Por qué no recomiendo invertir apalancado
Con la nota de hoy completamos la tríada compuesta también por las columnas “Por qué recomiendo nunca invertir a la baja” y “Por qué no recomiendo hacer trading de acciones y criptomonedas”.
No vengo aquí a ganarme la simpatía de agentes de Bolsa ni exchanges. Su principal negocio es hacernos pagar comisiones por las compraventas que realizan los clientes o las deudas que toman para invertir más de lo que tienen. Si bien hay honrosas excepciones, la regla es que celebren sin culpa cuando los inversores se dejan tentar por el trading o las operaciones apalancadas sin medir las consecuencias.
En esta trinchera, por el contrario, apuntamos a que mucha menos gente cumpla la fatídica regla 90-90-90 del mercado, donde el 90% de las personas que se vuelcan al trading de corto plazo pierde el 90% del dinero invertido en un lapso no mayor a 90 días.
Qué es el apalancamiento y cuáles son sus riesgos
Se llama apalancamiento (en inglés, leverage o margin trading) a la acción de dejar en garantía activos que tenemos en cartera para obtener dinero prestado, a fin de ampliar la posición invertida.
De esta manera, se apalancan (es decir, se potencian) las ganancias esperadas, asumiendo un mayor nivel de riesgo ante la posibilidad de que la variación de precios de los activos que compramos con la deuda se mueva en sentido contrario al que proyectamos.
Estando apalancados, podemos ganar más dinero que en una apuesta común, aunque las pérdidas también pueden ser mucho más abultadas y violentas.
Como siempre hacemos para entender mejor los conceptos, vamos con un ejemplo:
En varios exchanges de criptoactivos se puede leer al lado de BTC (el token de bitcoin) la leyenda “x10”, que hace referencia a la opción de depositar nuestra tenencia de BTC para obtener un apalancamiento que la multiplique por 10. De esta forma, una inversión original de 1.000 dólares en BTC se puede convertir en una inversión de 10.000 dólares, con los consiguientes riesgos y beneficios potenciales:
- Si nos apalancamos por 10 y BTC sube 5%, en lugar de ganar 50 dólares (el 5% de 1.000), estaremos obteniendo 500 dólares (el 5% de 10.000 y el 50% de 1.000, nuestra posición original).
- Si BTC cae -9%, con la inversión original perderemos 90 dólares (en caso de tener que vender y realizar la pérdida), mientras que con el x10 terminaremos perdiendo 900 dólares, el 90% de nuestra inversión en BTC (al menos, de los BTC que decidimos apalancar). Pasaremos a tener solo 100 dólares.
Como vimos en la nota de la semana pasada, a corto plazo el rendimiento de los activos financieros es sumamente azaroso, por lo que el apalancamiento no hace más que potenciar el riesgo.
Invertir apalancados especulando con una suba de largo plazo nos puede dejar fuera del partido muy pronto. Basta simplemente con una brusca caída del activo utilizado, tal como registró el BTC principalmente en mayo, cuando se derrumbó 40% en apenas dos semanas.
En el ejemplo mencionado, si las pérdidas momentáneas de la posición apalancada (USD 10.000) llegan al 10%, perderemos todo nuestro capital depositado (USD 1.000) y pasaremos a ver el juego desde la tribuna.
El apalancamiento es una apuesta de corto plazo donde el inversor queda expuesto a los caprichos y el estado de ánimo del mercado, que bien puede pasar de la euforia al pánico en cuestión de días u horas.
Pero entonces, ¿nunca conviene apalancarse?
La respuesta rápida sería “no”, pero en el mercado, como en muchos aspectos de la vida, también rige el “nunca digas nunca’”.
Existe un escenario donde cierto margen de apalancamiento puede ser conveniente:
- Arbitrajes financieros: consisten en hallar dos activos similares en características y riesgos que deberían negociarse a precios muy parecidos o idénticos y, sin embargo, el mercado les asigna momentáneamente valores diferentes. Por lo tanto, se espera que en poco tiempo acerquen sus precios, con lo que resultan altas las chances de ganar dinero apostando a una paridad entre ambos. En esos casos, quienes están atentos a los desequilibrios del mercado pueden optar por apalancarse todas las veces que puedan para posicionarse a favor del activo que se negocia a menor precio y en contra del que opera a mayor valor. Nuestros amigos especuladores culminarán las operaciones cuando los precios se equiparen y, si todo salió de acuerdo con lo esperado, habrán ganado mucho más dinero que el que hubiera permitido su capital inicial.
No obstante, a no ilusionarse: estas “ventanas de inversión” son difíciles de encontrar y generalmente duran muy poco tiempo, puesto que existen muchos traders informados que viven escaneando las cotizaciones de manera continua para hallar los desequilibrios que les generen ganancias.
Conclusión
Mal utilizado, el apalancamiento puede generar ilusión y desencanto. Ilusión, porque creemos que podemos ganar dinero fácil y rápido si acertamos con nuestras predicciones o peor aún, acierta un supuesto especialista al que seguimos cual oráculo. Desencanto, porque en poco tiempo habremos perdido una gran parte o el total de nuestro capital invertido.
El broker o exchange muy probablemente nos impulse al apalancamiento con estímulos tales como herramientas muy bien diseñadas o informes que endulzarán nuestros oídos. Debemos saber que, independientemente de la suerte que corramos, le habremos pagado comisiones y, al igual que la gran mayoría de las veces en el casino, ganará la casa y nosotros nos iremos con los bolsillos más livianos.
Ahora bien, sabiendo que no conviene realizar trading ni invertir a la baja ni apalancarse, ¿qué opciones y chances tenemos de ganar dinero en los mercados financieros?
La respuesta, una vez más, es más simple de lo que pensamos: invirtiendo a largo plazo en empresas y proyectos que nos atraigan por sus fundamentos y generen confianza. Para conocerlos bien, debemos realizar un estudio previo sin sobreponderarnos en ninguna inversión, sino diversificando entre distintas empresas, industrias y tipo de activos.
Resistir a la tentación del atajo es un principio que no solo deben sostener quienes toman el camino de las finanzas. Las personas más experimentadas también podemos caer en quimeras y cometer errores que creíamos superados.
La mejor noticia que puedo darles es que, en el mundo de las finanzas, las decisiones bien pensadas y sostenidas en el tiempo que rinden frutos también pagan muy bien: el índice Standard and Poor’s 500 viene pagando a un promedio del 11,3% anual en dólares y el todavía adolescente bitcoin acumula escaladas del 200% anual en dólares. ¡Hasta la semana próxima!