Pocos empresarios en la asunción de Juan Manzur: la UIA no quiere entrar en la interna del PJ
La dirigencia fabril declinó la invitación y analizó el futuro regional en la reunión de comité directivo
![La asunción de Juan Manzur](https://www.lanacion.com.ar/resizer/v2/la-asuncion-de-juan-4NQBPMDDWJGJNPGCVDC7YX42ZA.jpg?auth=02ab3103c9de71383eb52a619825f763749a7523d428d0723c743b5607f2055c&width=420&height=280&quality=70&smart=true)
No quieren exponerse. Con el revuelo que provocó en el universo empresario el último paso de Miguel Acevedo, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), por un acto peronista en Tucumán, la central fabril prefirió esta vez tomar algo de distancia: no asistir ayer, pese a las invitaciones, a la asunción del gobernadorJuan Manzur, donde se celebró el triunfo del Frente de Todos en las elecciones nacionales y que tuvo a Alberto Fernández como principal orador.
"La UIA no va a asunciones de gobernadores", se limitó a explicar ayer Acevedo en la reunión de comité directivo de la central fabril. Había hablado del tema el viernes con Daniel Funes de Rioja, invitado como líder de la cámara de empresas alimentarias (Copal), y ambos dejaron la decisión en suspenso imaginando un lunes complicado. Si había ballottage, acordaron, no convenía ir. Pero el lunes, ya con los números del triunfo de Fernández en primera vuelta, una segunda conversación los terminó de convencer de que tampoco era aconsejable el viaje.
![Alberto Fernández en la asunción de Juan Luis Manzur](https://cdn.jwplayer.com/v2/media/pRtN5L8q/poster.jpg?width=720)
Expuestas ayer las razones en la UIA, para más de uno significó un alivio: si siempre es inconveniente quedar pegados a gestas electorales, mucho más después de advertir que el encuentro de Tucumán devino algo así como una reivindicación de gobernadores que habían tenido escasa participación en el palco de los ganadores del domingo. Así lo vivieron muchos en el PJ: "No hubo kirchneristas acá: Alberto se dio un baño de peronismo", dijo a LA NACION alguien que estuvo.
Los industriales razonaron en la misma sintonía. "No, mejor no ir. El del domingo fue un acto K. Me parece que lo de hoy se usó para mostrar la otra cara. Nosotros no tenemos nada que ver con esa interna", evaluó uno de los integrantes de la mesa directiva de la UIA. "Lo nuestro debe ser lo más aséptico posible: no interferir", agregó otro.
La concurrencia a Tucumán fue entonces más bien regional. Teddy Karagozian, de la textil TN Platex (tiene dos plantas en la provincia); los constructores José Cartellone y Juan Chediak; Jorge Brito (Banco Macro, de fuerte presencia en el norte del país); Javier Bolzico, presidente de Adeba (bancos privados nacionales), y Gustavo Cinosi, un lobbista de buena relación con Manzur, sobresalieron como referentes del establishment económico. La intención de los organizadores era reunir a las cabezas del Grupo de los Seis (G-6), pero solo fue Bolzico. Ni siquiera estuvo Hugo Sigman, dueño del grupo Insud (Laboratorios Elea y Biogénesis, entre otras empresas) y últimamente nexo entre Alberto Fernández y algunos de sus pares. Está desde hace dos semanas en España.
Las ausencias revelan antes de lo previsto una tensión que acompañará de ahora en más a los empresarios. Por un lado, Tucumán, con el gobernador a la cabeza, empieza a mostrarse como nuevo epicentro de poder del presidente electo. Ese entorno incluye a Sigman, a quien algunos operadores políticos han empezado a referirse con exageración y nostalgia noventista: lo definen como el Bunge & Born de Alberto Fernández (por el grupo económico que acompañó los primeros meses de gestión de Carlos Menem).
Hay, de todos modos, un costado aún incierto, que es la otra parte de la coalición y a la que no hace falta buscarle ubicación geográfica porque estaba en la noche de la euforia arriba del escenario: La Cámpora y la jefa, Cristina Kirchner. Es evidente que si durante la campaña tenían alguna duda al respecto, los empresarios auguran desde el domingo que ambas facciones hagan esfuerzos en no mostrar fracturas. Los efectos de esta convivencia exceden la frontera. Podrían determinar, por ejemplo, cuestiones fundamentales de la política exterior, como la relación con Estados Unidos o, como surgió ayer en el comité de la UIA, con Brasil.
La inquietud no solo es geopolítica. Hay medidas aduaneras que podrían resolverse en las próximas semanas. Lo plantearon en la reunión fabril Funes de Rioja y Cristiano Rattazzi, líder de FCA (Fiat-Chrysler): si es cierto que, como viene insinuando Paulo Guedes, ministro de Hacienda brasileño, el principal socio del Mercosur decide unilateralmente bajar el arancel externo común alrededor de un 50% en promedio, será una pésima noticia para muchas actividades fabriles argentinas.
Por eso la convocatoria empezó ayer con una introducción de Alejandro Mayoral y Adrián Makuk, representantes del Departamento de Comercio y Negociaciones Internacionales de la UIA, que explicaron que desde la óptica jurídica cualquier iniciativa de ese tipo debía tomarse con la aprobación de todos los socios del bloque.
¿Hay posibilidades de que se reconcilien Bolsonaro y Fernández?, se preguntaban ayer los industriales, la mayoría de los cuales creen que ya es suficiente con desencuentros locales como para agregarles uno internacional.
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