Plan “platita”: solo el 30% del gasto electoral irá al bolsillo de los argentinos
Los anuncios del Gobierno tras las PASO involucran unos $150.000 millones, según la Bolsa de Comercio de Córdoba; sumados a las medidas anteriores, el gasto llega a $500.000 millones
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El “Plan platita” ya está puesto en marcha. Luego de la derrota que sufrió el oficialismo en las elecciones primarias, el Gobierno salió a repartir dinero y dio a conocer iniciativas que tienen el objetivo final de llenar de pesos los bolsillos flacos de los argentinos y así intentar revertir el resultado de los comicios en las generales de noviembre.
Según un informe que elaboró la Bolsa de Comercio de Córdoba, antes de las PASO el Ejecutivo anunció proyectos por $350.000 millones, de los cuales la mayor parte de ellos estuvieron ligados a la obra pública ($273.164 millones). La derrota en los comicios obligó a jugar fuerte. En menos de un mes, los anuncios que realizó el Gobierno alcanzaron los $153.000 millones adicionales, un 0,4% del Producto Bruto Interno (PBI) del país. El cálculo contempla la suba del salario mínimo, que “arrastra automáticamente a planes sociales”, el bono Progresar, el plan de formalización del personal de casas particulares y el aumento del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias para empleados. En total, estima la entidad cordobesa, “por los tipos de anuncios el impacto en la economía real será acotado. Sólo el 30% va directo en el bolsillo de la gente.
“Aunque el resultado electoral se explica por múltiples factores, es evidente que ya se utiliza el gasto público como herramienta para recuperar votos. Tanto el gasto público primario como el social, tuvieron una marcada aceleración antes de las PASO y, después, se continuó acelerando”, sostuvo Lucas Navarro, director del Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba.
En total, el gasto electoral estimado antes de las elecciones legislativas rondará los $500.000 millones, el equivalente a 1,2% del PBI. No obstante, la cifra podría escalar hasta los $650.000 millones si se extiende el alcance de otras medidas en discusión, como la cuarta edición del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y el bono para jubilados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH).
“Esto representa un incremento elevado, que equivale a más del doble del déficit primario del Gobierno en el primer semestre del año y que pondrá presión sobre el déficit fiscal y requeriría de más aumentos de la emisión monetaria para financiarlo”, advirtió el informe de la entidad cordobesa. Si se analiza la proyección de crecimiento nominal interanual del gasto público social promedio, pasará del 48% pre-PASO a casi 64% para los cuatro últimos meses del año. Así, las erogaciones primarias mensuales desde septiembre hasta fin de año se acercarán a $4,2 billones, más de un billón de pesos por mes.
Para Navarro, la consecuencia “más preocupante” de las medidas electorales es que se profundizarán los desequilibrios macroeconómicos. Por ende, la inflación tenderá al alza y superará las expectativas previstas para 2022.
Es más, el impacto que generarán las iniciativas en la actividad económica en el corto plazo ni siquiera será muy grande. Por un lado, porque menos de un tercio del paquete total irá directo a la gente. Por el otro, porque la burocracia del Estado podría provocar retrasos en la instrumentación de las medidas y se demorará su eficacia.
“Sólo el 5% del aumento en el gasto será permanente, lo cual no es poco, pero muestra que las medidas son en su gran mayoría transitorias, dando muestras de su carácter electoral. Se trata de alzas esporádicas del ingreso que no alteran mayormente el bienestar de la población”, señala el informe de la entidad cordobesa.
Para la Bolsa de Comercio de Córdoba, la clave para estimular la economía en los próximos meses no está en aumentar el gasto electoral, sino en levantar las restricciones y ayudar a los rubros más golpeados por las crisis. Y aún con un rebote transitorio de la actividad, todavía está por verse si eso se trasladará “a un cambio de humor” por parte de los votantes.
“El diagnóstico oficial parece no tener en cuenta que son múltiples los factores que determinan las preferencias electorales. En estas últimas podrían estar el manejo de la cuestión sanitaria -con costos en vidas que podrían haberse evitado y cierres de escuelas- junto con el mal manejo económico, que determina débiles perspectivas de progreso individual”, concluyó Navarro.
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