Pronostican una nueva baja de la inflación en mayo, pero se suman desafíos para mantener la tendencia
Las principales consultoras proyectan un alza del costo de vida de entre 4,5% y 7%, pero advierten que en los próximos meses comenzará a pesar la inercia y la caída se podría frenar
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Tras el dato de inflación de abril (8,8%), que evidenció el camino de desaceleración, el Gobierno puso en marcha una serie de decisiones para mantener esa dinámica. Con la intención de no cargar con más gastos a la clase media, se postergaron los aumentos de las tarifas de gas y electricidad. Esto se suma a la ralentización de los precios de alimentos y bebidas, que impactan fuertemente en el índice, y que se estima que en mayo muestren una desaceleración importante.
Todo esto implicaría un nuevo descenso del IPC, aunque con el límite del piso que podría imponer la inercia. En otros términos: de acuerdo con los analistas, el camino hacia la baja que tuvo la suba de precios desde diciembre hasta ahora será cada vez más duro hacia delante. Eso se debe, entre otras cosas, a la dinámica propia de la inflación y a que el Gobierno comenzó a espaciar aumentos que repercutirán en los próximos meses.
Según el último informe de Econviews, los alimentos tuvieron una suba de 1,2% la última semana. Si este ritmo se mantuviera, el aumento mensual del rubro podría estar cerca del 3,5%. “En términos del nivel general, que los alimentos terminen en estos valores va a ser algo que ayude mucho, considerando el peso que tiene esta categoría dentro del índice. Por ese lado, suponemos que mayo va a venir bien. La postergación de aumentos de regulados también va a ayudar, porque en los últimos meses venían subiendo por encima de la núcleo, lo que ponía unos puntos extra por mes. Ahora, con los congelamientos, la presión va a ser menor”, detalló Alejandro Giacoia.
Con estos factores como eje principal de la medición, el economista contó que mayo podría cerrar entre 6% y 7%, un valor similar al que proyecta el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), de 7,5%. Pese a esto, también remarcó que la postergación de los ajustes no es la solución para controlar los precios: “Es lo que hizo por mucho tiempo el gobierno anterior, y sabemos que es algo que no funciona. En algún momento van a tener que hacer la corrección para que el Tesoro pueda reducir los subsidios. Creo que sería más sano que se hicieran los aumentos y se use el margen fiscal para bajar impuestos o reactivar la obra pública”, destacó.
También Analytica examinó la dinámica de alimentos: “Nuestro relevamiento de precios en alimentos y bebidas marca una inflación acumulada de 4,5% para las primeras tres semanas del mes. De mantenerse esta tendencia, el rubro podría cerrar mayo con una suba inferior a la de abril [6%]. Si a ese resultado sumamos las decisiones del Gobierno sobre los regulados, podemos proyectar una inflación general inferior al 7% para este mes”, amplió Rosario Vidaurreta, economista de la firma.
Aunque persiste la moderación de los aumentos, Camilo Tiscornia, de la consultora CyT, agregó que en la última semana no registraron “tantas bajas de precios”, como sí ocurrió a finales de abril y a principios de este mes. “Esta tercera semana vemos algunas subas en la parte de alimentos. En otras categorías, no. Por ejemplo, en productos de limpieza seguimos viendo caídas, y en alimentos sí está bajando la carne”, sostuvo. Con base en estos relevamientos, la inflación total estimada se ubicaría debajo del 5% mensual.
Aunque el conflicto entre el Gobierno y las prepagas todavía no tuvo un desenlace determinante, dada la medida de tutela anticipada de la Secretaría de Comercio, en Eco Go consideran que la disminución de las cuotas podría implicar que el IPC de mayo se ubique en torno al 4,6%. Este rubro particular tiene un peso en el índice cercano al 2%, por lo que en su estimación, si los precios cayeran representarían, aproximadamente, 0,2 puntos porcentuales menos de inflación en el mes.
Sobre estas proyecciones, Rocío Bisang comentó: “Buena parte de la baja responde a que se frenaron los aumentos en tarifas y combustibles, se demoraron las subas en trenes y subtes. En algún momento, si el Gobierno sigue apuntando a sanear las cuentas fiscales, va a ser necesario corregir esos precios, y eso va a significar, muy probablemente, un freno a la desaceleración de la inflación”.
Respecto de esto, también Giacoia planteó que la inercia va a pesar más en los próximos meses, y que eso va a significar una dificultad para perforar el 5% o 6% mensual. Las principales razones son que se achicó el margen de beneficio de las empresas que tuvieron un overshooting en diciembre, por lo que pronto van a volver a subir el ritmo de los precios; también el atraso de las tarifas de regulados, que deberán corregirse tarde o temprano; y una posible recuperación de los salarios, que empujan la demanda y presionan la inflación.
“Si el Gobierno sigue atrasando aumentos y con un crawling peg muy bajo [2%], puede que el IPC caiga un poco más, pero en algún momento se va a estacionar, la baja va a ser cada vez menor, y va a empezar a pesar la inercia. Como ningún sector quiere quedarse atrás, primero aumenta uno, después otro, y así sucesivamente, para recuperar lo que fueron perdiendo. Entonces, es cada vez más difícil que baje”, explicó.
También agregó, respecto de la aceleración del dólar blue, que llevó su cotización a $1230, el valor nominal más alto desde febrero, que por el momento no esperan que repercuta en la inflación de mayo. Claudio Caprarulo, economista de Analytica, coincidió: “Aún no proyectamos que el aumento en los dólares paralelos tenga impacto en la inflación. De todas formas, se enciende una luz de alerta que hay que seguir de cerca. Sin que sea una sorpresa, porque ya se advertía que la actual política de tipo de cambio enfrentaba grandes desafíos”.
Y sobre el piso de la desaceleración, desde Analytica consideraron que, si se mantienen las condiciones actuales, va a ser difícil que este año pueda perforarse el piso de 4,5% o 5% mensual.
Además, el último informe de LCG remarca que la contracara de la desaceleración es el desplome de la demanda, y que la verdadera prueba para evaluar si el descenso del índice es exitoso será cuando se recupere la actividad económica y los salarios recorten la caída que sufrieron en los últimos meses.
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