Pronostican que la inflación de abril podría ser de un dígito por primera vez en seis meses
Según los últimos relevamientos de consultoras privadas, si se mantiene la dinámica a la baja del segmento alimentos y bebidas, el índice de precios podría ubicarse por debajo del 10%
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Todavía en niveles muy altos, la primera quincena de abril habría arrojado buenas noticias en materia de precios para el Gobierno, ya que, según el relevamiento de consultoras privadas, la inflación en ese período ronda el 9%. Apoyados sobre estas cifras, los analistas estiman que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) podría ubicarse en un dígito en el cuarto mes del año.
El índice que elabora Fundación Libertad y Progreso registró un aumento del 9,5% mensual en la primera mitad del mes, desacelerándose 1,1 puntos desde el 10,6% relevado al cierre de marzo. “En comparación con el IPC del Indec de marzo, que dio 11% mensual, la desaceleración es de 1,5 puntos porcentuales”, se indicó.
En la segunda semana de abril, según el análisis de Libertad y Progreso, la variación fue del 0,4% semanal, el registro más bajo en seis meses. “Hay que remontarse hasta octubre de 2023 para encontrar una suba similar. De esta manera, proyectamos que la suba del IPC LyP en abril se situaría en el 9%, siendo la primera variación de un dígito desde octubre de 2023″, se afirmó en el informe mencionado.
No es la única proyección que ubica a la inflación en un dígito ya en abril, es decir, un mes antes de lo que había estimado el propio Gobierno. Este optimismo se basa, en parte, en la desaceleración de los precios de Alimentos y bebidas, un rubro de alto impacto en la medición, aunque deben tenerse en cuenta otros factores, como el ajuste a las tarifas de servicios públicos y el crawling peg del 2%.
Como explica el último informe de C&T Asesores Económicos, aunque los precios minoristas para la región del Gran Buenos Aires muestran un fuerte impacto del ajuste del gas y el agua, también se observa una moderación en otros rubros, como alimentos, lo que podría llevar a que la inflación general de abril fuera de un dígito.
María Castiglioni, economista de esa firma, explicó que, por el momento, el segmento de alimentos está marcando 8,3%. Pese a que en la primera semana del mes se registraron subas en carnes y lácteos, principalmente, en la segunda se consolidó la tendencia de desaceleración.
“Hubo una fuerte caída en verduras, y mucha desaceleración en alimentos, infusiones y bebidas. Mirando esta tendencia, y tratando de ser prudentes, estimamos que la inflación en GBA, que es donde más pesa la suba de tarifas, puede cerrar entre 9,5% y 10,5%. O sea, podría estar en un dígito, pero hay que ver cómo sigue la dinámica. En el resto del país es muy probable que termine en un dígito”, detalló Castiglioni.
De hecho, según los datos de LCG, la suba de ese segmento clave promedia 6,2% en las últimas cuatro semanas y acumula 0,6% en las primeras dos del mes. Esto se explica por la caída de los productos panificados, azúcar, miel, aceites y verduras, entre otros.
Con esto en vista, la economista Rocío Bisang, de la consultora Eco Go, estimó el cierre del mes alrededor de 8,9%: “En general, estamos viendo una moderación bastante importante en todos los rubros, salvo vivienda, donde los aumentos de tarifas impulsan al alza”, comentó.
También desde la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) aportaron números que reflejan una desaceleración. Tomando como base la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), indicaron que la inflación núcleo –que no incluye ni productos estacionales ni regulados, por lo que es el mejor indicador para analizar la tendencia inflacionaria– registró el menor incremento para una segunda semana del mes desde septiembre último: 1,4%.
En el relevamiento de Econviews, en tanto, la baja de alimentos habría llegado al 8,8% en las primeras dos semanas del mes, que significaría un ritmo semanal de 1%, por lo que el segmento podría cerrar en torno al 6% o 7%, el menor registro desde julio de 2023. Pese a esto, según su informe, los aumentos de tarifas y servicios mantendrían la inflación un poco por encima, y se acercaría al 10%.
“Ya estamos muy cerca de que sea de un dígito. Y puede terminar siéndolo tranquilamente. El ancla cambiaria es muy efectiva para controlar los alimentos (a costa de que se siga apreciando el tipo de cambio), y esta categoría representa más del 20% del IPC. La recesión también está ayudando a moderar las subas. Entonces, como Alimentos podría cerrar el mes cómodamente en un dígito, no puede descartarse que pase lo mismo con el nivel general”, explicó Alejandro Giacoia, economista de la consultora.
Además, contó que, si bien el gas no tiene un peso muy grande dentro de la medición, las subas de los servicios públicos traen aparejados aumentos de segunda ronda, por lo que el impacto podría ser mayor al que representa el ítem en sí.
A pesar de esta baja, que el Gobierno celebró, Martín Kalos, de Epyca, remarcó que “estar en torno al 10% no puede ser calificado bajo ningún concepto como exitoso”.
También hay que considerar que parte de la reducción nominal se debió a la licuación, por ejemplo, de jubilaciones, empleo público y planes sociales. Esto, sumado a que en algún momento se aceleraría o acomodaría la devaluación que hoy está anclada al crawling peg del 2% mensual, el descenso de la inflación, según el especialista, va a volverse más gradual.
Melisa Sala, economista de LCG, dijo que la proyección de la consultora para el cierre de este mes es de un 10% como techo, por lo que podría estar por debajo de los dos dígitos si se mantiene la tendencia actual. “La recesión viene siendo mucho más aguda de lo que estimábamos al principio, y el aumento del gas aportará 2,5 puntos porcentuales, solo porque el peso del gas en la canasta se fue diluyendo”, aclaró.
Otro punto a tener en cuenta es lo que suceda con la unificación cambiaria, que puede implicar, en algún momento, un impacto inflacionario. “Teniendo en cuenta que las herramientas del Gobierno hasta acá han sido sobre todo fiscales, monetarias, cambiarias y desregulatorias, pero no han tenido un uso real, concreto y bien planificado de políticas, como productivas y de ingresos, eso le suma un problema a este sendero de coordinación de políticas y expectativas económicas que es muy, muy frágil”, concluyó el economista.
Rosario Vidaurreta, de Analytica, agregó que, dada la baja en la variación intersemanal de alimentos, que se percibió también en el rubro de medicamentos, aunque en niveles todavía muy altos, pronostican que la inflación núcleo se mantenga en un dígito, pero debido a los precios de regulados, principalmente las tarifas del gas, el nivel general todavía se posicione en dos dígitos.
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