Privatizarán en 1997 el Banco Hipotecario
Proyecto: el Poder Ejecutivo anunció que en junio próximo comenzará la oferta de acciones; se espera recaudar, en total, $ 3000 millones, que se destinarán al financiamiento de obras públicas.
El Gobierno anunció ayer, como lo anticipó La Nacion, que el año próximo comenzará la privatización del 92% del paquete accionario del Banco Hipotecario. La recaudación que se obtenga se destinará a integrar un fondo fiduciario que financiará obras públicas, con las cuales se crearán nuevas fuentes de trabajo. Así lo afirmaron el ministro de Economía, Roque Fernández, y el titular del Banco Hipotecario, Pablo Rojo, al término de la reunión del gabinete nacional. En el encuentro, el presidente Menem aprobó el esquema para vender la entidad, operación por la cual se espera obtener unos 3000 millones de dólares.
El proyecto de privatización, que generó una reacción favorable en la banca privada, deberá ser aprobado por el Congreso, para lo cual los funcionarios tendrán que afrontar una difícil negociación.
La iniciativa oficial prevé privatizar por etapas el 92% de las acciones. El Estado se reservará el 5 por ciento y 3 por ciento restante quedará en manos de los empleados del banco mediante la instrumentación de un programa de propiedad participada.
El Gobierno aseguró que el banco seguirá siendo mayorista y garantizó que no habrá cambios en los créditos ya otorgados.
Más fondos para obras públicas
El Gobierno espera recaudar unos $ 3000 millones con la venta del paquete accionario; buscan acuerdo con legisladores.
Con el acuerdo del Congreso mediante, hacia junio de 1997 comenzará el proceso de venta del Banco Hipotecario Nacional. El Gobierno espera obtener, en total, $ 3000 millones, que se destinará a formar un Fondo Fiduciario de infraestructura regional, que tendrá por objetivo financiar obras públicas. Así lo explicó el titular de la entidad crediticia, Pablo Rojo, quien durante la reunión del gabinete nacional, brindó una amplia exposición al presidente Carlos Menem, respecto del futuro del banco.
La decisión del Poder Ejecutivo, en relación con esta operatoria, podría interpretarse como el paso previo a la venta del Banco Nación. Sin embargo, el ministro de Economía, Roque Fernández, negó ayer esa posibilidad. El proyecto busca garantizar que el BHN siga siendo actuando como banca mayorista, y que, durante diez años, continúe con su política de bajos intereses, equilibrio regional y préstamos a sectores de ingresos bajos y medios. Cumplido ese plazo, quedará en igualdad de condiciones para competir en el mercado.
Los créditos que estén otorgados al momento de la privatización, seguirán su proceso de ejecución, a través de los bancos minoristas en los que fueron tomados.
Venta de acciones
La privatización contemplará poner el 92% del paquete accionario en una oferta que se hará por etapas. El Estado se quedará con el 5%, mientras que el 3% restante se destinará al programa de propiedad participada. Es decir, esas acciones pertenecerán a los empleados del banco. A cada uno le tocará una suma de entre $ 80.000 y $ 100.000. La cifra que el Gobierno espera obtener con la venta se justifica en un patrimonio actual de $ 2600 millones, y unas ganancias que, en este año, superarán los $300 millones.
Rojo también aseguró que no se perderá un sólo puesto de trabajo, "porque la reestructuración ya se hizo, y hoy trabaja la cantidad de gente necesaria". Mientras hablaba con los periodistas, ayer por la tarde, en la planta baja del edificio, una asamblea de empleados planificaba su plan de lucha contra la privatización.
En lo que respecta al fondo fiduciario, Rojo puntualizó que tendrá una existencia de 30 años, y que se dirigirá a obras tales como caminos, hospitales en poblaciones de bajos recursos. Se estima que el fondo genere un retorno de $ 500 anuales.
El BHN, una historia que refleja la del país
Trayectoria: los 110 años de vida de la institución que se ahora será privatizada, muestran, con las cambiantes situaciones que tuvo en ese dilatado período, correspondencia con el proceso económico.
Próximo a cumpir 110 años de existencia -su creación se remonta al 15 de noviembre de 1886- el Banco Hipotecario Nacional (BHN), con su anunciada venta, cerrará un historial que, dentro de las grandes instituciones argentinas, mejor puede sintetizar los distintos y cambiantes capítulos de la hitoria económica argentina desde el fin del siglo pasado hasta el presente. Surgido tras la crisis de 1885, e impulsado durante el primer gobierno del general Roca, el banco, como lo señalaba el proyecto de ley de su creación, se encaminó a "fomentar, promover y consolidar el progreso del país" Puede decirse que fue producto de una de las brillantes inciativas de la recordada generación del 80, coherente con la política demográfica de entonces, que había puesto en marcha la promoción del ahorro popular, para abrir también la posibilidad del acceso a la vivienda propia mediante el crédito hipotecario.
Su eficiencia en el cumplimiento de ese objetivo se mantuvo casi inalterables hasta poco después de la Segunda Guerra Mundial, para lo cual la cédula hipotecaria en ese dilatado lapso se constituyó en un sólido instrumento de reconocido prestigio no sólo localmente sino también para los inversores externos.
A partir de allí, el desenvolvimiento del banco se inscribe con pronunciados altibajos, como consecuencia del proceso inflacionario sufrido por el país, pese a que en algún momento se trató de restablecer la cédula hipotecaria o ensayar sistemas de ahorro previo..
Redescuentos
Con la erosión de la moneda nacional, alta morosidad y créditos otorgados "políticamente" (como los vinculados en la decada última con la operatoria 830), no extrañó que el BHN entrará en un estado de "descalce" y que sólo pudiera seguir funcionando hasta 1988 con redescuentos del Banco Central, que llegaron a superar los 3000 millones de dólares. Esta situación obligó al gobierno actual a impulsar una profunda reestructuración de la entidad, y en 1990 se analizó la posibilidad de privatizarla pero finalmente, por ley, fue transformado en banco mayorista.
Con la estabilidad monetaria, la institución pudo restablecer el crédito hipotecario, para lo cual se crearon los títulos Tiavi, de amplia aceptación en el mercado.
Opiniones opuestas entre los legisladores
La decisión de Carlos Menem de anunciar la privatización del 90 por ciento del paquete accionario del Banco Hipotecario desató en el Congreso reacciones diametralmente opuestas. Lo interesante del asunto es que las aguas no se dividieron, como cabría esperarse, entre el aval del oficialismo y la resistencia de la oposición. Ambas actitudes se palparon en el seno mismo de los bloques que responden al Gobierno. Si bien no será ésta la primera iniciativa que agita al PJ parlamentario, la rapidez con que éste respondió ante la inminencia del anuncio apunta un dato que difícilmente pueda ser soslayado por quienes, desde la Casa Rosada, impulsan la constitución de un programa de inversiones y de infraestructura con los recursos que provengan de dicha privatización.
Sólo anteanoche, los senadores del PJ tuvieron la certeza de que el jefe del Estado estaba dispuesto a arremeter ayer con el asunto. Mientras transcurría la sesión del cuerpo, de la que el PE obtuvo la leyes impositiva y de vales de comida que reclamaba con urgencia, hubo un prolongado aparte entre los senadores Augusto Alasino (jefe de la bancada oficialista), Eduardo Bauzá, Emilio Cantarero y Remo Costanzo. Bauzá fue el encargado de confirmar los anuncios que se vendrían un día después, en la reunión del gabinete nacional.
Alasino fue crítico. La idea de privatizar ese banco no lo seduce. No percibe que haya una necesidad imperiosa de hacerlo. "Estamos haciendo más de lo que se nos pide", susurró el legislador entrerriano en el oído de un correligionario al hacer notar que ningún organismo financiero del exterior reclamaba pagos provenientes de la venta de esa fuente de recursos.
"Es para paliar el déficit interno", interpretó otro peronista ante La Nacion, cuando se lo consultó sobre la verdadera razón del negocio en estudio. El hombre balbuceó que de lo que se trataba es de tapar un "agujero social". Mucho más directo resultó el senador Jorge Yoma. "Es una excelente idea. La gente se va a ver beneficiada porque el dinero de esta privatización irá a parar a obras provinciales. El Gran Buenos Aires, el Gran Rosario y el resto de las zonas superpobladas con grandes carencias económicas será prioridad", comentó el legislador con quien, entre otros, coincidía anteanoche Héctor Maya.
La dicotomía quedó planteada casi en forma simultánea con esas conversaciones, pues a las 20.55 de anteayer, ingresó por la mesa de entradas del Senado un proyecto de comunicación del peronista sanjuanino José Luis Gioja, por el que se pide al PE que explique si analizó, entre otros puntos, "el rol asignado al Banco Hipotecario, por decreto 370/96, por el cual se lo constituye en agente financiero del Fondo Fiduciario para el Financiamiento Habitacional".
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