Por el cepo cambiario, los plazos fijos tuvieron su mayor alza en 10 meses
La puesta en práctica del cepo cambiario en su versión extrema desde fines de octubre provocó que los depósitos a plazo fijo bancarios del sector privado en pesos mostraran en noviembre su mayor aumento en los últimos 10 meses.
El stock total de estas colocaciones creció en $59.600 millones al martes 26 de noviembre (último dato oficial disponible) y apuntaba a terminar el mes pasado con un crecimiento superior a los $62.000 millones, considerando tanto los depósitos tradicionales como sus variantes indexadas (los que se ajustan por la cotización de la UVA, que al martes de la semana pasada habían crecido en $2236 millones). Estas cifras suponen la mayor variación alcista para un mes desde enero pasado, cuando habían crecido en casi $107.000 millones.
Si se toma como punto de partida el 25 de octubre, último día previo al cepo extremo, la recuperación de este tipo de depósitos es aun mayor: llega a los $87.000 millones en total en los últimos 30 días.
Así, por la ayuda que recibieron al aplicarse las fuertes restricciones cambiarias, estos depósitos pusieron fin a tres meses de retroceso, un declive que se había iniciado en agosto tras las elecciones PASO y se mantuvo firme en septiembre y en octubre, cuando el desarme de estas colocaciones pasó a ser una de los modos de alimentación de la dolarización que se intensificó desde entonces.
La recuperación llegó aunque los bancos aplicaron una fuerte reducción, por segundo mes consecutivo, sobre las tasas de interés que ofrecen a los ahorristas minoristas por sus depósitos a plazos. Las habían podado del 56% al 48% durante octubre y las recortaron desde ese nivel al 42,8% promedio anual mientras transcurría noviembre, es decir, cuando ya estaba vedado el escape de los ahorristas hacia el dólar.
El fenómeno, según los analistas del sector financiero, tiene varias aristas, pero un comienzo común. La recuperación de este tipo de colocaciones se inició con el regreso del cepo cambiario, a comienzos de septiembre, pero estaba acotada a las colocaciones típicamente mayoristas (superiores a un millón de pesos). Pero cuando las restricciones cambiarias se intensificaron y alcanzaron a las personas, la recuperación de los depósitos en pesos se generalizó.
"La dinámica reciente de los depósitos a plazo fue bastante dispar entre mayoristas y minoristas. Los mayoristas rebotaron con fuerza pese a la baja de las tasas de interés, debido a la falta de otros instrumentos de perfil conservador y la pérdida de liquidez que sufrió el mercado después del reperfilamiento de las Letras del Tesoro. Eso redujo el menú de opciones elegibles para ciertos inversores, favoreciendo las colocaciones a plazo fijo. Los minoristas, en tanto, empezaron a rebotar y lograron estabilizarse tras la ampliación de las restricciones cambiarias a las personas", describe Adrián Yarde Buller, economista jefe del Grupo SBS.
Exceso de dolarización
"Todo lo que se ve en el mundo pesos es derivación 100% del cepo del cepo", sostiene su colega Fernando Camusso, director de Rafaela Capital. "Después, uno puede hilar algo más fino y decir que una parte [de ese crecimiento] deviene del exceso de dolarización en que cayeron algunas empresas, e incluso particulares, lo que los llevó a vender una parte de esa tenencia y buscar colocar esa liquidez transitoria en plazos fijos o cauciones bursátiles, de cara a un calendario de pagos que se hace más exigente en diciembre", acota.
Que el rebote se haya dado en un contexto de tasas de interés a la baja, pese a una inflación que se mantiene alta y sostenida, también sólo es explicable por el cepo y por la falta de instrumentos de ahorro sustituto, dada la incertidumbre reinante, y una deuda pública en renegociación, lo que hace que la opción de los bonos sólo quede para arriesgados inversores.
"La tasa baja no impactó porque la percepción general es que el cepo llegó para quedarse", dice Camusso. Incluso puede haber ayudado al crecimiento que muestran estas colocaciones la presunción de que la tasa de interés "será en adelante negativa en términos reales y puede serlo aun más, lo que tal vez incidió para que algunos busquen asegurarse una renta ahora".
En los bancos admiten que esta derivación del cepo les ayuda a captar recursos a un costo menor, y creen que eso ayudará a que se reencuentre en los próximos meses la oferta y demanda de crédito. "Es parte de los beneficios iniciales que tiene un esquema cambiario de este tipo", admitieron en un banco privado líder tras las consulta de LA NACION.
El cepo extremo aportó al fenómeno al permitir el cambio de rol de oferente a demandante del Banco Central (BCRA) en el mercado cambiario. Así como antes, al vender dólares, restringía más la oferta de pesos, ahora al comprarlos la expande, y esos pesos no tienen muchas opciones a dónde dirigirse.
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