Por qué un grupo de asalariados recibe ahora un ingreso extra y qué pasará en los próximos meses
Por los últimos cambios en Ganancias, una resolución de fines del mes pasado estableció que se cobra una prestación por hijo en los hogares en los que se perciben hasta $3,96 millones; qué pasaría en los próximos meses
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Un grupo de asalariados de ingresos medios y altos se encontró este mes con la novedad de haber cobrado un monto en concepto de asignación por hijo, que antes no percibían y que, probablemente, en poco tiempo dejarán de recibir.
El cobro extrañó a muchos, dado el nivel de sus remuneraciones, a tal punto que hubo consultas en oficinas de la Anses para ver si se trataba de un error y, en tal caso, para saber qué hacer para devolver el importe. El hecho es que esos pagos se efectivizaron porque, desde marzo de este año, el ingreso familiar tope para percibir de manera automática esa prestación por menores a cargo quedó atado al piso salarial para que un empleado quede alcanzado por Ganancias. No se trata de la Asignación Universal por Hijo (AUH) que cobran los trabajadores informales y desocupados, sino del salario familiar para empleados del sector formal de la economía.
Días antes de finalizar el período del gobierno anterior, la resolución 223 de la Anses determinó, a través de sus anexos, que se cobraría una asignación por hijo en los hogares con ingresos familiares mensuales de hasta $3.960.000. También es una condición que ninguno de los padres perciba, de manera individual, más de $1.980.000. Los montos son un 291% más altos que los vigentes previamente.
Es decir: este mes y a partir de los cambios en materia impositiva que rigen desde octubre (la suba del salario más bajo alcanzado por Ganancias a $1.980.000), se percibe la asignación por hijo del sistema formal en los hogares donde, además de haber niños o adolescentes menores de 18 años, se cumple con una doble condición referida a los ingresos: ninguno de los padres puede tener una remuneración superior a $1.980.000, ni pueden sumar, entre los dos y por sus salarios, más de $3.960.000.
Esos topes, sin embargo, caerían a valores más bajos, en caso de aprobarse la reversión de la última reforma del impuesto a las ganancias que impulsa el Gobierno ante la caída de los recursos que se coparticipan con las provincias, según confirmó el presidente Javier Milei.
Si se revierten los cambios aprobados a fines de septiembre y se regresa al esquema anterior, el piso salarial para tributar a partir de los ingresos percibidos en enero sería de alrededor de $975.000, y el ingreso familiar tope para percibir la prestación por menores a cargo bajaría a alrededor de $1.950.000 (también operaría el límite de un ingreso individual de $975.000). Eso ocurriría desde marzo, porque el sistema del salario familiar tiene un rezago de dos meses: los pagos de este mes, por ejemplo, se liquidan sobre la base de las remuneraciones de octubre (desde los salarios devengados ese mes rigen los cambios en Ganancias).
Así, en un escenario de restricción fiscal y luego de una política que en los últimos años expulsaba mes a mes a miles de hogares del derecho al salario familiar, ahora muchos empleados de ingresos relativamente medios y altos, además de dejar de pagar Ganancias (algo que implicó un ingreso mensual extra potencial de hasta alrededor de $500.000), comenzó a percibir un importe de $4345 por hijo.
La cifra de $4345 es la que corresponde, según la tabla de las asignaciones familiares vigente desde este mes, para los hogares con ingresos de entre $541.751,01 y $3.960.000. En el rango de $469.237,01 a $541.751 la asignación mensual es de $8426, en tanto que con ingresos de $319.947,01 a $469.237 (siempre sumados las de ambos padres, en caso de corresponder) el importe es de $13.934. Y con un ingreso en el hogar de hasta $319.947, el monto es de $20.661. Esta última cifra equivale a la de la AUH.
Poder de compra, con una fuerte caída
A diferencia del tope de ingresos para cobrar, que se rige desde este año por el piso salarial para pagar Ganancias, los montos que se cobran y los ingresos que marcan el piso y el techo de cada escalón de la tabla se reajustan trimestralmente según la fórmula de movilidad previsional. De eso se deriva una suba en todo este año de 110,9%, frente a una inflación que, según se estima, se ubicará en un nivel de entre 200 y 230%. Así, para quienes tienen salarios bajos y medio bajos y venían ya cobrando la asignación, hay una muy fuerte pérdida de poder de compra. El monto total que el Estado deriva a las prestaciones de este sistema, de hecho, tuvo una caída en términos reales (corregido por inflación), de 37,5% interanual en el período de enero a noviembre, según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).
Según datos de la Anses, mientras que en noviembre se liquidaron 2.092.989 pagos por hijos de trabajadores bajo relación de dependencia, en diciembre esa cifra es de 2.439.607 (a esa cantidad se agregan las de otros grupos, como los monotributistas o los jubilados).
En septiembre se había dispuesto un incremento del ingreso familiar tope, de $808.424 a $1.012.460. La primera de esas cifras, a su vez, había sido dispuesta por una normativa de la Anses, con vigencia desde marzo de este año, en reemplazo de techo de $316.731 (o de $158.366 en cuanto al ingreso individual), que había regido durante 12 meses, entre marzo de 2022 y febrero de 2023.
Con esa medida se había corregido una fuerte distorsión que se venía dando y que se había agravado en esos momentos, por efecto de la aceleración de la inflación. Concretamente, se decidió entonces que el ingreso máximo mensual que puede tener un asalariado en blanco para cobrar por hijos menores sea equivalente a la remuneración más baja alcanzada por Ganancias. Y que lo percibido en total por los integrantes del hogar no puede ser mayor a ese monto multiplicado por dos.
Una dinámica de exclusión
Antes de ese cambio se hacía una sola actualización por año del tope. Eso había provocado una dinámica por la cual, luego de cada marzo –el mes en el que se reajustaba el techo de ingresos– la cantidad de chicos con derecho a la asignación disminuía de manera significativa.
Según datos del boletín estadístico de la Secretaría de Seguridad Social, en febrero de este año la cantidad de hijos de asalariados registrados incluidos en el sistema había caído más de un 60% con respecto a marzo de 2022.
El empalme entre el régimen del salario familiar y el de Ganancias se había sido establecido años atrás. El efecto buscado era que no se dejara de cobrar la asignación mientras no se estuviera alcanzado por el tributo, que permite la deducción por hijo para aliviar la carga fiscal. Pero eso quedó totalmente desarticulado por efecto de la reforma de Ganancias que aprobó el Congreso en 2021.
En marzo, tanto de 2022 como de 2023, desde el gobierno de Alberto Fernández se afirmó que se estaba incorporando a más chicos al cobro de la asignación. Pero, en rigor, esos niños y adolescentes habían sido expulsados del sistema en los meses previos. Y solo volvían a percibir automáticamente la prestación (sin efecto retroactivo) como consecuencia de la actualización del esquema.
Para definir si corresponden las asignaciones –en función de los topes vigentes en cada período–, se consideran ingresos de diferente tipo. Es decir, se observan las remuneraciones brutas y las sumas no remunerativas de los empleos dependientes, excluyendo el aguinaldo. También se suman los ingresos que eventualmente tengan los padres por alguno o algunos de los siguientes conceptos, según informa la Anses: trabajo en calidad de autónomo o monotributista (se observan las rentas de referencia), jubilación, pensión, prestación por desempleo, plan social, asignación familiar por maternidad y prestación contributiva o no contributiva de cualquier tipo.
Las asignaciones condicionadas por los topes de ingresos son, además de las mensuales de hijos menores y de prenatalidad, las previstas por nacimiento o adopción de hijos y por matrimonio, y la ayuda escolar anual para hijos menores. En cambio, no rigen los topes para los cobros por hijos con discapacidad.
Además de los asalariados formales, están incluidos en el sistema los monotributistas de las categorías A a la H (en el caso de la asignación por hijos menores), y de todas las categorías (por la prestación correspondiente a hijos con discapacidad).
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