Petróleo: lo que podría aprender la Argentina de Brasil para llegar a producir más de 3 millones de barriles por día
Gracias a tener una política de Estado y a respetar los precios internacionales, Brasil pasó de producir 631.000 barriles diarios en 1990 a 3,3 millones hoy
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Si bien los precios de los combustibles se duplicaron desde que comenzó la gestión de Javier Milei, la Secretaría de Energía admitió hoy que los aumentos se moderaron a partir de febrero, cuando Economía intervino para pedir que el sector no presione sobre la inflación.
“Por unos meses estamos intentando ir interactuando con Economía para que nos vaya permitiendo acomodar los precios a nivel mayorista, como para que los refinadores puedan comprar el petróleo a valores internacionales”, dijo el Luis de Ridder, subsecretario de Hidrocarburos, en una charla organizada por la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha).
Durante los 100 días de Gobierno, los precios de los combustibles aumentaron 100% repartido en cuatro incrementos de 38%, 27%, 6,5% y 7,5%. Los últimos dos fueron en febrero y marzo, y representaron únicamente el traslado a surtidor de la suba del impuesto a los combustibles y la devaluación de 2% mensual del tipo de cambio oficial.
El objetivo de YPF, la empresa líder del mercado con el 56% del total de estaciones de servicio, era converger los precios locales de petróleo a los internacionales. Pero todavía existe una brecha de precios entre los US$66 que cuesta el barril criollo y los US$75 que reciben las empresas que exportan. Esto equivale a un atraso promedio de 25% del precio del surtidor para llevar a los valores de paridad de importación. El litro de nafta súper de YPF en la ciudad de Buenos Aires cuesta $800 (US$0,94), mientras que la premium, $987 (US$1,16).
“No se puede hacer todo de golpe, porque hay problemas con la macroeconomía y con la inflación, que después repercute en negocios de las familias. Hay que hacerlo de forma pausada”, dijo de Ridder.
Luego de 37 años de experiencia en el grupo Techint, de Ridder pasó al sector público como número dos del secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo. Su último rol fue el de gerente de ventas de Tecpetrol.
“Por unos meses vamos a seguir en esta tendencia de acomodar los niveles de precios como para que tanto las empresas que refinan como las que producen tengan señales adecuadas para que sigan creciendo y se hagan las inversiones que se necesitan. Estamos tratando de resolverlo lo más rápido posible, porque tenemos que lograr que una situación mala cambie lo más rápido posible, pero a veces lleva tiempo en democracia como estamos nosotros”, dijo el subsecretario de Hidrocarburos.
El economista Nicolás Arceo, de la consultora Economía & Energía, dijo que, pese a los aumentos de precios de la nafta y gasoil, los valores de los combustibles no están por encima de los precios vigentes de la última década. “En octubre pasado, teníamos el precio de las naftas y el gasoil en términos constantes más baratos de los últimos 30 o 40 años. Esto se revirtió a partir de diciembre, pero los precios de los combustibles está por debajo de su promedio histórico. De hecho, en febrero, el precio de las naftas en términos constantes estaba 7,5% más barato que el promedio de la última década”, dijo.
Pese a esta situación, Arceo señaló que el consumo de nafta cayó significativamente en torno al 6% en enero pasado en la comparación interanual, porque se desplomó el salario medio en la Argentina. “Entre 2010 y 2023, el salario medio compraba en promedio 989 litros de combustible por mes. En diciembre, último dato oficial, el salario medio permitía adquirir 735 litros de combustible. La recuperación de precios en términos reales no es tan significativa, pero en términos de poder adquisitivo de la población tiene impacto”, dijo el exsubsecretario de Planificación Económica.
Arceo dijo que mientras que la caída promedio de las nafta fue del 6%, las ventas de premium se desplomaron 23%. “La Argentina tenía un consumo excesivo en nafta grado tres [la premium] en comparación con la general. Ahora se está pareciendo más a los países de la región”, señaló.
Potencial de ser Brasil
Quien expuso muy crudamente la oportunidad perdida en los últimos años en materia energética en la Argentina fue Arceo, quien comparó la producción de petróleo de los dos partidos en los últimos años: mientras que en 1990, Brasil producía 631.000 barriles diarios, hoy produce 3,3 millones (el estado de Río de Janeiro concentra el 85% de ese total).
“Brasil tuvo un crecimiento muy significativo en los últimos 30 años. Y eso se debe a la persistencia de una política de estado en materia hidrocarburífera desde comienzos de 1990 que se mantuvo a pesar de los cambios de administración. Brasil puede ser el camino de la Argentina hacia delante”, dijo el director de la consultora Economía & Energía.
Esto, a su vez, le permitió a Brasil exportar en 2022 el equivalente a US$42.000 millones de barriles de petróleo al mercado internacional.
Para ello, además de una política de Estado a lo largo de los distintos gobiernos, Brasil también “garantizó el alineamiento de los precios locales del crudo con los vigentes en el mercado internacional”, dijo Arceo.
“Los países compiten por atraer inversión internacional para canalizar un dólar de inversión. En la Argentina competimos con otras cuencas, como Guyana, Colombia, Brasil. La persistencia de un precio alineado con los internacionales en el caso de Brasil dotó de recursos a la petrolera estatal para motorizar un nivel de inversión en el sector de hidrocarburífero a lo largo de las últimas tres décadas muy significativo. Petrobras no hubiera podido desarrollar el presalt sin un nivel de ingresos que le permitió motorizar niveles crecientes de inversión”, aclaró.
En el caso de la Argentina, el país tuvo periodos largos de desalineación de los precios locales respecto a los vigentes en el mercado internacional. “Esto permitió subsidiar a los consumidores locales en buena parte de los últimos 20 años, pero desdinamizó la inversión en la Argentina, desde fines de la década de 1990 en adelante. Mientras que a finales de 1990, la Argentina producía 850.000 barriles diarios, terminó produciendo 500.000 a mediados de la década pasada. En gas natural, la caída fue muy significativa entre 2004 y 2014″, dijo Arceo.
El segundo factor que desalentó la inversión en la Argentina fue el agotamiento progresivo de los yacimientos convencionales, dijo Arceo. “El horizonte de las reservas en la década de 1990 se empezó a reducir producto de los mayores niveles de inversión y esta combinación de agotamiento de los recursos convencionales, por un lado, y el desacople del precio local respecto al vigente en el mercado internacional, llevó a una contracción significativa en los niveles de inversiones que se tradujeron en una caída en la producción”, dijo Arceo.
El año pasado, la Argentina llegó a producir casi 700.000 barriles diarios de petróleo, donde la mitad de eso fue producción no convencional de Vaca Muerta. Esto, a su vez, permitió exportar 135.000 barriles diarios de crudo, cuando exportaba menos de la mitad cuatro años atrás. A su vez, se exportaron 6,2 millones de m3 por día de gas.
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