esa actividad cayendo 5,7% durante octubre (tras trepar 5,3% durante el mes previo), un declive generado por faltantes de insumos importados.
Se trata de la emblemática circular 7030, aquella por la que la que -por caso- bloqueó el acceso al mercado a las empresas que posean activos externos líquidos declarados y disponibles en el exterior para que afronten con esa tenencia los pagos que tengan comprometidos o a solicitar una muy justificada conformidad previa para lograr el acceso a las divisas por el mercado local.
La norma, en vigencia desde el 1 de junio de 2020, regirá ahora hasta mitad de 2022, según lo dispuesto por el directorio del BCRA en su tradicional reunión ordinaria de los jueves. El paquete incluye la refinanciación de los títulos de deuda que las compañías hayan emitido en moneda extranjera y no hayan sido objeto de una refinanciación hasta aquí.
La nueva prórroga aplicada a normas que vencían a fin de año confirma la delicada situación que enfrentan las reservas netas del BCRA, erosionadas por las sostenidas intervenciones que la entidad realizó en los últimos meses para mantener aquietado al dólar oficial y las ventas de bonos a pérdida que sostuvo de manera inexplicable antes de las elecciones, generando una brecha oficial y otra paralela que le hizo dilapidar unos US$2700 millones en el año hasta el viernes previo a los comicios.
Según los últimos datos oficiales, a fin de noviembre, las reservas netas del Central apenas superaban los US$6000 millones (15% de la tenencia total bruta declarada), cifra que incluía un remanente de US$2020 millones en DEG (que será utilizado en una semanas para afrontar pagos al FMI) y una posición valuada en US$3500 millones de lingotes de oro, además de unos US$540 millones líquidos que habían quedado reducidos a US$200 millones en la actualidad considerando las intervenciones vendedoras por US$340 millones que lleva realizadas en lo que va del mes en el mercado de contado.
Los operadores no se sorprendieron con la nueva ampliación en la vigencia de estas normas por las que el BCRA busca tener un ajustado control de la demanda de divisas, aunque no le haya bastado para evitar que sus reservas recaigan en la compleja situación. “En vista de la situación, estaba descontada la prórroga”, apuntaron en el mercado.