¿Por qué es lo que es? Un interrogante siempre fundamental
Hay un principio fundamental que utilizamos los economistas para entender lo que observamos: sin una buena explicación del fenómeno, resulta imposible imaginar correcciones para mejorar
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Debido a la escasez de combustible observo enormes colas en las estaciones de servicio. De repente encuentro que en una de ellas no hay nadie esperando para cargar. Antes de ponerme contento, tengo que contestar el siguiente interrogante: ¿tendrá nafta esa estación? El ejemplo ilustra un principio fundamental que utilizamos los economistas para entender lo que observamos. Sin una buena explicación de por qué es lo que es, resulta imposible imaginar correcciones para mejorar.
Al respecto, conversé con el estadounidense Holbrook Working (1895-1985), quien pasó la mayor parte de su vida laboral en el Standford Food Research Institute, realizando trabajos estadísticos referidos a productos alimenticios. Según Mary Susanna Morgan, no avanzó significativamente desde el punto de vista analítico, tarea que sí encararía su hermano, Elmer Joseph.
–Usted integra mi colección de “los Ruggero Leoncavallo de la economía”, porque realizó varios trabajos pero se inmortalizó por uno de ellos.
–Sospecho que se refiere a una monografía titulada La determinación estadística de las curvas de demanda, que en 1925 publiqué en el Quarterly Journal of Economics.
–Así es. ¿Cuál es la idea principal de ese trabajo?
–La invención, por parte de los estadísticos, de los métodos para estimar la correlación entre variables generó enorme interés entre los microeconomistas, interesados en cuantificar, para cada producto, las curvas de oferta y demanda. Lo cual significó un gran avance, porque no es lo mismo afirmar que la suba del precio de un producto disminuye la cantidad demandada y aumenta la cantidad producida, que decir en cuánto. La economía cualitativa, en el mejor de los casos, sirve para iniciar el análisis.
–Pero apareció un problema.
–Efectivamente. Imaginemos que, referido a un país o a una región, contamos con datos correspondientes a los precios a los cuales se transaron los cerdos y las cantidades producidas y vendidas. Aplicamos un procedimiento de correlación, encontrando que los datos se alinean de manera casi perfecta. ¿Qué obtuvimos? ¿Una curva de oferta o una de demanda? A los primeros investigadores les llamó la atención que, buscando estimar una curva de demanda, el signo entre precio y cantidad era positivo. ¿Qué hacer frente a este hallazgo: tirar a la basura la teoría de la demanda, o la correlación?
–Aquí es donde aparece su monografía.
–Donde dije que hay una sola verdadera relación precio-cantidad, tanto en la curva de la oferta como en la de la demanda, y una línea que la describe; y si pudiéramos eliminar todos los factores que disturban, las observaciones calzarían todas en dicha línea. En términos técnicos, puse sobre el tapete la cuestión de la correcta especificación de las funciones de oferta y demanda, para poder identificarlas.
–Deme un ejemplo.
–Supongamos que la oferta de bufandas depende del precio, mientras que su demanda depende no solo del precio, sino también del ingreso de los demandantes. Pues bien, los cambios en esta última variable, en términos gráficos, generarían saltos en la curva de la demanda, permitiendo identificar... ¡la de oferta! Apunto, de paso, que los problemas de identificación se solucionan consiguiendo más información, porque no se deben a limitaciones de la teoría.
–Las regresiones que ignoran algunas variables, ¿para qué sirven?
–Para pronosticar, en la medida en que la estructura que no se pudo identificar no se modifica con el correr del tiempo.
–Para saber lo que es, basta con observar los datos, pero para entender por qué es lo que es, se necesita una teoría.
–Así es. No necesito una teoría para saber los precios de los cafés y los de los celulares; pero sí para entender por qué los precios son esos y no otros. Al comienzo de esta conversación usted planteó un ejemplo microeconómico, pero también se verifica en la economía en su conjunto. Y en los dos ámbitos el enfoque de la oferta y la demanda es muy útil para arrancar el diagnóstico. En el ejemplo de la estación de servicio, la ausencia de autos para cargar nafta se explica por una cuestión de oferta; pero también sirve con referencia al PBI de la Argentina en 2023.
–Me interesa.
–La enorme mayoría de los seres humanos prefieren un PBI creciente a uno decreciente, de la misma manera que prefieren estar sanos a estar enfermos. Pero, al respecto, la pregunta relevante es la siguiente: ¿por qué, aquí y ahora, el PBI no es mayor que el observado? Cuando, en su país, uno les traslada esta pregunta a los empresarios, la mayoría apunta a poder conseguir dólares en el segmento oficial del mercado de cambios para comprar insumos y –aunque menos– señala las dificultades para conseguir mano de obra.
–Ambos factores se refieren a limitaciones del lado de la oferta.
–Lo cual, en la Argentina 2023, torna irrelevante el keynesianismo burdo, según el cual en toda ocasión, en todo el mundo, los problemas derivan de la insuficiencia de la demanda agregada.
–¿Está usted descalificando a John Maynard Keynes?
–De ninguna manera. Estoy diciendo que toda afirmación empírica tiene que ser revalidada, porque se realizó sobre la base de circunstancias específicas, que no siempre se repiten. Por razones de marketing Keynes denominó a la suya La teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, pero esto no quiere decir que su aplicación sea universal y permanente.
–Averiguar por qué es lo que es será fundamental, pero en economía es un paso intermedio.
–Efectivamente. Todo trabajo profesional comienza con una frustración: la del trabajador que quiere ganar más, la del empresario que no se quiere fundir, la del ministro que desea que la tasa de inflación se reduzca. Para lo cual, en economía, utilizamos el análisis de equilibrio como insumo del análisis de estática comparativa.
–¿Qué es eso?
–Si la motivación del análisis consiste en ayudar a aliviar una frustración, el verdadero interrogante es el siguiente: ¿qué tendría que ocurrir en las variables exógenas, es decir, en aquellas que me afectan, pero que no puedo controlar, para poder modificar mis decisiones, de manera de mejorar mi posición o, al menos, minimizar el impacto de los shocks negativos? Pero, para esto, resulta fundamental contar con un diagnóstico correcto.
–Explíquese.
–Quien no sabe por qué es lo que es, difícilmente pueda pensar qué cambios deberían ocurrir para que la realidad sea diferente. Ejemplos: un país que coquetea con la hiperinflación no puede darse el lujo de pensar que en 2023 el PBI podría caer por falta de demanda agregada, de la misma manera que un país donde la oferta de alquileres desapareció no se puede dar el lujo de pensar que a los propietarios de inmuebles deshabitados de repente les agarró una epidemia de maldad.
–Don Holbrook, muchas gracias.
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