Polémica en redes por los números de inflación que acompañaron la entrevista a Martín Guzmán

Un día antes de que se conozca cuánto subieron los precios en la Argentina durante marzo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, se atajó y advirtió que será “la más alta del año”, una cifra que superará el 6%. Mientras transcurría la entrevista, de fondo se compartió una serie de comparaciones con la suba de precios que registraron otros países del mundo, con números que llamaron la atención de los economistas.

Para el funcionario, la inflación tiene dos componentes. Por un lado, factores internos de la Argentina, como la especulación y falta de acuerdo político. Por el otro, el contexto global y el aumento de los precios internacionales por la guerra de Rusia y Ucrania. “Hoy el mundo está viviendo el peor proceso inflacionario en décadas, mirá la inflación en países que no tenían, en un solo mes”, agregó en diálogo con C5N.

La entrevista fue acompañada por dos series de datos. La primera fue atribuida a Guzmán, y muestra la marcha de la inflación en diversos países. La segunda muestra otro cálculo. Allí se le asigna a Países Bajos un aumento del 1100% en la comparación marzo 2021-marzo 2022; a Alemania, del 432%; a Turquía, del 406%; a Chile, del 375%; y a España, del 200%, entre otros.

“Son números disparatados. Cuando la comparación se hace interanual, la Argentina queda completamente fuera de escala (52,3%), lo que demuestra que es un problema que veníamos arrastrando antes de que pasara lo del mundo. Así, el argumento de la guerra se cae a pedazos”, consideró Camilo Tiscornia, socio de C&T Asesores Económicos.

Un ejemplo de cómo se calculó. En Países Bajos, la inflación de marzo de este año fue del 3,6%, mientras que un año atrás fue del 0,3%. Si bien eso significa un incremento del 1100% (una operación desaconsejada en economía, donde no se suelen calcular porcentajes de porcentajes), en la realidad los precios acumularon una suba del 9,7% los últimos 12 meses. En Alemania, del 7,3% interanual. En el vecino Brasil, el 11,3%. El caso más parecido a la Argentina es Turquía: en marzo los precios aumentaron 5,5%, y acumula un 61,1% frente a marzo pasado.

“En la inflación acelerada que estamos viendo, hay una diferencia que hay que destacar. En otros países, por lo menos los desarrollados, los precios de la energía se mueven al compás de los precios internacionales. Acá no existe, tienen controlados los combustibles, solo se habilitó un aumento en marzo. Es verdad, en el mundo empezó a haber una tendencia al alza incluso antes de la guerra, porque durante la pandemia los gobiernos se pusieron expansivos. Por eso en los bancos centrales ya están tomando medidas para contenerla, aunque con la invasión de Rusia se complicó más todavía. Pero en la Argentina estamos en un proceso inflacionario desde 2007”, advirtió Tiscornia.

Por qué la Argentina es caso aparte

Para Guido Lorenzo, director ejecutivo de LCG, en países como Alemania una inflación a estos niveles es considerada “transitoria”, ya que la política se encarga de tomar medidas para que la vuelvan a encarrilar a valores “normales”.

En cambio, en la Argentina, no existe una política antinflacionaria concreta que calme las expectativas de la población. Lo más cercano que hay en la actualidad es el plan que se cerró con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Aunque en el corto plazo el acuerdo es inflacionario, porque se tienen que liberar tarifas y el tipo de cambio. ¿Qué es lo anti-inflacionario de este plan? Las metas estructurales y de mediano plazo, cuestiones fiscales y monetarias. ¿La población cree que lo van a cumplir? Ahí es donde están las dudas. Si el propio oficialismo no se pone de acuerdo en cumplir las metas que acaban de acordar con el FMI, las señales para el resto de la economía son muy difíciles, no se muestran dispuestos a atacar la inflación”, completó.

Tanto Guzmán como los economistas coinciden: las expectativas juegan un rol fundamental de cara al futuro. No obstante, según Tiscornia, si hay una constante que explica por qué la Argentina logra ponerle fin al ciclo inflacionario es por su “déficit fiscal crónico”. Ese problema de fondo, que empieza a acelerar la dinámica inflacionaria, empeora cuando los gobiernos tratan de solucionarlo al frenar el tipo de cambio, congelar los servicios públicos y establecer políticas de precios.

“Cuando se barre debajo de la alfombra, política que naturalmente tiene este gobierno, el gran detonador es que en algún momento los precios se tienen que sincerar. Durante los últimos dos años se ancló el tipo de cambio oficial, se dieron aumentos puntuales en la luz y el gas, intervinieron los precios de las telecomunicaciones, metieron Precios Cuidados. La administración actual no preveía que iba a llegar una pandemia, que los obligó a tener un déficit fiscal nunca antes visto y emitir a lo loco, y tampoco una guerra que llegó para presionar aún más las cosas”, indicó.

En el corto plazo, una señal positiva que podría dar el Gobierno es cumplir con las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional y que el oficialismo se una para dar un mismo mensaje. “El plan está. Falta convencer al resto de que se va a implementar y no se van a desviar en el camino. Se hace con disciplina, mostrando resultados, con menos conflictividad dentro del mismo partido”, cerró Lorenzo.

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