Phishing, un delito que se previene con mayor educación tecnológica
Con el crecimiento de las herramientas digitales aumentó también la presencia de delitos en el mundo virtual. Los ciberdelincuentes usan los canales de comunicación para “pescar” las claves que les permiten tomar control de las cuentas de las personas, ya sea de bancos, mails, redes sociales y más
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Lo asegura el FBI: el phishing es el ciberdelito más frecuente a nivel mundial. Su crecimiento está directamente ligado al aumento del uso de plataformas y herramientas digitales, las que se volvieron masivamente populares durante la pandemia.
Para tener una idea de la magnitud de este cibercrimen, en Galicia, durante 2022, se dieron de baja más 1300 sitios, aplicaciones y cuentas de redes sociales falsas por mes, que buscaban robar o “pescar” las claves y contraseñas de los usuarios para tomar control de sus perfiles digitales.
¿De qué se trata el phising? Es un ciberdelito que busca hacerse de datos privados de las personas para con estos poder entrar y tomar control de espacios como el online banking, redes sociales, la cuenta de WhatsApp y más. De este modo, pueden seguir estafando a otros usuarios digitales, robar dinero o hasta hacer compras con la identidad de quien fue engañado.
Por eso, el dar de baja los perfiles maliciosos es solo una de las maneras de prevenir este crimen, la otra es seguir fortaleciendo la educación de los usuarios. Y, por supuesto, sumado a esto las empresas suman el tener firewalls y sistemas de seguridad robustos, que velen por los datos de sus clientes.
Por ejemplo, volviendo a los datos aportados por el FBI, solo en los Estados Unidos los casos de phishing encabezaron la lista de delitos, con más de 300 mil denuncias. Incluso, ya se propagaron al mercado de las inversiones gracias al crecimiento del uso de criptomonedas y exchanges para la compra venta de las mismas. Solo en este segmento se registraron las mayores pérdidas económicas para las víctimas.
A su vez, también según el bureau de investigaciones, el grupo de edad que más denunció casos de phishing fue el de 30 a 39 años, pues son los que más cuentas online manejan; mientras que las mayores pérdidas económicas las sufrieron los ciudadanos de 60 años en adelante, a quienes la tecnología no siempre les resulta amigable.
Mirada atenta
La magnitud de este cibercrimen obliga a las empresas a reforzar sus sistemas de seguridad, y también a generar campañas de educación para que sus usuarios puedan estar protegidos en todo momento.
¿Cuál fue el método más usado para perpetrar el engaño? La maniobra principal es el envío de mails fraudulentos mediante los cuales les envían a los clientes links que, al ser clickeados, les abren las puertas a los delincuentes para acceder a los datos de los usuarios. Además, en menor medida, el phishing también se da a través de ingresos a sitios fraudulentos que emulan ser instituciones como Galicia; estos son mostrados en los buscadores cuando alguien quiere encontrar la web de la entidad (esto mismo también sucede ante eventos masivos, como para comprar entradas para recitales).
Es importante reconocer que se trata de un delito que muchas víctimas deciden no denunciar por tener vergüenza, por miedo al qué dirán sobre ellas. Pero, solo haciendo visible los intentos de estafas o las que se concretaron es que las compañías y los equipos que investigan los ciberdelitos pueden avanzar y conocer los nuevos formatos para prevenir y cortar los ciclos delictivos
Del mismo modo, las personas deben saber que no se trata de ataques dirigidos especialmente a ellas. Muchas veces los estafadores lanzan millones de mails con el engaño, y apuntan a que una pequeña porción de esos destinatarios se conviertan en víctimas efectivas, pues esto ya les alcanza para obtener un botín.
Por eso, la clave para prevenir está siempre en no caer en las urgencias que tienen estos mensajes, en desconfiar ante la menor duda y comunicarse con la entidad por otro canal (si uno recibe un mail, hay que chequear la información con un llamado que figure en los canales oficiales del banco, no por los que puedan estar en el correo) y recordar que ni los bancos ni otras empresas le piden a sus clientes claves o contraseñas.
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