Preocupación por el dólar: el Banco Central dejó de vender, pero no evitó cerrar una mala semana

El Banco Central (BCRA) cerró la jornada cambiaria comprando en el mercado unos US$5 millones para sus alicaídas reservas netas tras verse obligado a desprenderse de unos US$100 millones en las dos ruedas previas para que el Gobierno pueda atender pagos vinculados a la importación de gas (GNL).

La magra adquisición no calmará a los agentes económicos, que observan con preocupación que, de este modo, se acumuló en la segunda semana de mayo un saldo de intervenciones que ronda los US$22 millones, en medio de la temporada alta de liquidación del agro. Es un monto 95,5% inferior al conseguido la semana pasada ante situaciones de mercado similares (cuando embolsó por esta vía unos US$520 millones) y además 34 veces menos en comparación con los más de US$740 millones captados en igual lapso del año pasado.

Desde la entidad insisten en destacar el elevado nivel que mantienen las importaciones privadas (aseguran que anotan un aumento del 20% en relación al año pasado) y el peso cada vez más gravoso que suponen para el país las compras de gas, un recurso que en el país está comprobado que sobra, pero no puede aprovecharse, ya que en la última década nunca se han diseñado políticas para explotarlo, para explicar la notable diferencia en el poder de intervención entre un año y otro.

Pero esas afirmaciones no se condicen con las crecientes quejas que se elevan desde distintos sectores productivos sobre las restricciones a las compras de insumos en el exterior, la que son evidentes por las pausas en sus procesos productivos que deben realizar algunas empresas o el faltante de varios productos en el mercado.

“Las ventas o escasas compras tras las últimas ruedas por parte del BCRA volvieron a encender preocupaciones sobre la posibilidad de alcanzar los objetivos de acumulación de reservas pactados con el FMI más allá de que la aceleración del crawling-peg y la suba de tasas -en términos efectiva ya merodeando el 60% anual- apunten en la dirección correcta”, hace notar el analista financiero y consultor Gustavo Ber.

“A este ritmo de compras, no llegará a cumplir con la meta trimestral y eso pondrá en riesgo la meta del año. Además, con este volumen de operaciones deberá optar entre asegurar los dólares para aceitar la actividad o sumar reservas”, apuntó el analista Andrés Reschini, de F2 Soluciones Financieras. Respecto del ritmo de ajuste cambiario en la última rueda de la semana, el BCRA convalidó otra alza de $0,18 del dólar mayorista que cerró a $117,43 para la venta.

De este modo, acumuló en la semana un avance de $1,13 que, nominalmente medido, supone “la segunda corrección semanal más alta del año”, hizo notar el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios, y dejó en arriba del 1,8% la tasa de depreciación del peso en el mes (14,3% en lo que va del año, más de diez puntos por dejado de la inflación).

Ese factor, junto a la fortaleza que va recuperando mundialmente el dólar, volvieron a colocar al país en situación de atraso cambiario desde hace un mes, aunque en el acuerdo con el FMI el Gobierno había asumido un compromiso explícito para no recaer en él. El dólar mayorista cerró a $117,23/117,43 por unidad, dieciocho centavos arriba del cierre de ayer.

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