Polémica: escalan las diferencias entre empresarios y Gobierno por los días de aislamiento
Entidades productivas están formulando pedidos a las autoridades sanitarias para que se revean las pautas de contactos estrechos para vacunados; desde el Ministerio de Salud niegan estar evaluando propuestas del sector empresario
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Para muchos industriales, la magnitud del impacto que pueda tener la tercera ola de Covid en la economía real depende de una elección de la autoridad sanitaria. Por un lado, no innovar normativas y contemplaciones para las pautas de aislamiento de contactos estrechos generará, según advierten, una fuerte caída en la productividad recién recuperada.
Por otro lado, los empresarios insisten que ante una población vacunada con dos dosis del 73,8% y la variante ómicron, de menor letalidad, el Ministerio de Salud debe considerar avanzar en la dirección de otros países vecinos, como Uruguay, con respecto a dos reclamos: el pase sanitario laboral y la reducción o eliminación del aislamiento para quienes no presentan síntomas.
Todos ven el mismo problema, aunque los planteos de solución divergen entre entidades. Temen los efectos de un ausentismo de entre el 20% y el 50%, una positividad en testeos que ronda el 60%, la falta de control sobre quiénes son y quiénes no contacto estrecho y empresas que, en consecuencia, reducen sus líneas de producción o cierran por falta de personal.
En los últimos días, según revelaron fuentes a LA NACION, representantes de uniones y cámaras se reunieron con autoridades del Gobierno para analizar estos pedidos. De acuerdo con los interlocutores, las negociaciones se encuentran en cuarto intermedio.
Hace cuatro días, Carla Vizzotti se sumó a una reunión con Martín Guzmán, empresarios y representantes sindicales. Tras el almuerzo, uno de los asistentes reveló que se armaría una Mesa de trabajo semanal con las autoridades sanitarias. Ante la consulta de LA NACION, desde el Ministerio de Salud comentaron que no tienen previsto un encuentro de ese tipo para esta semana.
Los reclamos son variados. Daniel Funes de Rioja, presidente de la Unión Industrial Argentina, plantea reducir la cantidad de días de aislamiento, aunque no explicitó a cuánto. Pidió al Ministerio de Salud que se revean los parámetros para quienes cuentan con un esquema completo de vacunación. “Hay que acortar el período, no son suficientes cinco días de aislamiento porque es una semana entera de trabajo”, dijo.
“Tenemos que conciliar dos valores: salud y producción. Nos guiamos por criterios técnicos de países que pasaron por esto antes. Es el valor del precedente. No tengo la respuesta técnica, tiene que ser de base científica, pero realista. Los términos de certeza son la doble vacunación, ser asintomático y un test rápido negativo”, agregó.
Por otra parte, Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), tiene una posición más dura. “Nosotros lo que queremos es que no exista el concepto de contacto estrecho, que vengan a trabajar. Con esta positividad, somos todos contacto estrecho. Si tienen síntomas, se aislarán”, explicó a LA NACION.
Además, Rosato aboga por la obligatoriedad del pasaporte de vacunación como una “manera de presionar” y frente a países que implementaron pases sanitarios estrictos tanto para lo laboral, como para lo social. “El que no lo tiene, no puede ir a ningún lado. La contra es un perjuicio que nos causa al comercio y la industria”.
El problema del contacto estrecho no es tan solo la cantidad que surgen por estas horas, sino también la imposibilidad de corroborar que existió. Las empresas y Pymes se quejan ante la falta de mecanismos para constatar fehacientemente que uno de sus trabajadores está en riesgo de haberse contagiado. Se plantean incógnitas de criterio epidemiológico que los empleadores no pueden resolver.
“Pueden tener una vez por semana un contacto estrecho. Si hay cinco días de aislamiento, toda la semanas no van a ir a trabajar porque están impedidos de hacerlo”, se lamentó Raúl Zylberstein, secretario General de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA).
Desde la Confederación piden que se discutan la distribución de las cargas económicas que implican los aislamientos. “No somos quién para decir cuántos días tienen que ser, lo que se es si son siete días, las consecuencias van a ser muy graves”, explicó.
Carla Vizzotti negó que hayan llegado pedidos de este estilo a su conocimiento. “El problema de los aislamientos no es del sector privado y no es algo que se le haya pedido al Gobierno y que el Gobierno lo esté pensando para el sector privado”, aseguró ayer.
Más tarde, ese mismo día, admitió que se está evaluando la posibilidad de que los vacunados con tres dosis no requieran aislamiento ni testeo y, quienes tengan dos dosis, puedan saltear el período con un antígeno negativo. La medida se implementaría en primera instancia para el personal estratégico, como el sanitario, debido a la presión que los contagios del personal están ejerciendo sobre el sistema hospitalario.
Sin embargo, declaró: “No hay nadie que haya pedido cambiar algo, y no hay nadie de nosotros que esté evaluando algo que haya pedido algún empresario”.
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