Presión tributaria. IVA e Ingresos Brutos compiten y los dos recaudan mal

CÓRDOBA.– Ingresos Brutos (II.BB.), el impuesto más criticado por su efecto “cascada”, es una particularidad de la Argentina que no tiene espejo en la región. En paralelo, en el país la recaudación en porcentaje del PBI por cada punto de alícuota del IVA es inferior a la de Chile, Bolivia, Perú y Ecuador. Si se asemejara a Chile, el ingreso mejoraría 30% y pasaría de 7% a 9% del PBI; esos dos puntos de plus equivalen a la mitad del consolidado de II.BB. Es decir, compiten entre los dos.

La descripción la hizo el economista del Ieral Jorge Vasconcelos en una disertación que compartió con el exministro Jorge Remes Lenicov, quien insistió en que se debe cumplir el mandato constitucional de reforma de la ley de coparticipación, que acumula una demora de 25 años.

“Hay dos impuestos que recaudan mal –dijo Vasconcelos–. El IVA lo hace por Ingresos Brutos, que tampoco soluciona nada. Es el peor de los mundos. Esos dos puntos de plus que se podrían obtener en el IVA es la oportunidad para una reforma en la que todos ganen”. Una alternativa que hace más de una década que se plantea, sin avances, es reemplazar II.BB. por un impuesto a las ventas o IVA provincial.

Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Entre Ríos, Tucumán y la ciudad de Buenos Aires (CABA) generan el 80% del valor agregado del país y, por ende, el grueso de la recaudación que se coparticipa. Sin embargo, esos distritos cubren solo una parte de sus gastos con transferencias nacionales y, por lo tanto, echan mano a impuestos propios, como II.BB. Así, los sectores más dinámicos terminan ahogados por más presión tributaria.

En 2020, Ingresos Brutos recaudó, en el conjunto nacional, $1033 millones; registró una reducción real interanual del 6,8%, una performance en línea con lo ocurrido con los principales tributos nacionales relacionados con la actividad tales como IVA y el impuesto al cheque, que sufrieron una caída real de 12,8% y 8,8%, respectivamente, analiza el Iaraf.

En un análisis por regiones, la Patagonia fue la más afectada, seguida por Cuyo. En el otro extremo quedó el noreste, que, a diferencia del resto, cerró con un crecimiento real del 10,1% empujado por Misiones. La CABA acumuló una baja de 1,2%.

Sobre datos de la Cepal y del Centro Interamericano de Administraciones Tributarias, el Ieral marca que la recaudación de IVA en la Argentina, con una alícuota del 21%, equivale a 7% del PBI (cada punto equivale a 0,33% del producto); en Chile, con una alícuota del 19%, ingresa 8,2% del PBI (cada punto es 0,43%). Perú, Bolivia y Ecuador –con alícuotas de 18%, 13% y 12%, respectivamente– también recaudan más por cada punto, 0,36%, 0,55% y 0,51%.

Esa diferencia, cree Vasconcelos, se puede acortar con una reforma que debería ser liderada por las provincias con más peso productivo. Aquellas con predominio del empleo público y más dependientes de las transferencias nacionales tienen muy pocos incentivos para intentar atraer inversiones y empleo privado.

Hace seis años Córdoba propuso un IVA provincial con una alícuota de entre 10 y 12%, que permitiría –sin elevar la presión tributaria– eliminar II.BB. Si la alícuota fuera más alta habría que bajar el IVA nacional y solo coparticiparlo con las provincias chicas. La idea tiene como base la experiencia de Brasil.

Entonces no se lograron avances; después llegó el pacto fiscal de fines de 2017, que apuntaba a ir reduciendo II.BB. hasta converger en un impuesto a las ventas. En diciembre de 2019 se acordó su suspensión y este año se repitió el freno.

Para el tributarista César Litvin, II.BB. es el peor de los impuestos, con un efecto “tóxico sobre la actividad económica porque repotencia precios, reduce la rentabilidad y alienta la informalidad”.

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