Prevén que el conflicto entre Rusia y Ucrania tendrá para la Argentina más costos que beneficios
Los expertos estiman que subirá el precio de los granos, pero también se encarecerán el petróleo y el gas, recursos que el país importa; en tanto, la mejora en las commodities agrícolas podría aumentar las presiones inflacionarias; además, los capitales internacionales apuntarán hacia los mercados menos riesgosos
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La explosión del conflicto entre Rusia y Ucrania podría hacer llegar sus consecuencias económicas hasta la alicaída economía argentina, siendo mucho más las negativas que las positivas. Por un lado, el país se vería beneficiado por el aumento del precio de las commodites agrícolas, de las que es gran exportador; pero, por el otro, sería perjudicado por un encarecimiento del petróleo y el gas, de los que es importador.
Esto no es todo. Un conflicto armado entre esos dos países generaría una incertidumbre global que llevaría a los inversores al fly to quality (vuelo a la calidad), es decir, a volcar sus capitales en opciones menos riesgosas. Esto pegaría de lleno en la Argentina, puesto que no solo se irían dólares del país, sino que habría una huida inversora hacia bonos del Tesoro de los Estados Unidos, se encarecería el dólar y eso complicaría aún más la competitividad local.
Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales, señaló que, dado que Rusia y Ucrania son el primero y quinto exportador mundial de trigo, respectivamente, un conflicto entre ellos afectará la capacidad de abastecimiento, hará subir el precio de esa commodity y, por lo tanto, beneficiará a las exportaciones trigueras argentinas (7° exportador mundial de este cereal).
Pero, por otro lado, Elizondo advierte que hay otras materias primas, como el petróleo y el gas, que también verían incrementados sus precios, algo que le pegaría a la Argentina, que es importadora de esos recursos. “Además, esto generaría acá un problema, porque si suben mucho los precios de las materias primas, posiblemente haya presiones políticas internas otra vez entre los productores exportadores de granos y el Gobierno en términos de quién se apropia de esa renta”, explicó el especialista.
No hay que olvidar que esos dos países son responsables de cerca del 30% de las exportaciones mundiales de trigo, del 32% de las ventas globales de semilla de girasol y de aproximadamente el 80% del comercio internacional del aceite de girasol. Sudamérica, por su parte, resulta determinante en las exportaciones de soja y maíz.
En este sentido, Andrey Sizov, director general de la consultora rusa SovEcon, destacó, según publicó la nacion en enero, que la escalada en las tensiones entre Rusia y Ucrania, “es un factor preponderante en la suba que registran los precios del trigo”, tanto por el hecho en sí, como por la atención que el mercado está poniendo en el desarrollo de los eventos.
Luis Palma Cané, economista especializado en macroeconomía internacional y director de Fimades, dijo que en un escenario A, en el que sigue la incertidumbre, las idas y venidas y la amenaza de represalias de la Unión Europea y Estados Unidos, se va a generar un aumento de las commodities agrícolas argentinas. En un escenario B, que es el más complicado, una invasión de Rusia a Ucrania, va a generar mayores alzas en esos precios.
Palma Cané concluyó que el aumento de las commodites agrícolas tiene dos caras para la Argentina. “Por un lado, un mejor precio de las materias primas que exporta le proporcionarán mayores dólares, pero por el otro, incrementarán la presión inflacionaria, que ya es muy alta”, dijo el especialista.
En lo que respecta a petróleo y gas, un alza de sus precios complicará la situación del país, ya que se necesitarán más dólares para importar energía. “Puede haber algún alivio por el compromiso de Estados Unidos de abastecer de gas líquido a aquellos países muy dependientes de Rusia, pero cómo eso es caro y lo va a tener que financiar con emisión, también va a hacerse sentir en la presión inflacionaria”, afirmó el especialista.