Por qué el Gobierno generará “amor y odio”, según el economista Esteban Domecq
El economista entiende que la política cambiaria tiene “síntomas de asfixia” y que hoy el programa es “cepo dependiente”; cree que hay mucho espacio para hacer cambios
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CÓRDOBA.- La hipótesis del equipo económico liderado por Luis Caputo es que los dólares financieros converjan con el oficial, que a valor de hoy serían $950, pronostica el economista Esteban Domecq, director de la consultora Invecq. Sobre ese punto, planteó que si se “alinean los planetas” y esa situación se da, “generará amor y odio. El pro es que la economía argentina estará estabilizada; fin de la inflación, lo que será un gran mérito político. Pero hay sectores que no podrán competir, con recuperación inexistente o anémica y eso se pagará con hasta cuatro puntos más de desempleo. La estabilización está muy forzada; en septiembre, cuando bajaron el PAIS, había una oportunidad de una recomposición quirúrgica, pero el Gobierno pasó de largo”.
El economista se mostró “optimista con la recalibración. Se hizo lo más difícil, lo que falta hacer tiene mucha probabilidad de éxito. La recalibración para mí es exitosa; veo la estabilización cerca, habrá tensiones, pero se está cerca de alcanzar un sendero de estabilización”.
Cuando habla de “alineamiento de planetas” se refiere al blanqueo -que “ya se alineó”-, que el “mundo acompañe, que esté el Repo de los bancos, el RIGI”. Si no se alinearan habría “más presión sobre los dólares financieros, caída en la paridad de bonos y tensión en la brecha cambiaria”.
En ese contexto, el equipo económico debería hacer algunos “cambios; buscar algo más por arriba”. Advirtió que hay posibilidades de que se dé la situación prevista por Caputo, pero también “grandes desafíos”. El economista disertó ante empresarios en Córdoba en una charla organizada por S&C Inversiones.
Evaluó que de cómo reacciona la actividad económica dependerá la velocidad de la erosión del capital político de Javier Milei hacia delante, a la vez que señaló que el clima electoral de disputa y la “vulnerabilidad, fragilidad social” también impactarán en la economía. A eso se le suma un escenario externo que “no ayuda, no hay viento de cola”.
En ese marco, se refirió a que un triunfo de Donald Trump en Estados Unidos sería más positivo en la Argentina porque si el programa está “asfixiado en lo cambiario, un desembolso del FMI ayudaría y también ayudaría en inversiones y en el Rigi”.
En cambio, en los fundamentos macro, no lo ve positivo en el corto plazo. “Temo que pueda haber un ‘cisne negro’ en los próximos meses; estamos frente a un mundo muy complejo, que desacelera y que está convulsionado en lo político. La Argentina no está preparada para un shock externo, podemos enfrentar una brisa”.
Subrayó que el programa económico cierra 2024 cumpliendo el propósito fiscal, que era “extremadamente exigente; cumple con la gran ancla que era terminar el año con superávit”. Proyectó que en 2025 seguirá sin mayores sobresaltos en este segmento. Respecto del saneamiento del balance del Banco Central, definió que hay un “proceso muy virtuoso” en la recomposición de reservas, aunque advirtió que “hay un jugador clave, los encajes que tienen por detrás el blanqueo”.
“Tenemos un problema todavía en la estrategia cambiaria y, por ende, en el saneamiento del balance del Banco Central”, dijo, y añadió: “Si la cuenta corriente da negativa, el programa empieza a ser cepo dependiente y cuenta financiera dependiente. La cuenta corriente ya está en rojo con una economía recesiva”. Para Domecq, la política cambiaria “empieza a mostrar síntomas de asfixia”.
Indicó que el riesgo país debería estar entre 400 y 600 puntos básicos para que el país vuelva a ser sujeto de crédito internacional y valoró el aporte del blanqueo. “¿Es suficiente el blanqueo para recorrer todo el 2025? -se preguntó-. El Rigi no va a dar muchos dólares en el corto plazo, habrá anuncios por U$S10.000 o US$20.000 millones, pero es un flujo. Incluso, algunos proyectos sacan dólares al inicio. El mundo se desalineó”. Para el año que viene, subrayó que los argentinos estarán más “cautelosos, la estrategia es la del ‘bicho bolita’”.
Domecq enfatizó que la economía ingresó, en términos de actividad, en la “fase positiva del ciclo; es rebote, no recuperación. Será lento, heterogéneo. No hay ‘v’”. Apuntó al mercado externo, como “expansivo” y como “la salida” de la Argentina. El daño en el empleo, dijo, ya es “marginal”, mientras que los ingresos que cayeron 20% en el arranque de la estabilización, se van recuperando “gradualmente”. Invecq estima que la inflación ya perforó el 3%.