Polémica: un blog del Banco Central desató la discusión entre economistas
Cantidad de dinero. Movimientos especulativos. Déficit fiscal. Prácticas anti competitivias. Puja distributiva. Empresarios ambiciosos. Conductas monopólicas. Gasto público. En el debate sobre las causas de la inflación y su persistencia, cada corriente utiliza sus factores y argumentos. El problema, a excepción de períodos puntuales, aqueja a la Argentina desde mediados del siglo XX.
En ese escenario, el Banco Central actualizó su blog Central de Ideas con una entrada que debate el tema. En esa argumentación, asocia centralmente a la suba persistente en los precios con el "conflicto distributivo" y otros factores como el movimiento cambiario, en una postura que rivaliza con escuelas que asocian a este problema con la emisión monetaria y el déficit del sector público.
"La discusión sobre las causas suele presentar contrapuntos muy marcados", advierte el texto subido en el blog el 12 de enero pasado, e insiste que "dar una respuesta definitiva a esta pregunta es en extremo complejo, no solo en Argentina sino en cualquier país".
De todas maneras, en el mundo actual el fenómeno de la inflación parece haber encontrado hace años su solución en la gran mayoría de los países, a excepción de algunas economías particulares, como la argentina.
Con un estimado del 36% en 2020, quedó en el top 6 mundial en materia de inflación. El listado, según el relevamiento del FMI (con datos del último World Economic Outlook) lo encabezan Venezuela (6500%), Zimbabwe (622,8%), Sudan (141,6%), Líbano (85,5%) y Surinam (49,8%).
El problema, a su vez, lleva más de una década y no se vislumbra una solución en el corto plazo. En la Argentina, 2006 fue el último año con inflación de un dígito. Desde entonces, intervención del Indec mediante con Néstor Kirchner y el entonces secretario Guillermo Moreno, se acumularon políticas erráticas y sin resultado entre los sucesivos gobiernos que derivaron en el récord de 53,9% de 2019.
En su explicación, el documento del Banco Central plantea que "la complejidad de la cuestión no implica que cualquier explicación puede ser razonable", aunque centralmente destaca al "conflicto distributivo" como principal dinamizador de la suba constante en los precios de la economía.
La argumentación del trabajo, que no lleva firma, se enfoca en la evolución del IPC Núcleo entre 2004 y 2019, en su vinculación con otras variables económicas como el tipo de cambio, el nivel de actividad, los salarios, la cantidad de dinero y la tasa de interés de referencia. En ese marco, describe la relación entre esas variables en el largo plazo y en el corto plazo, además de indagar en esa vinculación al descomponer la evolución de la inflación en 12 meses.
El documento identifica "una relación de largo plazo donde cerca del 80% de la evolución de los precios está asociada al sendero de los salarios, mientras que el 20% restante depende del tipo de cambio".
"Ésta puede interpretarse como la determinación de precios en base a la tecnología disponible y las variables distributivas, lo que comúnmente se conoce como 'costos de producción'", plantea el texto, y agrega también que existe una "relación negativa" entre el salario real y el tipo de cambio real. "Esto es, en la muestra analizada, depreciaciones reales persistentes han estado asociadas a menores nivel de salario real en promedio, y viceversa", advierte. En otras palabras: una devaluación de la moneda impacta negativamente en el poder de compra de los salarios, y afecta el consumo.
Allí advierte una de las principales premisas del documento, que asocia a la inflación con la puja distributiva y las tensiones entre el poder adquisitivo de los salarios y el movimiento del tipo de cambio.
"Sin pretender dar una respuesta definitiva a la vinculación que existe entre estas relaciones y la inflación, la primera de ellas parece sugerir que el proceso inflacionario puede ser gatillado por una incompatibilidad en la distribución del ingreso existente, lo que comúnmente se conoce como 'conflicto distributivo'. Por ejemplo, ante un incremento del tipo de cambio, y sus consecuentes efectos sobre el nivel de precios, los trabajadores pueden intentar recomponer su salario real reclamando mejoras nominales, lo cual puede tener un efecto ulterior en los precios, dando inicio a una nueva ronda de reclamos de salarios que retroalimenten el proceso inflacionario", plantea el documento.
A su vez, sostiene que hay una relación "menos directa" entre la evolución de los precios y los agregados monetarios. Así, rivaliza con los enfoques más ortodoxos, que explican la inflación como un fenómeno monetario que se vincula con la emisión y la circulación de dinero.
"La segunda relación (vincula la cantidad real de dinero, la actividad económica, la tasa de interés y el tipo de cambio) da cuenta de la influencia de los agregados monetarios en la inflación, es menos directa. Muestra que no puede haber desequilibrios persistentes entre la cantidad real de dinero y aquella que el sector privado está dispuesto a demandar en el largo plazo. Pero por sí misma no permitiría concluir cómo se eliminarán dichas discrepancias", postula el texto.
"En este sentido, si el canal para eliminar un potencial exceso de liquidez en el sistema fuera el incremento en el nivel general de precios, el mismo podría ser el resultado de un 'exceso de demanda' en el mercado de bienes (aunque ello no parece observarse en Argentina, dado que sorpresas en el producto no tienen una influencia significativa para explicar la inflación). Pero también puede ocurrir como consecuencia de un reacomodamiento de la cartera del sector privado, quien, al volcar parte de sus excedentes financieros a la demanda de moneda extranjera, termina presionando el tipo de cambio y por ende los precios", agrega.
El documento analiza la evolución de los precios en el corto plazo, y cómo reaccionan diferentes variables ante cambios de escenario y advierte que los "desvíos en la relación de costos generan efectos directos solo en los precios y los salarios, pero no las otras variables".
"Si en cambio, se producen desvíos en la demanda de dinero de largo plazo, las variables que ajustan más directamente son el tipo de cambio y los saldos reales. En otras palabras, si la cantidad de dinero está por encima de su relación de largo plazo, habrá una presión al alza en el tipo de cambio y a la baja en la cantidad de dinero en el corto plazo para restaurar esta relación", agrega el documento.
Asimismo, el análisis hace hincapié en la inercia inflacionaria y el rol de los movimientos de precios previos al momento de condicionar las subas posteriores. "La mayor parte de la inflación interanual es atribuible a persistencia. A su vez, esta se debe principalmente a la influencia directa de la inflación verde y en menor medida de valores pasados de las otras variables consideradas", advierte el documento, junto a un gráfico que analiza la evolución interanual de los precios.
Además, analiza el movimiento de los salarios y su asociación con los movimientos de precios. En ese contexto, advierte que los salarios "tienen un rol diferente dependiendo del evento que se analice". " En particular, en situaciones donde la inflación fue menor a lo que la persistencia hubiese dictado (entre mediados de 2006 y de 2008, durante 2013, y desde mediados de 2016 a comienzos de 2018) los salarios contribuyeron ajustándose por debajo de lo que la propia influencia del pasado hubiese indicado. En otras palabras, los descensos (a la postre transitorios) de inflación que experimentó argentina en los últimos 15 años estuvieron acompañados de aumentos salariales acotados que facilitaron esa disminución. Por otro lado, también se observa que los períodos marcados por grandes aumentos en el tipo de cambio anteceden a ajustes salariales, que son determinantes para la evolución de la inflación. En otras palabras, el traspaso del tipo de cambio a precios está en gran medida afectado por el ajuste salarial que se observa a posteriori", sostiene.
A partir de su análisis, el documento del Banco Central define que el "conflicto por la distribución del ingreso" explica el fenómeno inflacionario. A su vez, también encuentra "clara evidencia sobre el rol de los movimientos cambiarios, en particular como antesala de aceleraciones en la inflación". En otras palabras, asocia a las devaluaciones con posteriores saltos inflacionarios, como los ocurridos en 2016 o 2019.
En ese punto, no obstante, la argumentación incluye el rol de los agregados monetarios y la cantidad de dinero. "La evidencia también sugiere que el tipo de cambio es antecedido por movimientos en variables monetarias; viéndose en particular afectado por las diferencias entre la cantidad de dinero y sus determinantes de largo plazo", sostiene.
"Creo que el post es menos polémico de lo que se plantea. Hay críticas a la parte econométrica-matemática del post, que no se muestra", dice Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina. "El post le dedica el 70% de la recorrida a la puja distributiva y en un párrafo habla del mercado de dinero, pero no se cierra. No le da a todos los factores la misma incidencia, pero no descarta elementos. El gran tema es que no hay que cerrarse en una idea, porque en la Argentina la emisión, el movimiento del dólar, los salarios y otras cuestiones, lamentablemente, generan inflación", concluye el analista.
Por su parte, Gabriel Caamaño, director de Consultora Ledesma, presenta una visión crítica del planteo del BCRA. "Se pueden identificar y formular distintos mecanismos por los que se produce el proceso inflacionario. Lo que no se puede hacer es omitir la causa necesaria para que se dé la inflación, que es el aumento sostenido de todos los precios en el tiempo, y es que haya una cantidad de dinero excedente, que haya más dinero de lo que los agentes quieren o necesitan para realizar las transacciones y en consecuencia todos los precios pueden subir al mismo tiempo sin que las cantidades caigan. Eso es lo que hace el BCRA", advierte el economista.
"La gravedad de ir identificando distintos mecanismos y ponerlo como causa omitiendo la causa necesaria es que lo hacen después de haber emitido 7 puntos del PBI en 2020 para financiar al Tesoro y de cara a un año donde vana tener que seguir emitiendo significativamente. Como mensaje es muy malo", agrega Caamaño.
Por su parte, Daniel Artana, economista jefe de FIEL, sostiene que la explicación del documento Banco Central es equivocada y habla de "desconocimiento". "El documento trata de explicar que la inflación en la Argentina es solamente consecuencia de la puja distributiva. Y bueno… dentro de las variables pone al tipo de cambio. Y, ¿por qué se mueve el tipo de cambio? Chocolate por la noticia. Si hay un desconocimiento de lo que genera la inflación acá y en otra parte del mundo donde uno tiene un esquema de tipo cambiario controlado y, en el caso argentino, con brechas, es muy difícil que uno le encuentre la explicación", advierte el analista.
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