Polémica por el fuego: documentos oficiales dejan en una posición incómoda a la Casa Rosada
Documentos oficiales del Ministerio de Economía hechos a partir de información brindada por su par de Medio Ambiente, que vio LA NACION, dejan al descubierto el incumplimiento de los objetivos que asumió la propia cartera de Juan Cabandié en la tarea de controlar el fuego.
Los datos dispersos en la maquinaria burocrática del Estado adquieren ahora nueva vigencia por los incendios en Corrientes. No solo porque muestran un desempeño pobre en el área según la evaluación que hace Medio Ambiente de su propio trabajo, sino también debido a que el Gobierno desató la polémica con críticas al gobernador Gustavo Valdés, cuestionamientos a los productores y hasta fastidio con un influencer que hizo una colecta millonaria.
El Estado evalúa su funcionamiento a través de un informe denominado Ejecución Físico Financiera. En el último disponible, que muestra resultados hasta el tercer trimestre del año pasado, aparecen algunas menciones a la cartera de Medio Ambiente, que en los últimos días estuvo en el centro de las críticas.
Cabandié y su equipo obtuvieron malos resultados en el cumplimiento de dos objetivos relacionados con el control del fuego en los primeros nueve meses del año pasado, mientras que cumplieron con uno, pero por debajo de los niveles que registraba su antecesor Sergio Bergman, según esos registros.
En tanto, se sobrecumplió otro cuya medición fue creada el año pasado; es decir, en la gestión de Alberto Fernández, de manera que no hay información disponible para comparar con administraciones anteriores.
Fuentes cercanas al ministro cuestionaron las afirmaciones anteriores ante la consulta de LA NACION. Sostienen que el detalle del Ministerio de Economía corresponde al presupuesto del Tesoro Nacional, mientras que a partir del cambio de Ley de Manejo del Fuego los fondos del fideicomiso que administra el BICE son los utilizados para financiar el Servicio Nacional de Manejo del Fuego. “Esas inversiones no están reflejadas en el detalle y superan los $6500 millones comprometidas en los últimos seis meses”, aseguraron.
El mayor déficit, según el registro de Economía, está en el equipamiento de unidades regionales para la lucha contra incendios. Medio Ambiente debía trabajar en al menos 15 de ellas a lo largo de 2021, pero al tercer trimestre del año pasado no había novedades en ninguna de ellas. El desvió de la meta original, como mide las cosas la contabilidad pública, era total: 100%, como figura en los documentos que revisó LA NACION.
Se trata de un ítem poco atendido también por la gestión anterior. En 2018 se habían equipado 23 unidades, pero ninguna al año siguiente -en ambos casos durante la gestión de Mauricio Macri- y tan sólo una en 2020, el primer año completo de Alberto Fernández.
El equipo de Cabandié también tiene mala nota en el uso de aviones para el control del fuego. En el período analizado en 2021 completó 2006 horas de vuelo. Ese número representa un incumplimiento del 53% con respecto a la planificación original. Pero más aún: es el valor más bajo de los últimos cuatro años y representa casi la mitad del uso de aviones para este tema que se hizo en 2018, cuando otra fuerte sequía afectó a la Argentina.
Medio Ambiente, en cambio, sobrecumplió su capacitación a combatientes de incendios. La previsión original contemplaba trabajar con 559 personas en todo el año, pero hasta el tercer trimestre había asistido a 888.
Una mirada comparativa sobre las cifras, sin embargo, le puede quitar brillo a los buenos resultados. La cantidad de personas capacitadas en 2021 es superior a la del año anterior -el período más complicado de la cuarentena para combatir la pandemia-, pero está por debajo de los niveles que había alcanzado Bergman en 2018. También que en 2019. En esa época la gestión de Mauricio Macri ya se había lanzado de lleno a ajustar el gasto de la administración pública.
Un indicador le da muy bien a Cabandié. Se trata de la cantidad de informes para alerta temprana y evaluación de peligro de incendios. Esa denominación no se encuentra en años anteriores en la información que vio LA NACION.
Los incendios desataron una de las primeras crisis en la gestión de Macri. En 2016, la proliferación del fuego en La Pampa puso en una situación delicada a su ministro, Sergio Bergman. Tras la crisis, Bergman se reunió con el presidente. Le dijo que más allá de las críticas internas a su gestión, los problemas seguirían estando, le explicó que la Argentina tendría intermitencias entre lluvias e incendios y le propuso una solución que abarcara a varios ministerios. El primer paso tras esa reunión fue la creación de un grupo de WhatsApp. Fue el germen de una ley que creó el Sinagir -un sistema que le dio forma al planteo original- y estuvo en cabeza de la cartera de Seguridad (Patricia Bullrich) hasta la llegada de Alberto Fernández.
¿Quién se lleva la plata?
La asistencia financiera a Corrientes es otro tema que escaló en la agenda pública a propósito de la colecta que hizo Santiago Maratea para recaudar fondos para la provincia.
En menos de 24 horas, el influencer obtuvo más de $100 millones para la provincia, mientras que hasta ayer la Casa Rosada le había girado $200 millones a Corrientes.
La comparación llevó a una conclusión incómoda por parte de los críticos del Gobierno: un joven de 29 años pudo ayudar en la crisis con casi la mitad de los fondos que traspasó toda la maquinaria del Estado.
El presidente Alberto Fernández mostró su fastidio por las comparaciones. “Hemos puesto nuestras fuerzas para ayudar, pero no escribimos en Twitter”, sostuvo con respecto a la conducta de la Casa Rosada con respecto a los incendios.
La asistencia a Corrientes en medio de la tragedia forestal dejó al descubierto malas praxis de la gestión. Una decisión administrativa del 10 de febrero pasado le dio fondos adicionales a Medio Ambiente, en gran medida para asistir a la provincia incendiada. Sin embargo, Cabandié no pudo utilizarlos en ese lapso porque los $4000 millones permanecieron extraviados en el limbo de la administración pública hasta hoy, un día después de que una nota de LA NACION advirtiera sobre el tema.
Las preferencias políticas de la Casa Rosada se miden en dinero. Buenos Aires se llevó en enero pasado el 38% de los fondos discrecionales que el Gobierno envió a las provincias (medidos en términos constantes). El distrito gobernado por Axel Kicillof, eje geográfico de la estrategia política kirchnerista, fuerte en el conurbano como en ningún otro lugar y donde Máximo Kirchner preside al Partido Justicialista, superó así sus propios números, que ya eran buenos (10% en 2021, por caso).
Otras 17 provincias, en cambio, recibieron en el primer mes del año menos que en el mismo período del año anterior. El federalismo conceptual que manifiesta el Frente de Todos trastabilla cuando camina por el Excel.
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