Previenen en España sobre la resistencia social al ajuste
MADRID.- "La incertidumbre ha sido el gran tema de la Argentina en los últimos tres meses y es obvio que el país está en una crisis de confianza muy fuerte, de la que aún no ha salido".
Desde que la corrida cambiaria del pasado mes y el posterior acuerdo con el Fondo Monetario Internacional ( FMI) ocupó las primeras páginas de los diarios españoles, esas fueron las primeras palabras que se dedicaron al país en un foro regional.
Conceptos en un tono mucho más cauto e inquietante que los elogios que, hasta ahora, se venían escuchando en encuentros de este tipo. Primero, cuando tuvo lugar la visita de Estado del presidente Mauricio Macri. Luego, con la gira del secretario de Hacienda, Nicolás Dujovne.
Las advertencias apuntaron al gradualismo -"tal vez, demasiado"-, y sus consecuencias que, en opinión de algunos analistas locales, practica el gobierno de Macri.
También repasaron las "dificultades y desafíos" que se abren ahora al Gobierno para llevar adelante un ajuste "en una sociedad donde el populismo ha calado hondo y es reacia a ordenar el gasto".
Todo eso ocurrió en un escenario madrileño más que amigable con la figura de Macri. Se trata del Foro Atlántico, la cita que organiza la Fundación para la Libertad (FIL), que orienta Mario Vargas Llosa y que, como es sabido, ha elogiado hasta el cansancio al Presidente.
La cita, a la que también asistió el líder del partido liberal Ciudadanos, Albert Rivera, así como funcionarios del gobierno y diplomáticos de la región, apuntó a evaluar la situación de América latina y de Europa ante "Los populismos, los nacionalismos y sus retos democráticos".
El capítulo argentino estuvo a cargo del economista y ex director del Banco Nación, Luis Secco. "Estamos en una crisis de confianza muy fuerte y es necesario trabajar en el ajuste macroeconómico porque ese no espera", dijo.
Coincidió con Álvaro Vargas Llosa -el hijo del Premio Nobel- en que el "gradualismo" del gobierno complica ahora el necesario cumplimiento de las metas de ajuste pautadas con el FMI.
"Ese acuerdo es un reaseguro de que esta situación de incertidumbre en la cual estamos y que no ha cedido, se pueda superar. Pero para ello hace falta más. Sobre todo, en el manejo de expectativas en la sociedad", de modo que se sume y acompañe el esfuerzo, dijo.
Apuntó Secco al hecho de que al Gobierno le "cuesta mucho" manejar las expectativas de la sociedad frente al reto y que, en eso, contrasta con la "habilidad" que sí le reconoce en la materia a la expresidenta Cristina Kirchner , con su ya famoso "relato".
Populismo y ajuste
En el fondo, lo que subyace es un problema de populismo. "Ese es un movimiento que ha calado hondo en la sociedad argentina y que costará generaciones erradicarlo. Es un cambio cultural que no se hace de un día para el otro", previno.
Un fenómeno que ilustró con el afán de los argentinos por el gasto. "Somos gastomaníacos", ironizó, y recordó una encuesta según la cual el 65 por ciento de los consultados se inclinaba por una gestión estatal de casi todo, aunque luego ese mismo porcentaje reconocía que el estado era "más ineficaz" que el sector privado para administrar.
Poco más tarde, Mario Vargas Llosa aseguró que había que estar "muy vigilante y atentos" a lo que ocurre en la Argentina, en la confianza de que las cosas salgan bien. "De lo contrario, sería una mala noticia para otros países de la región que también adoptaron modelos liberales", dijo.
El encuentro cerró con un cóctel en la Embajada argentina. "Esta es una sede de puertas abiertas, como la democracia argentina. No significa que compartamos todas las ideas. Pero las escuchamos y respetamos", dijo el embajador, Ramón Puerta.
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