Prepagas: el Gobierno dice que se acordó una devolución de montos y una suba de cuotas menor a la inflación, pero según las empresas se sigue conversando
La Superintendencia de Salud comunicó esta noche que hubo un acuerdo con las entidades en la audiencia a la que citó el juez que lleva una causa por supuesta cartelización, pero en el sector privado afirman que se sigue conversando y que no se pactó nada aún
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El Gobierno anunció esta noche que las prepagas harán una devolución de montos a sus afiliados en un plazo de doce meses, a partir de julio. Según un comunicado de la Superintendencia de Servicios de Salud, esos importes se actualizarán según la tasa de plazo fijo del Banco Nación. Además, el escrito señala que ese mismo índice –que actualmente es de un 2,5% mensual– se usará para actualizar las cuotas que pagan los afiliados. Desde el sector privado, sin embargo, tres fuentes le dijeron a LA NACION, luego de emitido el comunicado del Gobierno, que todavía no hay un acuerdo cerrado y que se sigue en conversaciones.
Oficialmente se indicó también que se las entidades reincorporarán, sin aplicar penalidades y en iguales condiciones a las que estaban, a las personas que se hayan dado de baja en los últimos meses. Esos y otros puntos fueron discutidos durante todo el día de hoy por los representantes del Gobierno y de las entidades, en el marco de la audiencia a la cual convocó el juez Juan Stinco, a cargo del Juzgado Civil y Comercial N° 3, donde se tramita la causa judicial por supuesta cartelización de un grupo de empresas del sector, que inició la Superintendencia.
Los importes a devolver son los que resultan de la diferencia entre las cuotas efectivamente cobradas en los primeros cuatro meses del año y las que hubieran existido en caso de haberse hecho ajustes mensuales por el índice de inflación.
Las entidades de medicina prepaga habían hecho esta tarde una propuesta diferente, que consistía en un reintegro de un monto equivalente al 24% de la cuota que se defina para julio, también en un plazo de 12 meses. Se pretendía que los importes implicados tuvieran una actualización en función del índice de costos de la salud usado hasta el año pasado para el reajuste de las cuotas. Además, los directivos proponían que entre julio y septiembre los precios de los planes de salud se ajusten en un porcentaje equivalente al 95% de la variación del Índice de Precios al Consumidor del Indec (es decir, si la inflación del mes de referencia fuera de 7%, las cuotas subirían 6,65%).
Para junio, en tanto, ya están previstos reajustes en función de la variación del IPC de abril, de 8,83% (hay entidades, de hecho, que ya comunicaron eso a sus asociados).
Los directivos pedían, a la vez, que desde octubre los incrementos de las cuotas queden liberados, tal como había ocurrido desde la vigencia del decreto de necesidad y urgencia (DNU) 70 firmado en diciembre por el presidente Javier Milei y sus ministros, y hasta que el propio Gobierno empezó a ponerles frenos a las subas, en abril último.
Esa propuesta fue hecha durante las reuniones que se llevan a cabo en el marco de la causa iniciada por la Superintendencia de Servicios de Salud contra un grupo de empresas por supuesta cartelización (acuerdo) en la definición de precios. Pero el plan planteado por el sector privado fue de inmediato rechazado por la Superintendencia, según dijeron a LA NACION desde ese organismo, representando en la audiencia por el superintendente Gabriel Oriolo, el gerente general Claudio Stivelman y el gerente de Asuntos Jurídicos, Juan Carlos Pierre Ganchegui. Además, por el Gobierno participa el secretario de Industria y Comercio, Pablo Lavigne, que intervino en abril en el tema, con una resolución que les ordenó a siete prepagas reducir sus precios.
La convocatoria para el encuentro de hoy fue hecha por Stinco a pedido de varias prepagas, luego de que el 3 de este mes el juez hizo lugar a la medida cautelar solicitada por la Superintendencia contra 23 empresas acusadas de cartelización. Días atrás, se las autoridades del área de Salud pidieron la incorporación a la causa otras 18 entidades, con lo cual son en total 41 las ahora involucradas en la causa.
En su fallo, Stinco dispuso que las prepagas deben hacer un recálculo de las cuotas para que, en lugar de los que fueron cobrados, los importes vayan siguiendo la variación del IPC con dos meses de retraso (por ejemplo, las cuotas correspondientes a enero deben contemplar la inflación de noviembre; las de febrero, la inflación acumulada entre noviembre y diciembre, y así sucesivamente). Además, estableció que en un plazo de cinco días cada entidad debía plantear ante el Juzgado un plan concreto para la devolución de los montos cobrados en exceso del criterio dispuesto. Ante este segundo mandato, varias entidades pidieron una prórroga y ser convocadas a una audiencia, una solicitud a la cual se accedió.
Antes del dictado de la medida cautelar (apelada por las empresas), el Gobierno había dispuesto ya el criterio de suba según los índices mensuales de inflación. Eso ocurrió a mediados de abril y a través de una resolución de la Secretaría de Industria y Comercio que alcanza solo a siete empresas.
Esa normativa se emitió como respuesta a un pedido de investigación por supuesta cartelización hecho en enero por referentes de la Coalición Cívica. Y, si bien durante semanas se prestó a diferentes interpretaciones, finalmente desde el Gobierno se aclaró que si la factura correspondía a mayo, el importe no podría ser superior al de diciembre incrementado en un 114,6% (es decir, por cada $100 pagados a fines de 2023 por la cuota del actual mes no debería abonarse más de $214,6%). Y si la facturación correspondía a abril (es decir, si se cobra a mes vencido, como en el caso de OSDE), la cifra no podría ser más alta que la de diciembre incrementada en un 93,33% (un máximo a facturar de $193,33 por cada $100 de diciembre).
La resolución no les ordena a las prepagas involucradas devolver montos por las subas ya aplicadas. La medida cautelar, en cambio, sí se refiere a los reintegros. Pero el tema está aún en negociaciones y, por tanto, las entidades no estuvieron hasta ahora obligadas a hacerlos.
Algo que sí establece la norma de la Secretaría es que la regla de subir las cuotas según el índice de inflación (siempre para las siete empresas involucradas) tiene vigencia hasta septiembre. Luego, se entiende que los precios quedarían liberados. A partir de las nuevas negociaciones, no está claro qué ocurrirá con las cuotas en los próximos meses.
Desde Industria y Comercio señalaron que en la audiencia de hoy se discutió un pedido de las siete empresas para que, tras un acuerdo por las cuotas, se deje de lado la investigación iniciada en la Comisión de Defensa de la Competencia, pero que no se le dio lugar a esa solicitud porque, se entiende, debería tramitarse por otra vía. “De querer avanzar con esta propuesta, las empresas deberían ofrecer un compromiso en el marco del expediente que cursa en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, el cual debe ser analizado por la Comisión y luego por el secretario de Industria y Comercio, Pablo Lavigne”, señalaron desde esa dependencia estatal.
La propuesta del Gobierno
La propuesta oficial para la devolución de montos, en tanto, estaba ya contenida en la presentación de la denuncia ante la Justicia. Lo que las autoridades buscaban que dispusiera el juez (ahora todo está en conversaciones) era un reintegro en siete cuotas del monto total resultante de comparar cada cuota efectivamente cobrada con la que debió haberse cobrado en caso de aplicarse como parámetro la inflación.
En los cuatro primeros meses del año los precios de los planes de salud tuvieron incrementos que, en promedio, llegaron hasta 165%. Eso pasó porque, tras más de una década en la cual las prepagas solo podían subir con autorización de las autoridades gubernamentales, en diciembre último y a través del mencionado DNU 70, el Gobierno derogó toda la normativa referida a la intervención del Estado en los precios del sector. Entre mediados de 2022 y fines de 2023 las cuotas habían subido según los resultados de un índice de costos de salud que publicaba la Superintendencia (la normativa que estableció la vigencia de ese indicador está entre las derogadas por las actuales autoridades).
En abril último, cuando las subas acumuladas empezaron a rondar entre 145% y 165%, el ministro de Economía, Luis Caputo, se puso al frente de declaraciones contra el accionar de las empresas al decir, por ejemplo, que le estaban “declarando la guerra a la clase media”. Ahora mismo, mientras que desde el Gobierno dicen que “las prepagas se quedan con plata de los afiliados” por subir los precios más que la inflación, las entidades argumentan que, luego de un año -2023-, en el cual las cuotas aumentaron 137,5% y la inflación fue de 211,4%, lo cobrado a los usuarios se utilizó para pagar prestaciones y servicios, y muestran datos de los costos en alza, principalmente, los de los medicamentos.
“Estoy convencido de que no hubo abuso ni cartelización, y los aumentos fueron destinados a los prestadores y a pagar servicios; lo que sucedió es, lamentablemente, un proceso de una olla a presión, algo que también se produjo en otras áreas de la economía. Durante más de 12 años los precios estuvieron controlados y los costos liberados, y esos costos se habían disparado”, dijo este último fin de semana a LA NACION Hugo Magonza, quien recientemente asumió la presidencia de la Unión Argentina de Salud (UAS), la institución que reúne a financiadores y también a prestadores del subsistema privado. Según agregó, desde 2012 (cuando se puso en vigencia la ley de regulación del sector) y 2023, las cuotas de las prepagas subieron un 7945%, el IPC avanzó un 14.258%, el precio promedio de los medicamentos, un 19.599%, y el salario de una enfermera según el convenio colectivo, un 9994%.
En medio del conflicto por las cuotas, la semana pasada comenzó en los centros privados un plan de lucha del sindicato de la sanidad, que espera una definición para las negociaciones salariales del sector que, por ahora y ya vencido el acuerdo anterior, no avanzan.
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