Por el congelamiento del dólar oficial, se llegó al mayor atraso cambiario del gobierno de Alberto Fernández
Está por perforar los 87 puntos, con lo que se vuelve a niveles que se revelan luego como muy problemáticos
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El tipo de cambio real multilateral alcanzó oficialmente en las últimas horas el menor nivel en lo que va de la administración de Alberto Fernández.
Fue al quedar el índice que elabora el propio Banco Central (BCRA) al borde de volver a perforar los 87 puntos ante el congelamiento “formal” (en los hechos el Gobierno siguió depreciándolo al habilitar cada vez más dólares diferenciales para exportadores) dispuesto, en esa sensible variable, tras la devaluación del 22% que sufrió el peso en la jornada hábil posterior a las últimas elecciones primarias (PASO).
Así, el atraso cambiario ya es oficialmente el mayor en casi seis años.
Hay que remontarse hasta mediados de diciembre de 2017 (apogeo aún de la gestión Macri) o ir hasta el cierre de la segunda administración de Cristina Kirchner para dar con algunos niveles aún menores (tocó 84,8 en el primer caso -tras venir de un “piso” de 83 puntos siete meses antes- y de apenas 73,5 puntos en el segundo caso citado.
Las referencias sirven para dejar en claro la extraña predilección por esta artificiosa manera de inflar algunas estadísticas locales que, recurrentemente, tuvieron las últimas administraciones, más allá de presentarse como “distintas”. El resultado de ello es una situación de estrés en las reservas del BCRA que se repite cada vez con menor periodicidad y que, en el caso actual, las dejó en un nivel histórico por lo negativo.
El regreso del atraso cambiario (en el que recayó la administración Fernández desde fin de abril de 2022 tras haberlo evitado meses antes sólo por la debilidad que mostraba a nivel global el dólar estadounidense) era descontado por el mercado. Los analistas, apenas el Gobierno anunció que mantendría congelado el dólar oficial tras devaluar sin esbozar siquiera un plan para tratar de evitar su traslado a precios (algo que hizo luego y mal, como quedó a la vista con una aceleración al 12,5% promedio en el último bimestre de la inflación), advirtieron que se consumió en menos de dos meses toda la competitividad cambiaria irreal ganada por esa vía, como fuera oportunamente advertido por LA NACION.
“Luego de las PASO del 14 de agosto, el BCRA convalidó un aumento del tipo de cambio del 22% buscando, entre otros objetivos, apuntalar el tipo de cambio real para hacer más competitivas las exportaciones argentinas. A raíz de esto, el tipo de cambio promedio de agosto fue un 20,9% superior al de julio”, recordó al respecto en un informe la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Con ese impulso, el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) alcanzó un valor de 116,1 aquel día, muy cerca del promedio histórico desde que se cuenta con datos. Pero, a partir de entonces, “la aceleración de la inflación fue erosionando rápidamente esta ganancia inmediata de competitividad cambiaria”, describió el citado informe.
Según los últimos datos por ese factor, y un Dollar Index que se mantuvo muy firme (supera hoy los 106 puntos), la Argentina resignó nada más y nada menos que 29 puntos de competitividad cambiaria en apenas 71 jornadas hábiles, lo que debe constituir todo un récord sólo comparable a lo sucedido en tiempos de la convertibilidad cuando golpeaban crisis externas (”Efecto Tequila” o “Arroz”, como se los llamó entonces)
El 23 de octubre el dólar oficial estará en $350. Ya todos se han percatado, en el país y en el exterior, que sin un monto de dólares significativo para controlar el financiero, la maxi deva no sirve. Y desde 15/11 crawl al 3% mensual. https://t.co/Q5usz0u7lZ
— Gabriel Rubinstein (@GabyRubinstein) October 18, 2023
La apreciación cambiaria récord sorprendió incluso por su dinámica a los analistas que habían previsto que se llegaría a las elecciones del último domingo con un nivel semejante al previo a las PASO, aunque eso terminó sucediendo a fin de septiembre. De hecho, el atraso cambiario hoy es 9 puntos mayor al vigente antes de las primarias.
“Estaba cantado: a los niveles de nominalidad que ya traía la economía, hacer la devaluación como se hizo tras las PASO era sumar problemas, no traer soluciones”, había explicado oportunamente a LA NACION el analista Salvador Vitelli, de Romano Group.
El atraso cambiario se agravará aún más si el equipo económico cumple la promesa de mantener al dólar oficial congelado en torno de los $350 hasta mediados de noviembre. Y ni siquiera se aliviaría si, como señaló el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein al reafirmar ese compromiso días atrás en un mensaje por la red X (ex Twitter), de allí en adelante el BCRA lo dejara correr a un ritmo del 3% mensual.
Es un dato que, junto a la crisis de las reservas, hace que el propio mercado siga esperando un salto del dólar oficial del orden del 66% cuando asuma el próximo gobierno (lo proyecta a $657 pata fin de año), aun cuando pasó a considerar que el candidato con más chances es el actual ministro de Economía, Sergio Massa, y se mantendrá el cepo.
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